Japón ha sufrido uno de los peores terremotos de la historia de la humanidad (9 grados en la escala de Richter), posteriormente un tsunami devastador con olas de más de 20 metros y ahora las consecuencias del daño grave infligido a algunas de sus centrales nucleares, especialmente la de Fukushima. Se ha desatado un gran temor en la población mundial por los posibles riesgos de la radiación nuclear. Creo de interés explicar algunos conceptos importantes sobre la radiactividad1, cuáles son los riesgos reales para el organismo y, como dermatólogos, cuáles son las manifestaciones cutáneas observables en caso de contaminación con radiaciones ionizantes.
En el núcleo de un reactor nuclear existen más de 60 contaminantes radiactivos a partir de la fisión del Uranio. Las partículas radiactivas liberadas en el accidente nuclear de Fukushima son mayoritariamente de Yodo-131 y Cesio-137 (el yodo radiactivo es captado por la glándula tiroides, y su semivida es de 8 días; el cesio queda depositado en los músculos, y su semivida es de 30 años), aunque también se han detectado algunas fugas de Plutonio. En cambio, en Chernobyl, debido a la explosión de uno de sus reactores, además se liberaron en grandes cantidades Estroncio-90, y parte del combustible nuclear (Uranio) y su producto de decaimiento (Plutonio), que son mucho más peligrosas para la salud y tienen una semivida mucho más larga1.
Estas sustancias radiactivas emiten radiaciones ionizantes (RI), que tienen energía suficiente para ionizar la materia, extrayendo los electrones de sus estados ligados al átomo. Forman radicales libres y dañan directamente el ADN y las proteínas celulares; provocan lo que se conoce como Inestabilidad Genómica Inducida por Radiación2. Esto no ocurre con las radiaciones no ionizantes (campos electromagnéticos y radiación óptica).
Las RI son de varios tipos y se encuentran en pequeñas cantidades en la naturaleza1:
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Partículas alfa (2 protones y 2 neutrones).
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Partículas beta (un electrón o un positrón).
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Rayos gamma (fotones).
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Rayos X.
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Neutrones.
La dosis de radiación ionizante absorbida por la materia se mide en gray (Gy). La dosis efectiva absorbida por el organismo se mide en sievert (Sv), y es dependiente del tipo de radiación ionizante y de los efectos biológicos producidos. En España estamos expuestos a dosis entre 2,4 y 3 milisieverts (mSv) en todo el año (en Fukushima se han detectado niveles varios miles de veces por encima del umbral permitido). La exposición a dosis menores de 100 mSv/año se considera segura1.
Algunos de los efectos de las RI son estocásticos o aleatorios no dependen de la dosis y pueden aparecer con pequeñas exposiciones aunque la probabilidad crece con la cantidad de radiación recibida. También existen efectos deterministas, dependientes de la dosis. Las repercusiones sobre el organismo dependen de la distancia a la que se encuentre la persona de la fuente de radiación, la diferente sensibilidad de cada tejido, de la tasa de dosis absorbida y los materiales radiactivos emitidos1. La RI se considera un carcinógeno confirmado según la Agencia Internacional para la Investigación en Cáncer. Excepto el mesotelioma puede causar todo tipo de cánceres2,3.
La exposición a megadosis como en un accidente nuclear puede producir casos de Síndrome de Radiación Aguda (una única dosis de 5.000 mSv mataría aproximadamente a la mitad de la población expuesta en un mes)3–7. Se observarían cuatro fases8:
- 1.
Prodrómica: anorexia, apatía, náusea, vómitos, diarrea, fiebre, taquicardia y dolor de cabeza, entre 2 y 6 días tras la exposición3.
- 2.
Latente: mejoría transitoria de días hasta un máximo de 1 mes. Inversamente proporcional a la dosis recibida.
- 3.
Enfermedad manifiesta: intensa inmunosupresión, con pancitopenia que puede llegar a la completa supresión medular. Afectación del sistema nervioso central, con cefalea, déficits cognitivos, hiporreflexia, accidente cerebro-vascular (ACV). Gastrointestinal: diarrea, dolor abdominal, hemorragia intestinal. Enfermedad cutánea, que se revisará posteriormente.
El tratamiento exige medidas de soporte vital según la sintomatología individual (fluidos, antibióticos, plaquetas, citoquinas granulopoyéticas, transfusiones, trasplante hematopoyético), y ioduro potásico a dosis de 130mg/día para los adultos3,4,7.
- 4.
Fallecimiento o recuperación: los supervivientes requerirán un seguimiento de por vida por el riesgo de carcinogénesis a largo plazo y el tratamiento de las secuelas.
