El eczema es una reacción cutánea inflamatoria, de etiología variable. Clínicamente se caracteriza por prurito y lesiones cutáneas polimorfas, que pueden evolucionar de forma sucesiva como eritema, máculas, pápulas, edema, vesículas o ampollas, excoriaciones, erosiones, costras, descamación, hiperqueratosis, liquenificación y fisuración1. Histológicamente se caracteriza por espongiosis. Otros hallazgos incluyen acantosis, paraqueratosis, infiltrado perivascular linfocitario en dermis superior con/sin epidermotropismo y/o eosinófilos en número variable2.
El eczema de contacto (EC) se produce cuando la superficie cutánea entra en contacto con una sustancia exógena. El eczema de contacto irritativo (ECI) constituye el 80% de los casos y se produce por efecto tóxico local debido al contacto único o repetido con sustancias irritantes, siendo limitado al área de exposición en la mayoría de los casos. Es más frecuente en manos (80%) y cara (10%)3,4. El eczema de contacto alérgico (ECA) constituye el 20% restante, siendo una reacción de hipersensibilidad retardada desencadenada por el contacto con una sustancia a la que previamente el paciente se ha sensibilizado. Aparece en el área de exposición y, ocasionalmente, a distancia5. En ambos EC la clínica puede ser similar, por lo que es fundamental una historia clínica y una exploración física exhaustivas en búsqueda de los principales factores de riesgo1,3–9.
No hemos encontrado descrito en la literatura un protocolo de evaluación clínica inicial de este tipo de pacientes. La guía clínica alemana de eczema de manos propone realizar una historia clínica y un examen físico minuciosos (grado de recomendación A), atendiendo especialmente a la ubicación y la morfología de las lesiones cutáneas6. De esta manera, exponemos el abordaje habitual que realizamos en la primera consulta en la Unidad de Eczemas del Hospital 12 de Octubre de Madrid:
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Características individuales del eczema1,3–9: localización inicial, tiempo de evolución, síntomas (prurito, dolor, escozor), comportamiento y extensión, curso clínico (persistente o intermitente), presencia de exacerbaciones y remisiones, episodios previos de eczema, factores agravantes, variación estacional, tratamientos previos y la relación con fines de semana, vacaciones, períodos de baja laboral y con la exposición solar.
- b)
Factores predisponentes:
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Edad y sexo. El ECI es más común en mujeres, niños y ancianos3,4,7.
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Antecedentes personales de alergias y pruebas complementarias confirmatorias7.
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Historia personal y/o familiar de dermatitis atópica, asma y/o rinoconjuntivitis alérgica, por mayor riesgo de el ECI3,4,7.
- −
Antecedentes personales de otras dermatosis. La dermatitis seborreica presenta un aumento de los niveles de citoquina proinflamatoria interleuquina 1α que origina un mayor riesgo de ECI3.
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Factores genéticos. El polimorfismo de TNFα-308 y las mutaciones del gen de la filagrina constituyen probablemente un factor de riesgo para el ECI7.
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- c)
Factores de exposición:
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Exposiciones ocupacionales y domésticas pasadas y presentes (tabla 1)1,3–5. Averiguar el uso de medidas de protección personal como guantes, gafas, máscaras y uniformes.
Tabla 1.Principales ocupaciones laborales relacionadas con el eczema de contacto
Peluquería Panadería Carnicería Pesca Sanitarios (médicos, dentistas, enfermeras, auxiliares) Veterinarios Limpieza Floristería Industria metalúrgica Agricultura Preparación de alimentos y catering Impresión y pintura Ingeniería mecánica Construcción - −
Exposición a sustancias irritantes (tabla 2)3,4.
Tabla 2.Características de las sustancias irritantes
Irritantes más comunes: Jabones Detergentes Productos de limpieza Agua Disolventes orgánicos Agentes oxidantes y reductores Aceites de corte Sustancias ácidas y alcalinas Plantas Pesticidas Características fisicoquímicas: Tamaño de la molécula Ionización Polarización Solubilidad Volatilidad Potencia pH Condiciones de la exposición: Concentración Volumen Tiempo de aplicación Repetición Factores ambientales: Temperatura Condiciones meteorológicas Fricción Humedad Oclusión Traumatismos - −
Trabajo húmedo: se define como la exposición al agua durante más de 2h al día, y/o el lavado de manos más de 20 veces al día, y/o uso de guantes durante más de 2h al día.
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Actividades de ocio y aficiones.
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Uso de productos para el cuidado de la piel, perfumes, cosméticos, metales, medicamentos tópicos.
También exponemos el procedimiento habitual con respecto a la exploración física completa:
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Descripción de las lesiones eczematosas1,3–6,9: localización, patrón (agudo, subagudo, crónico), distribución (única, parcheada, lineal, difusa, diseminada), morfología, intensidad, tamaño, palpación, ulceración, costras, signos de sobreinfección, hiperqueratosis y liquenificación.
- −
Examen dermatológico total incluyendo cuero cabelludo, áreas intertriginosas, palmas, plantas y uñas.
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Inspección cuidadosa de signos clínicos de dermatofitosis, psoriasis y atopia (tabla 3)1,3–5,10.
Tabla 3.Estigmas de atopia
Xerosis Ictiosis vulgar Queratosis pilaris Prominencia folicular Hiperlinearidad palmoplantar Doble pliegue palpebral Hiperpigmentación palpebral asociado a edema y liquenificación Pliegues horizontales en área central de cara anterior de cuello Ausencia o adelgazamiento de la parte lateral de las cejas Dermografismo blanco Pitiriasis alba Liquenificación en dorso de manos y dedos, y tabaquera anatómica Eczema areolar Acrovesiculosis o pulpitis digital Dermatitis plantar juvenil Queilitis atópica Prúrigo simple
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Ante un exantema cutáneo eritematoso pruriginoso con lesiones eczematosas deberían considerarse diversos diagnósticos diferenciales que incluyen dermatitis seborreica, dermatitis atópica, psoriasis, rosácea eritematosa, eczema asteatósico, eczema dishidrótico, dermatitis herpetiforme, liquen simple, dermatofitosis, escabiosis, micosis fungoide1–5.
La información obtenida puede ayudar a dirigir la selección de procedimientos diagnósticos necesarios que incluyen patch test, prick test, cultivos y biopsia cutánea1–9. En conclusión, el objetivo de este artículo es exponer una guía de evaluación clínica inicial que actualmente se realiza en nuestro centro para que pueda servir de ayuda al dermatólogo en la consulta de los pacientes con EC. La historia clínica y la exploración dermatológica sirven para la orientación del diagnóstico, la búsqueda de la etiología, reconocer la relevancia de pruebas complementarias y para la educación de los pacientes. La guía alemana recomienda con un grado de evidencia B medidas de prevención secundaria en grupos de alto riesgo mediante la evitación de la exposición de irritantes y alérgenos conocidos por el uso de una protección cutánea adecuada6. Por último, es fundamental el papel del dermatólogo para la selección de pacientes de alto riesgo y adoptar las medidas de prevención primaria y secundaria adecuadas.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.