En la actualidad existen en el mercado 2 vacunas que protegen frente a determinados tipos de virus del papiloma humano (VPH); la bivalente Cervarix®, autorizada en 2007 frente a los tipos oncogénicos 16 y 18, y la tetravalente Gardasil®, autorizada en 2006, que también protege frente a los tipos 6 y 11. Están indicadas a partir de los 9 años de edad, para la prevención de lesiones genitales premalignas (cervicales, vulvares y vaginales) y cáncer de cérvix. La vacuna tetravalente también sirve para prevenir el desarrollo de verrugas genitales relacionadas con tipos específicos del VPH. Se inyectan por vía intramuscular y contienen extractos de proteína L1 de los tipos frente a los que inmunizan1.
La vacuna frente al papilomavirus se inició en la Comunidad Valenciana en el año 2008, en niñas de 14 años. La vacuna financiada por el Sistema Nacional de Salud que se utilizó desde el principio fue Gardasil®. En el año 2011 cambió el laboratorio adjudicatario, y desde agosto de ese año se utiliza sin interrupción Cervarix®. En enero de 2015 se decidió adelantar la edad de vacunación a los 12 años.
Cervarix® se administra en 2 dosis en niñas entre 9-14 años, y la segunda debe inyectarse entre 5-13 meses después de la primera; en caso de que se administre antes de que transcurran 5 meses es recomendable emplear una tercera dosis. En cuanto a Gardasil®, en niñas entre 9-13 años puede administrarse siguiendo una pauta de 2 dosis (0 y 6 meses), y de los 14 años en adelante debe administrarse según una pauta de 3 dosis (0,5ml a 0, 2 y 6 meses). Ninguna de las 2 vacunas están recomendadas para su uso en niñas menores de 9 años, debido a la falta de datos de seguridad e inmunogenicidad en ese grupo de edad1.
La involución de verrugas vulgares es un fenómeno descrito de forma anecdótica tras la administración de la vacuna tetravalente2,5–8. La tabla 1 resume los datos clínicos de 5 niñas cuyas verrugas vulgares remitieron tras la administración de la vacuna frente al VPH. Todas ellas se encontraban en edad prepuberal (media: 11,6 años), y presentaban múltiples verrugas de gran tamaño, de al menos 6 meses de evolución, refractarias a los tratamientos tópicos usados habitualmente. Se realizó una interconsulta a atención primaria de pediatría recomendando vacunar a las niñas frente al VPH, adelantando su administración entre 1-5 años a la edad estipulada en el calendario vacunal de la Comunidad Valenciana. La resolución de las verrugas se produjo tras una media de 11 semanas después de la administración de la primera dosis (rango: 2-28 semanas) (fig. 1).
Resumen de los datos clínicos de las pacientes
Sexo | Edad | Localización | Evolución | Tratamientos previos | Vacuna | Dosis | Evolución tras la vacunación |
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Mujer | 14 | Manos, codos, rodillas | 6 meses | Crioterapia (×6) y ácido salicílico | Gardasil® | 3 | Desaparición al mes de la tercera dosis (28 sem) |
Mujer | 12 | Manos, rodillas | 9 meses | Crioterapia (×5) y ácido salicílico | Cervarix® | 3 | Desaparición a la semana de la segunda dosis (5 sem) |
Mujer | 9 | Manos | 8 meses | Crioterapia (×6) y ácido salicílico | Cervarix® | 2 | Desaparición al mes de la segunda dosis (8 sem) |
Mujer | 10 | Manos, rodillas | 8 meses | Crioterapia (×8) y Ácido salicílico | Cervarix® | 2 | Desaparición a las 2 semanas de la primera dosis (2 sem) |
Mujer | 13 | Manos, tórax, rodillas | 3 años | Crioterapia (×7) y ácido salicílico | Cervarix® | 2 | Desaparición a los 3 meses de la primera dosis (12 sem) |
sem: semanas.
Basado en la excelente respuesta en todos los casos, hemos recomendado adelantar la edad de vacunación frente al VPH en algunas niñas con verrugas vulgares de difícil manejo, consiguiendo la remisión de las mismas en todos los casos, independientemente del tipo de vacuna empleada.
Observaciones clínicas y estudios de laboratorio han constatado que las vacunas comercializadas frente al VPH consiguen una potente activación de la respuesta inmune en prácticamente todos los casos, incluso en pacientes inmunodeprimidos, con tasas de anticuerpos hasta 11 veces superiores a las que se consiguen de forma espontánea2–7.
Así mismo, varios ensayos clínicos han demostrado que con ambas vacunas se generan diferentes grados de protección cruzada frente a otros tipos de VPH no incluidos en ambos preparados, lo que permite obtener una eficacia protectora frente al VPH superior a la esperada2–5.
La respuesta inmune frente al VPH es máxima a los 7 meses y óptima en niñas entre 9-11 años, aunque se constata una menor tasa de respuesta a medida que aumenta la edad8. Así, se ha demostrado que los títulos de IgG que se generan tras la administración de 2 dosis de vacuna en niñas entre 9-14 años no es inferior a los que se originan tras 3 dosis en mujeres entre 15-25 años (motivo por el que solo se suelen administrar 2 dosis en niñas menores de 14 años)1. En este sentido, se ha sugerido un posible efecto de las hormonas sexuales en la respuesta celular inducida por estas vacunas, ya que influyen en la expresión de proteínas del VPH8.
Finalmente, el adelantamiento de la edad de la vacunación a los 9 años no condicionaría una disminución de su eficacia a medio-largo plazo, ya que la vacuna bivalente ha demostrado tasas de seropositividad >98% a los 8 años de recibir la última dosis1.
La remisión completa de verrugas vulgares tras la administración de la vacuna recombinante bivalente frente al VPH no se había descrito hasta la fecha en la literatura. Adelantar la edad de vacunación del VPH puede ser una opción terapéutica de gran utilidad en el manejo de verrugas vulgares recalcitrantes en niñas prepúberes. Por otro lado, es posible que en los próximos años se constate una menor incidencia de verrugas vulgares en mujeres vacunadas frente al VPH.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.