El síndrome cutáneo por radiación se denomina radiodermitis (se observan también en las exposiciones iatrogénicas)3–8. Existen manifestaciones clínicas agudas y crónicas. La radiodermitis aguda la producen radiaciones de alta energía, tras un periodo de latencia de 6 a 12 días desde la exposición y con dosis acumuladas de más de 7Gy. En función de la gravedad se divide en:
- 1.
Primer grado: eritema que cura dejando hiperpigmentación moteada o difusa. A partir de los 3Gy se produce alopecia transitoria y disminución de la actividad de las glándulas sebáceas que comienza a las 3 semanas y que se recupera entre 4-12 semanas.
- 2.
Segundo grado: aparece tras dosis de 8-10Gy, en forma de eritema, edema y lesiones ampollosas. Cursa además con pérdida permanente del pelo, glándulas sebáceas, sudoríparas y uñas.
- 3.
Tercer grado: necrosis profunda, escaras y úlceras que cicatrizan lentamente, con secuelas, y mayor riesgo de carcinoma epidermoide.
La radiodermitis crónica se produce con dosis mayores de 12-15Gy tras un periodo de latencia de 2 años. Clínicamente, la piel se encuentra atrófica, esclerosa, desprovista de anejos, con hiper o hipopigmentación y telangiectasias. El riesgo de que secundariamente se formen úlceras y carcinomas cutáneos es elevado (se desarrollan sobre lesiones precursoras denominadas queratosis roentgen, similares a las queratosis actínicas).
Tanto en las lesiones agudas como en las crónicas se puede ver un efecto de área, con células basales no irradiadas que dan lugar a clonas que generan parches de piel sana rodeadas de zonas enfermas. La tabla 1 resume las principales reacciones de la piel humana a la radiación ionizante, así como las dosis umbral y el tiempo de aparición de cada una de ellas5.
Principales efectos de la radiación ionizante sobre la piel, la dosis a la que se producen y el momento en que se manifiestan5
Efecto | Dosis umbral aproximada (Gray) | Tiempo para la aparición |
Eritema transitorio temprano | 2 | 2-24 h |
Reacción eritematosa principal | 6 | 1,5 semanas |
Depilación temporal | 3 | 3 semanas |
Depilación permanente | 7 | 3 semanas |
Descamación seca | 14 | 4-6 semanas |
Descamación húmeda | 18 | 4 semanas |
Ulceración secundaria | 24 | > 6 semanas |
Eritema tardío | 15 | 8-10 semanas |
Necrosis dérmica isquémica | 18 | > 10 semanas |
Atrofia dérmica (1ª fase) | 10 | > 52 semanas |
Telangiectasias | 10 | > 52 semanas |
Necrosis dérmica (fase tardía) | > 15 | > 52 semanas |
El tratamiento de la radiodermitis aguda es sintomático con emolientes y corticoides tópicos. La indometacina y otros antiinflamatorios no esteroideos por vía oral pueden ayudar a reducir el dolor y el edema. En la radiodermitis crónica no existe tejido de granulación, por lo que se recurre al desbridamiento quirúrgico e injertos de piel sana. Las queratosis roentgen y los carcinomas se tratan de forma convencional7.
A todos aquellos que trabajan a diario para controlar la fuga de radiación en Fukushima, Japón.
En caso de detectarse una fuga en una instalación radiactiva se deben poner en marcha medidas de prevención de la contaminación, como las que se están poniendo en práctica tras el accidente de Fukushima:
- 1.
El contacto con la piel se puede eliminar con un lavado enérgico con detergentes y desechando la ropa.
- 2.
Ante la inhalación de partículas radiactivas sólo es efectivo el yodo, que satura la glándula tiroides e impide la incorporación de yodo radiactivo al organismo, pero no la del cesio o el estroncio.
- 3.
Se establece un área de exclusión total de radio variable de 20-30 km alrededor de la fuente radiactiva (independientemente de las fronteras políticas) en la que ningún civil puede permanecer y otra área periférica en la que los habitantes estén preparados para la evacuación y permanezcan en el interior de sus casas, con las puertas y las ventanas bien cerradas. La IAEA (Organismo Internacional de Energía Atómica) monitoriza los niveles de radiación a diferentes distancias de la fuente para ordenar las medidas preventivas oportunas.
- 4.
La contaminación nuclear se deposita en el suelo y en el mar, se incorpora a la cadena trófica, y pasa a animales y plantas. Para disminuir estos riesgos las autoridades podrían prohibir temporalmente la venta de productos procedentes de la zona afectada. A su vez, el resto de países podría imponer prohibiciones o restricciones a las importaciones. En cualquier caso deben extremarse los controles de radiactividad a los productos agroalimentarios.