Las telangiectasias causadas por fármacos o daños iatrogénicos son muy poco frecuentes. Algunos medicamentos como el litio, el interferón alfa y la isotretinoína las pueden originar1. Sin embargo, cuando las telangiectasias aparecen en áreas fotoexpuestas suelen estar relacionadas con los bloqueantes de los canales de calcio (BCC) o calcioantagonistas, aunque también se han descrito en relación con otros como venlafaxina y cefotaxima2,3.
En estos casos, las lesiones aparecen en áreas fotoexpuestas, pocos meses después de iniciar el tratamiento. El pronóstico es bueno, ya que un adecuado diagnóstico, seguido del cambio de tratamiento por un fármaco de otro grupo, permite una mejoría rápida con desaparición completa o casi completa de las lesiones.
Presentamos una paciente con telangiectasias fotodistribuidas, asociadas a amlodipino, que desaparecieron pocas semanas después de la suspensión del tratamiento.
Una mujer de 36 años de edad consultó por la aparición de lesiones eritematosas en la región facial y preesternal, de aproximadamente 10 meses de evolución, para las que no había realizado ningún tratamiento. Como antecedente personal relevante presentaba hipertensión arterial, en tratamiento con amlodipino desde hacía un año. Negaba antecedentes personales de rosácea, así como el uso de corticoides tópicos. A la exploración, se objetivaban en la región torácica anterior numerosas lesiones eritemato-purpúricas, con retículo vascular, todas de menos de 1cm de diámetro mayor, que blanqueaban a la vitropresión (fig. 1), con escasas lesiones similares en el dorso nasal. El estudio histopatológico mostró una discreta dilatación de capilares del plexo vascular de la dermis superficial y un mínimo infiltrado perivascular linfohistiocitario, sin signos de vasculitis ni aumento de mastocitos; el análisis de sangre con hemograma, bioquímica y autoinmunidad básica no mostró alteraciones.
Debido a la correlación temporal entre el inicio del tratamiento y la aparición posterior de las lesiones, se diagnosticó a la paciente de telangiectasias fotodistribuidas asociadas a amlodipino, motivo por el que este último fue sustituido por enalapril. Seis semanas después, se objetivó una mejoría significativa, con desaparición de la mayoría de las lesiones (fig. 2).
Los BCC constituyen un grupo de fármacos muy utilizados en el tratamiento de enfermedades cardiovasculares, como la hipertensión arterial y la cardiopatía isquémica4. Las reacciones cutáneas adversas asociadas a estos fármacos son raras. El prurito, la urticaria, la alopecia, el síndrome de Stevens-Johnson y la necrólisis epidérmica tóxica se encuentran entre las formas más frecuentemente descritas1,4,5.
Los casos de telangiectasias fotodistribuidas, asociadas a BCC, publicados en la literatura son debidos a fármacos del grupo de dihidropiridinas (amlodipino, nifedipino, felodipino). Dentro de ellos, el amlodipino es el implicado con más frecuencia1,4,6. En la revisión de Bakkour et al. describen 8 casos, entre 33-85 años, 3 del sexo femenino y 5 del masculino. La incidencia es muy baja, aunque es probable que se trate de una entidad infradiagnosticada.
Su mecanismo etiopatogénico aún no está aclarado. Se postula que la radiación solar podría constituir un factor importante en su aparición. Podrían relacionarse con la acción vasodilatadora de estos fármacos sobre los vasos de la dermis y/o ser debidas a la acción de fotoproductos y especies reactivas de oxígeno generados tras la absorción de radiación ultravioleta, sobre todo UVA, y luz visible1,4.
Clínicamente se caracteriza por la aparición de telangiectasias en áreas fotoexpuestas como la región facial, el escote, la mitad superior de la espalda y la raíz de los miembros superiores. Generalmente son asintomáticas, y aparecen pocos meses después de haber iniciado el tratamiento1,4,6-9.
El diagnóstico diferencial se realiza con telangiectasias de otras causas como: las asociadas a las hepatopatías y a los estados hiperestrogénicos; las asociadas a enfermedades autoinmunes como la esclerodermia, la dermatomiositis y el lupus eritematoso; y la telangiectasia eruptiva macularis perstans, entre otras1. Una correcta anamnesis y exploración física, y la mejoría clínica al retirar el fármaco implicado, nos permitirá llegar al diagnóstico.
El tratamiento se basa en la retirada del fármaco responsable. El pronóstico es bueno, con mejoría o desaparición de las lesiones en pocas semanas, después de la suspensión del tratamiento.
En conclusión, las telangiectasias constituyen un motivo de consulta frecuente en dermatología. Las lesiones fotodistribuidas asociadas a BCC son un efecto secundario poco reportado, por lo que quizá se debería interrogar de forma dirigida al paciente sobre la ingesta de estos fármacos. El curso tras el inicio del medicamento es la clave en su identificación, y el manejo consiste en la retirada del mismo. Los dermatólogos debemos de estar familiarizados con esta entidad, para evitar estudios innecesarios.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.