Se trata de lesiones nodulares, pigmentadas de rápido crecimiento, en los que la dermatoscopia es de gran utilidad para orientar el diagnóstico y consecuentemente el pronóstico (fig. 1).
El primer caso (fig. 2a) muestra una lesión simétrica pero no bien delimitada correspondiente a un dermatofibroma hemosiderótico. Dermoscópicamente se aprecia una lesión policroma (marrón claro y oscuro, rojo, blanco y azul) con un área homogénea eritematoparduzca con un retículo delicado marrón claro en periferia destacando la presencia de un patrón en arco iris en la zona central. Este patrón solo es observable con luz polarizada, con o sin contacto, y se cree debido a su interacción con ciertas estructuras cutáneas. Ha sido descrito principalmente en lesiones de sarcoma de Kaposi1 pero también en otros procesos inflamatorios2 y tumorales3.
En el estudio dermatoscópico de dermatofibroma hemosiderótico está descrita la presencia de estas estructuras blanquecinas birrefringentes como resultado del paso de la luz polarizada a través de una fibrosis dérmica acentuada4,5 y se ha mencionado la presencia del fenómeno de arco iris2.
El segundo caso (fig. 2b) muestra una lesión nodular pigmentada con una imagen dermatoscópica en la que se aprecia una lesión bicroma (blanco, azul negruzco) con escamocostra y foco de ulceración en el polo superior y manchas de pigmento en el inferior. Dentro de los hallazgos dermatoscópicos, destaca la presencia de velo azul-gris y múltiples estructuras blanquecinas birrefringentes compatibles con crisálidas; todo ello sugestivo de melanoma nodular.
Las «crisálidas» han sido descritas en la dermatoscopia con luz polarizada de lesiones melanocitarias y no melanocitarias6.
En el melanoma nodular suele observarse una lesión hipo/amelanótica, y en melanomas pigmentados como es nuestro caso, la presencia de glóbulos atípicos en periferia y un velo azul blanquecino son de los hallazgos dermatoscópicos más significativos. Además, la presencia de crisálidas en una lesión melanocítica incluye en su diagnóstico diferencial lesiones spitzoides como el nevus de Spitz, el nevus de Reed o el melanoma spitzoide; en cualquier caso es preciso descartar que se trate de una lesión maligna, especialmente en pacientes de edad adulta6.
En definitiva, hemos presentado 2 lesiones que pueden plantear un reto diagnóstico dada su similitud clínica, en las que la dermatoscopia fue clave y reveló estructuras birrefringentes diferentes; por un lado las crisálidas y, por otro, el patrón en arco iris, este último de más reciente descripción en la literatura y cuyo valor diagnóstico está aun por determinar.