La urticaria de contacto consiste en la aparición de unos habones pruriginosos de forma inmediata al contacto de la piel con una sustancia, que se resuelven unos minutos u horas, tras el cese de la exposición. Puede tratarse de un mecanismo de hipersensibilidad inmediata mediada por la IgE (urticaria de causa inmunológica), aunque también puede deberse a una estimulación directa de las células inflamatorias subcutáneas o de los vasos sanguíneos por sustancias histamino-liberadoras o vasoactivas contenidas en los alimentos (urticaria de causa no inmunológica)1.
La alergia a la miel es rara, con una incidencia estimada en la población general menor del 0,001%2. El síntoma descrito más frecuentemente es el prurito oral, mientras que la urticaria de contacto es un síntoma excepcional3.
Una mujer de 25 años, con polinosis estacional como único antecedente personal, acudió por la aparición de habones, de forma inmediata a la manipulación de la miel de las colmenas de su finca en León (España), con una gran cantidad de encinas y castaños, y de presentación únicamente en las zonas de contacto y con una desaparición espontánea a los cinco a 10 minutos. La paciente refería que la ingesta de pequeña cantidad no le producía clínica alguna. Refería, además, haber sufrido picaduras de abeja con una reacción exclusivamente local, sin clínica sistémica acompañante.
Ante la sospecha de una alergia a la miel se llevaron a cabo las siguientes pruebas complementarias:
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Prick con pólenes: gramíneas, olivo, plátano de sombra, ciprés arizónica y algunas malezas como la artemisa, amaranto, Chenopodium, Salsola, parietaria y el plántago.
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Prick-Prick con própolis (mezcla resinosa presente en las colmenas), la miel de León traída por la paciente, otra miel de Burgos y otra miel comercial marca «luna de miel».
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Prick con profilina, pólenes de abedul y encina (como representación de PR-10), la LTP del melocotón, la mostaza y el sésamo (como representación de proteínas de almacenamiento).
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Analítica (técnica InmunoCap): IgE total, IgE específica frente a la miel, frente al veneno de abeja (Apis) y frente a los distintos pólenes disponibles (entre ellos algunos compuestos): ambrosía elatior, artemisa, parietaria judaica; Salsola kali, castaño; rBet v 1 PR-10 abed; rBet v 2 profilina; rPhl p 1 y 2 hierba tim; rOle e 1 olivo.
Se demostró una sensibilización relevante a la miel con una prueba en prick positiva para la miel implicada de León de 15 mm (también positividad con las otras dos mieles) y una IgE específica en sangre elevada para la propia miel de 5,93 kU/L y veneno de abeja de 1,77 kU/L. El resto de pruebas, incluidas las pruebas cutáneas y la IgE específica frente a pólenes fueron todas negativas, salvo el plántago, sin una relevancia clínica por su baja probabilidad de implicación.
La sensibilización primaria en pacientes alérgicos a la miel puede ser a través de la propia miel, a componentes del veneno de abejas (u otros componentes de las propias abejas), o a la presencia de pólenes aerotransportados en la misma2-5. Esta última es la causa más frecuente y se encuentra relacionada principalmente con la sensibilización al polen de la familia de las compuestas (más frecuentemente la artemisa) y puede variar en relación con la estación del año y la localización1,2,5. El 30% de los pacientes alérgicos a la miel presentan IgE frente al veneno de abeja, y un 20% de la población general tiene IgE frente a himenópteros, aunque es controvertida la asociación entre la alergia a la miel y la alergia al veneno de abeja3. La paciente presentó una sensibilización al veneno de abeja sin una relevancia clínica, puesto que había mostrado solo una reacción local a las picaduras de abejas.
La paciente, por lo tanto, fue diagnosticada de una urticaria de contacto por miel en probable relación con alguna proteína de la misma no identificada. Dada la negativa de la paciente a llevarse a cabo una provocación oral controlada, se le recomendó la evitación de su ingesta.
Destaca la importancia de un estudio alérgico completo en estos pacientes, que permita la identificación causal, con el fin de poder proporcionarles unas recomendaciones de evitación específicas y adaptadas a cada caso.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.