El nevus oligemicus es una entidad dermatológica de reciente descripción, referido por primera vez por Davies et al. en 19811 y con pocos casos reportados en la actualidad.
Presentamos 2 casos de pacientes mujeres de 66 y 81 años de edad, paciente uno y paciente dos respectivamente, que fueron valoradas en nuestro Servicio, en un intervalo aproximado de 1 año, por la aparición de unas máculas en ambas mamas. A la exploración física se observaban en las mamas máculas eritemato-violáceas, con un componente telangiectásico, de varios centímetros de tamaño y de bordes irregulares y mal definidos. A la digitopresión la lesión blanqueaba y a la palpación destacaba la marcada frialdad local en comparación con la piel sana adyacente, sin signos de isquemia arterial (fig. 1). Las lesiones tenían una evolución de 1 año y eran asintomáticas. Las pacientes negaban un traumatismo local previo, la aplicación de productos tópicos o la presencia de un proceso infeccioso. La paciente 2 era hipertensa y padecía osteoporosis y demencia tipo Alzheimer en fase inicial, por lo que seguía tratamiento farmacológico desde hacía muchos años. Los resultados de la analítica que incluyó hemograma, bioquímica, coagulación, función renal y hepática, anticuerpos anti-cardiolipina, anticuerpos anti-nucleares y crioglobulinas, y la serología para Borrelia burgdorferi fueron normales. La biopsia cutánea, realizada solo en la paciente dos, mostró una ectasia vascular en la dermis papilar (fig. 2). Las lesiones fueron diagnosticadas de nevus oligemicus y durante un período de seguimiento de aproximadamente 2 años las lesiones han permanecido estables y no han aparecido otras nuevas.
El nevus oligemicus es una entidad poco presente en la literatura, aunque es posible que su carácter asintomático y en ocasiones poco evidente condicione que sea poco comunicado por los propios pacientes o infradiagnosticado. Su etiopatogenia se desconoce, pero se propone una alteración en los receptores adrenérgicos del plexo vascular profundo de la dermis con una hipertonía simpática. Así, existiría un enlentecimiento del flujo vascular profundo, encargado de la termorregulación cutánea, que originaría la frialdad al tacto; y una vasodilatación relativa del plexo vascular superficial, responsable de la nutrición tisular, dando lugar al eritema. El término nevus oligemicus se podría traducir como nevus «poco vascularizado» y algunos autores lo consideran más un trastorno funcional que anatómico1–3.
Clínicamente se manifiesta como máculas eritemato-violáceas, en algunos casos en forma de máculas blanquecinas y telangiectásicas4, de límites imprecisos e irregulares, fijas y adquiridas. A la palpación las lesiones blanquean y su temperatura es al menos 2°C inferior a la piel sana adyacente, objetivada dicha temperatura mediante un termómetro de contacto. Suele localizarse en el abdomen y los muslos1,4–6, y con menor frecuencia en mamas7,8 y manos2. Son asintomáticas y solamente se ha descrito un caso con alteraciones en la sensibilidad térmica local2. Aunque el diagnóstico es fundamentalmente clínico, el estudio histológico, si se practica, muestra una dilatación de los vasos de la dermis papilar y una oclusión de los vasos de la dermis reticular, sin alteraciones en el número de vasos. Las pruebas de vasomotricidad son normales tanto en la piel sana como en la piel afecta1–3,5, lo que apoyaría el carácter funcional de esta entidad. El único factor desencadenante reconocido es el baño prolongado en agua fría que condicionó la aparición de un nevus oligemicus en manos2. Se han propuesto otros factores favorecedores como la obesidad, el sedentarismo o la presión proximal como la que podría ejercer el ajuste del cinturón del pantalón en las lesiones localizadas en abdomen, pero ni la pérdida de peso ni la suspensión de la presión resolvieron el nevus oligemicus5. Las pacientes presentadas en este artículo tenían sobrepeso de predominio abdominal, ptosis mamaria y sus mamas eran de gran tamaño.
El diagnóstico diferencial debe establecerse con el eritema inflamatorio (mastitis, celulitis, erisipela) que tiene un carácter resolutivo y la lesión es caliente, con las malformaciones capilares, sin cambios en la temperatura local y con signos histológicos propios, y con la livedo reticularis que se caracteriza por un patrón reticulado o en red eritemato-violáceo5,6,8.
Las lesiones permanecen estables en el tiempo, sin cambios en el tamaño ni aparición de otras nuevas. El uso de corticoides sistémicos como tratamiento no las resolvió5.
En conclusión, aportamos 2 casos de nevus oligemicus en una localización infrecuente como son las mamas, con un solo caso descrito en esta localización previamente y cuya afectación era unilateral7. La clave para el diagnóstico es la demostración de una hipotermia localizada y permanente, por lo que será de gran importancia la palpación de la lesión y la demostración de una disminución de entre 2 y 2,5°C en la temperatura local. Consideramos probable que su frecuencia sea mayor de lo que hace suponer la revisión de la literatura, pero poco evidente o poco consultada por los pacientes.