Hemos leído con interés la revisión de Aguayo-Leiva et al. sobre el tratamiento quirúrgico vs. no quirúrgico del carcinoma basocelular, publicado recientemente en Actas Dermo-Sifiliográficas (octubre de 2010)1. Creemos de interés puntualizar algunas de sus afirmaciones, de acuerdo con nuestra experiencia:
- 1.
En sus conclusiones, los autores afirman: «a pesar de existir pocos trabajos que comparen el tratamiento quirúrgico vs. no quirúrgico del carcinoma basocelular, está claro que aquel que presenta menores tasas de recurrencia es el primero». No estamos de acuerdo con la «claridad» de esta afirmación. Es verdad que la exéresis quirúrgica es considerada generalmente como el tratamiento de elección del carcinoma basocelular (CBC), pero no existe aún una evidencia científica que avale este hecho o lo contrario2. Como señala Thissen2 en un excelente metaanálisis, no se puede comparar el riesgo relativo de recurrencias tras el tratamiento quirúrgico y no quirúrgico del CBC, debido a la ausencia de uniformidad en la selección del CBC, a diferencias en la técnica, en el grado de experiencia del dermatólogo o cirujano que realiza el tratamiento, en el análisis estadístico y en la comunicación de los resultados obtenidos entre los diferentes estudios publicados. Este es un tema aún en controversia. Unas normas generales basadas en la evidencia y no en opiniones, aunque sean «claras», aún no se pueden establecer.
- 2.
Respecto a la técnica de curetaje y electrodesecación (CE) del CBC, estamos de acuerdo con los autores en que «es una técnica cómoda, barata y que permite obtener buenos resultados funcionales y estéticos». En su revisión los autores repiten los datos de Silverman3 de 1991, y sostienen que «únicamente se recomienda en CBC menor de 1cm y localizado en zona de bajo riesgo»’. Nos ha sorprendido que no incluyan en su revisión el artículo que hemos publicado más recientemente en la Revista Azul (JAAD, enero de 2007)4 y que, al no coincidir con estas indicaciones, creemos de interés recordar aquí.
Realizamos un seguimiento de 257 pacientes con CBC (primario, no esclerosante y confirmado histológicamente), tratados con CE en el Hospital Universitario Central de Asturias, Oviedo, en una sección especializada en esta técnica. Ochenta y un CBC (diámetro entre 4 y 15mm) se localizaban en zonas de riesgo medio y 176 CBC (diámetro entre 4 y 10mm) en zonas de alto riesgo, según la clasificación habitual3. En conjunto, 105 CBC se localizaban en la región nasal, paranasal o pliegue nasolabial, 48 CBC en los párpados o en el canto ocular, 12 CBC en la región perioral, 11 CBC en los pabellones auriculares, 48 CBC en la frente y las sienes, 14 CBC en la región periauricular y 19 CBC en las mejillas y el área malar. La media de seguimiento fue de 5,34 años (DE: 1,33). Los resultados se analizaron rigurosamente mediante el método de tablas de vida y mediante la curva de Kaplan-Meier. Como resumen, solo observamos tres recurrencias de CBC tratado con CE (nasal, párpado y periauricular respectivamente). La tasa acumulativa de no recurrencia a los 5 años del CBC tratado con CE fue del 98,80% (DE: 0,70; IC 95%: 97,40-100%). Es decir, la recurrencia de CBC primario y no esclerosante en zonas de riesgo medio y alto fue observada solo en un 1,20%. En otros artículos previos al nuestro se ha referido una tasa de curación del CBC tratado con CE de más del 95% (hecho importante: por expertos y siguiendo adecuados criterios de selección)4. Como resumen, nuestra experiencia es que la técnica de CE del CBC puede ser muy eficaz y con bajo coste no solo en zonas de bajo riesgo, sino también en CBC faciales en zonas de riesgo medio y alto si:a) se realiza por expertos; y b) se realiza una selección adecuada (CBC primario, no fibrosante y con los diámetros referidos). Al igual que con cualquier otro procedimiento, la necesidad de un entrenamiento adecuado en su realización es uno de los factores decisivos en su eficacia, y siempre a tener en cuenta si se comparan los resultados entre diversas técnicas.