El diagnóstico precoz del melanoma representa aún hoy en día un reto indudable: a pesar de haber aumentado en los últimos años claramente la detección de melanomas in situ y de bajo espesor, se ha observado que la mortalidad por este tumor se mantiene a niveles muy similares a los de hace una década, probablemente a expensas de la baja tasa de identificación temprana de melanomas nodulares y melanomas avanzados en grupos de población específicos.
En este sentido, en el estudio publicado en Actas Dermo-sifiliográficas por los Dres. Ríos et al. —elaborado a partir de datos del Registro nacional de melanoma cutáneo, con una muestra de 13.628 casos registrados durante el período 1997-2011— se destaca que los varones, en particular aquellos de más de 50 años, presentaron melanomas con mayores índices de Breslow y otras características de peor pronóstico, lo que sugiere la necesidad de orientar las campañas de prevención y detección precoz no solo a la población general, sino específicamente al colectivo masculino mayor de 50 años1.
Una pregunta que puede surgir cuando se plantean dichas campañas es si instruir a la población en una adecuada autoexploración acompañada de visitas periódicas al dermatólogo puede ser de ayuda. A partir de un estudio de 423 casos y 678 controles, un grupo de investigación norteamericano observó que la realización de autoexploraciones cutáneas, sin necesidad de instrucción previa por un especialista, con una frecuencia variable de 1-11 veces al año, disminuía el riesgo de melanomas con mayor índice de Breslow y duplicaba las posibilidades de autodetectar un melanoma, que mejoraba aún más si el paciente había tenido contacto con un médico a lo largo del año. Aunque parece razonable recomendar conductas de autoexploración combinadas con controles por parte de un especialista, los autores de este estudio reconocen que dichos resultados pueden estar en relación con algún factor de confusión o sesgo, por lo que aún es precisa más evidencia2.
Respecto a la evaluación por parte del dermatólogo es importante insistir en el adecuado uso de la dermatoscopia manual y digital en la identificación temprana del melanoma. Establecida su utilidad a lo largo de los últimos años, un reciente artículo de revisión del grupo de la Dra. Zalaudek así lo confirma, haciendo al mismo tiempo una revisión de otros puntos que aún quedan por dilucidar3.
Queda todavía camino por recorrer en la definición de las mejores estrategias en la detección precoz del melanoma, en particular en sus formas más agresivas. En este objetivo la aplicación de las medidas de diagnóstico indicadas podrían verse favorecidas por la aplicación de medidas políticas y legislativas adecuadas, como la inclusión del melanoma como una enfermedad de declaración obligatoria, tal y como proponen los autores del primer artículo revisado en el presente manuscrito, y como de hecho ya lo es en Estados Unidos desde el año 2010.