La frecuencia de dermatitis de contacto alérgica a aceites esenciales está aumentando, debido al amplio uso de productos que los contienen1. Los aceites esenciales se usan junto a las fragancias para elaborar productos cosméticos. Es frecuente desarrollar sensibilización a ambos2. Para su correcto diagnóstico, contamos con el uso de marcadores de fragancias, incluidos en la batería estándar del Grupo Español en Investigación de Dermatitis de Contacto y Alergia Cutánea (GEIDAC), baterías específicas y los productos propios aportados por el paciente3. Un varón de 58 años, con antecedentes de psoriasis para lo que realizaba tratamiento con corticoides tópicos y emolientes, acudió a nuestra consulta, refiriendo aparición de edema y eritema en ambos párpados 24h después de haber fumigado un huerto propio, con un producto elaborado de forma casera. El cuadro se resolvió tras la aplicación de propionato de clobetasol tópico. El producto de fumigación casero contenía aceite de neem puro, adquirido mediante Internet a través de un distribuidor (fig. 1A). El paciente refirió haber usado en el pasado el aceite de neem como producto emoliente sobre las placas de psoriasis, notando la desaparición de las mismas. Sin embargo, con las aplicaciones repetidas del aceite, el paciente presentó clínica eccematosa sobre las mismas, motivo por el cual abandonó el tratamiento, con resolución de las lesiones. Se realizaron pruebas epicutáneas con la batería estándar del GEIDAC, batería de perfumes y aromas de Chemotecnique®, hidroperóxido de limoneno, linalool y el aceite de neem, que aportó el paciente. En la lectura de las 48 y 96h se obtuvo positividad para el níquel (++) y el aceite de neem (+++) (fig. 1B). Se realizaron diluciones al 25 y al 50%, que resultaron positivas a las 48 y 96h (fig. 1C). Los controles realizados en 16 personas, resultaron negativos. El paciente realizó un test de uso en antebrazo, en el que presentó una reacción eccematosa en el lugar de aplicación y en ambos párpados, a las 48h. Ante los hallazgos se realizó el diagnóstico de dermatitis de contacto alérgica aerotransportada por aceite de neem, en un paciente que ya había presentado clínica de dermatitis alérgica de contacto a aceite de neem. El aceite de neem es obtenido a partir de las semillas de árbol de neem (Azadirachta indica), originario de India y ampliamente usado durante siglos en la medicina hindú. El árbol de neem posee actividad anti-infecciosa, inmunomoduladora, antiinflamatoria, antioxidante y anticarcinogenética, lo que hace que se haya usado en multitud de enfermedades sistémicas y dermatológicas (alopecia, úlceras, lepra, acné, psoriasis, eccema, tiña, verrugas, radiodermitis…)4,5. Además de su uso médico, también forma parte de productos cosméticos, pesticidas, fungicidas, repelentes de insectos y fertilizantes6. Solo se han publicado 4 casos de dermatitis de contacto a aceite de neem, todos ellos tras usarlo de forma tópica como tratamiento para diferentes enfermedades. En 2 de ellos, usado como tratamiento de la psoriasis, al igual que en nuestro caso7,8. En los otros 2 casos se usó como tratamiento de una alopecia areata6 y un forúnculo7. En los casos descritos por Greenblatt et al. y Lauriola y Corazza, se realizaron controles en 5 y 8 pacientes, respectivamente, obteniendo resultados negativos. Solo en el caso descrito por Hamamoto se realizan diluciones, resultando positivas7,8. En 2 de los casos se refleja positividad para otras fragancias (mezcla de fragancias I y otros aceites esenciales contenidos en los productos propios usados por los pacientes)6,8. En nuestro caso, solo hemos obtenido positividad para el aceite de neem. El alérgeno del aceite de neem es desconocido, ya que pueden aislarse más de 140 componentes8. Entre ellos, podrían actuar como alérgenos, los triterpenoides (azadiractina y nimbin), cumarinas, contaminantes y subproductos de oxidación. Los diferentes componentes pueden alterarse en función del proceso de extracción del aceite. Si se obtienen productos con alta concentración de azadiractina, actúa como un potente pesticida, pero es irritante. De ahí, la importancia de realizar estudios completos con diluciones y controles, para descartar dermatitis de contacto irritativas.7 El caso presentado permite resaltar la importancia de una correcta anamnesis en los pacientes que presentan sospecha de dermatitis de contacto alérgica. Debemos extraer información de forma exhaustiva, sobre los productos que usan nuestros pacientes en los diferentes ámbitos de sus vidas, incluyendo hobbies y tratamientos alternativos, usados incluso para otras enfermedades.
Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.