El tricogerminoma fue descrito en 19921, y han sido pocos los casos publicados de esta neoplasia benigna con diferenciación folicular2–6. Posee unas características morfológicas fácilmente reconocibles que merecen ser destacadas dentro de las neoplasias foliculares.
Se presenta un varón de 71 años de raza caucásica, sin antecedentes patológicos de interés, que consultaba por una lesión asintomática de 6 años de evolución en el muslo izquierdo, la cual había crecido rápidamente en los últimos meses hasta triplicar su tamaño. En la exploración física se objetivó un nódulo blanquecino de 25mm, de consistencia dura, desplazable sobre planos profundos, no doloroso a la palpación (fig. 1A). Se realizó una extirpación completa de la lesión, sin márgenes de seguridad. En el estudio histológico se evidenció un nódulo bien delimitado rodeado por una pseudocápsula fibrosa, localizado en la dermis profunda y la hipodermis, sin conexión con la epidermis. Este estaba compuesto por lóbulos de células basaloides con empalizada periférica, sin grieta de retracción entre estos y el estroma (fig. 1B). El estroma era amplio con abundantes fibroblastos. De manera constante se observaron unas estructuras densas redondeadas, a modo de capas de cebolla o nidos de células, de citoplasma pálido, núcleo alargado vesiculoso y, en ocasiones, picnótico (fig. 2). También se observaron escasos focos de queratinización. No se observó atipia citológica. La inmunohistoquímica para AE1/AE3, CK5/6 y p63 fue positiva igualmente en ambos tipos celulares (fig. 3). Estas estructuras en nidos características, en el contexto de una neoplasia basaloide benigna con diferenciación pilosa, llevaron al diagnóstico de tricogerminoma. Tras un año de seguimiento no ha recidivado.
Sau et al.1, en su serie de 14 casos, fueron los primeros en acuñar por primera vez el término tricogerminoma, haciendo referencia a su diferenciación hacia el epitelio germinal del pelo. Bajo él describieron una neoplasia compuesta por lóbulos de células basaloides, caracterizada por masas de células densamente agrupadas, en forma de nidos redondeados o «bolas celulares» (traducción literal del inglés), simulando bulbos pilosos. Estos lóbulos mostraban empalizada periférica; el estroma entre ellos era variable, sin hendidura con el epitelio, e inexistente entre los nidos. Previamente estas imágenes habían sido publicadas en 2 figuras del trabajo de Grouls et al.7, bajo el diagnóstico de fibroma tricoblástico.
El tricogerminoma es un tumor de individuos de edad media (mediana de 50 años), más frecuente en hombres, que se presenta en forma de nódulos solitarios, sin alteraciones superficiales, salvo telangiectasias2. Se localizan en la cara mayoritariamente, y menos frecuentemente en el cuero cabelludo, el tronco y los miembros1–5. Su crecimiento suele ser lento y su comportamiento benigno, sin recidiva tras la extirpación completa. Cabe destacar un caso de Sau et al. con áreas de carcinoma indiferenciado al diagnóstico, que metastatizó y ocasionó la muerte del individuo1.
Inmunohistoquímicamente los lóbulos basaloides son positivos para marcadores de citoqueratinas tales como AE1/AE3 (pancitoqueratinas) y CK5/6, CK5/82–4, las cuales podrían reflejar su diferenciación hacia la vaina radicular externa8. Las estructuras pálidas redondeadas características del tricogerminoma han mostrado escasa o nula inmunorreactividad a los marcadores de citoqueratinas anteriores, lo que Kazakov3 considera un probable artefacto, puesto que las células podrían estar en apoptosis y contener menos citoplasma. Por contra, otros autores lo consideran un dato característico más para diferenciarlo del tricoblastoma. Chen et al.5, sin embargo, encuentran un menor contraste en la positividad para CK5/6 entre las 2 áreas lo que, sumado a nuestro caso, apoyaría la hipótesis de Kazakov. Otro marcador epitelial, p63 (de la familia de p53, localizado en el núcleo9 y expresado en células de origen matricial y de la vaina radicular externa en tumores con diferenciación folicular10), no ha mostrado diferente patrón de inmunorreactividad entre ambas zonas4, como en el presente caso.
El diagnóstico diferencial ha de hacerse con neoplasias de células basaloides con diferenciación folicular. Para muchos autores estas neoplasias forman un espectro2,3: presentan elementos comunes y se clasifican en función del que predomine. El tricoblastoma, citado anteriormente, se caracteriza por lóbulos de células basaloides sin conexión epidérmica, con empalizada periférica y sin grieta de retracción. Forma figuras que recuerdan a bulbos pilosos y papilas dérmicas, sin áreas de células pálidas en capas de cebolla. El rasgo diferencial del tricoepitelioma es el predominio de la formación de quistes córneos. El triquilemoma muestra conexión con la epidermis y se caracteriza por células claras con empalizada periférica. Finalmente, el carcinoma basocelular se diferenciaría por su grieta de retracción entre el epitelio y el estroma y su conexión con la epidermis.
A pesar de la clínica inespecífica de esta neoplasia benigna, en forma de nódulos solitarios profundos sin afectación epidérmica, su histología resulta característica y permite diferenciarlo del tricoblastoma, bien como una entidad diferente, bien como una variante. Cabe destacar del caso presentado la estabilidad de la lesión durante años y su posterior crecimiento rápido en meses, sin evidencia de malignidad en el estudio histológico.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.