Una mujer de 68 años acudió a la consulta de dermatología de atención primaria solicitando exéresis de una lesión situada sobre la clavícula derecha, de más de 15 años de evolución, pero que recientemente había aumentado de tamaño. A la exploración física se observaba una tumoración exofítica de 13mm de diámetro, pediculada, de color violáceo y de aspecto vascular, con telangiectasias en la periferia (fig. 1). A la palpación llamaba la atención que se trataba de una masa pulsátil. Un eco-Doppler objetivó una elongación, como un bucle, de la arteria carótida primitiva, sugiriendo una angiodisplasia arterio-venosa. La angiorresonancia magnética confirmó que la lesión vascular era de alto flujo tras la administración de contraste (fig. 2). La lesión fue extirpada bajo anestesia local.
Las malformaciones arterio-venosas o angiodisplasias aparecen como consecuencia de errores en la morfogénesis vascular, y aquellas originadas en la arteria carótida común son muy infrecuentes. La mayoría de ellas son congénitas, pero también pueden aparecer tras procedimientos quirúrgicos como la introducción de un stent en la arteria. Una exploración física minuciosa que incluya inspección y palpación es fundamental para evitar diagnósticos erróneos, dirigir las exploraciones complementarias y planificar mejor el tratamiento.