La infección por molluscum contagiosum es muy frecuente en la población infantil y es uno de los motivos de consulta más frecuentes en pediatría ambulatoria y hospitalaria1. La infección se produce por contacto directo con la piel infectada de persona a persona, por contacto con fómites o por autoinoculación2. En la adolescencia y en la edad adulta la infección se puede producir por contacto sexual. Su aparición en el periodo neonatal es excepcional.
Caso 1: Niña de 12 meses, sin antecedentes de interés, nacida a término por parto vaginal. Consultan por presentar 3 lesiones congénitas en la región occipital izquierda. La madre refería antecedente de infección en la región inguinal y en los labios mayores por molluscum contagiosum durante la gestación, confirmándose con biopsia. En la exploración se observaban 2 pápulas traslúcidas umbilicadas de 1 y 2mm de diámetro y una de 4mm con superficie costrosa. Se realizó raspado de las lesiones confirmándose la presunción clínica de molluscum contagiosum (fig. 1).
Caso 2: Niño de 2 años, sin antecedentes de interés, que fue traído a la consulta por presentar en los 4 primeros días de vida una lesión en el hombro derecho que había crecido en los últimos meses. El niño había nacido a término, por parto vaginal. La madre estaba sana sin antecedentes de lesiones cutáneas. En la exploración presentaba en el hombro derecho una única pápula con bordes bien definidos, del color de la piel normal, con centro ligeramente umbilicado de 6mm (fig. 2). Bajo la sospecha clínica de molluscum contagiosum se realizó raspado de la lesión tras la aplicación de crema anestésica. El procedimiento se realizó con facilidad, desprendiéndose la lesión en su totalidad. El estudio anatomopatológico fue compatible con molluscum contagiosum (fig. 3).
El molluscum contagiosum pertenece al grupo de los Poxvirus y clínicamente se presenta como una pápula perlada del color de la piel normal o traslúcida con centro umbilicado de 1 a 5mm de diámetro3. Las áreas afectadas con mayor frecuencia son el tronco, las extremidades y el cuero cabelludo. El diagnóstico es clínico. Solo ocasionalmente, cuando existen dudas diagnósticas, se realiza estudio anatomopatológico. En la histología se observa una lesión bien delimitada, hiperplasia epidérmica a veces con un cráter central y típicamente se aprecian cuerpos de inclusión eosinófilos dentro de los queratinocitos que se van haciendo basófilos a medida que ascienden en el epitelio4. La infección por molluscum contagiosum da lugar a lesiones benignas que tienden a la resolución espontánea, aunque esta se puede demorar de meses a años5. Su tratamiento es discutido. Una opción es la abstención terapéutica, dado su carácter autorresolutivo. El objetivo del tratamiento activo sería evitar el contagio y la autoinoculación. Existen múltiples opciones de tratamiento, todas discutidas y no exentas de riesgo, entre las que se encuentran tratamientos tópicos (cantaradina, hidróxido potásico 5%, ácido salicílico, imiquimod, tretinoína, podofilinotoxia, cidofovir tópico, tintura de iodo, ácido tricoloracético) y la terapéutica física con crioterapia, raspado, electrocirugía o láser6,7.
En la literatura se han descrito pocos casos de lesiones por molluscum contagiosum congénitas o en el periodo neonatal. En la revisión en Pubmed realizada solo hemos encontrado 9 casos de molluscum contagiosum que presentaron las lesiones de forma congénita o en los primeros días de vida. Las lesiones se localizaron en 6 pacientes en el cuero cabelludo, en el resto de los casos en el pie, en el muslo y en el sacro3,8–10. Únicamente en el último caso publicado se recogía en la historia clínica que la madre tuviera antecedentes de infección por molluscum contagiosum10.
En los casos anteriores todos los autores coinciden en que el contagio podría haber sido por transmisión vertical en el momento del parto. Este mismo mecanismo de contagio se produce en otras infecciones virales como el herpes virus y el papilomavirus humano. El papilomavirus humano tiene un periodo de latencia prolongado desde la infección a la clínica, de forma que puede dar lugar a papilomatosis laríngea o a verrugas vulgares tras años de la infección; en cambio el periodo de incubación del molluscum contagiosum es muy corto (2 a 8 semanas), lo que provocaría que las lesiones aparecieran en el periodo neonatal5.
Presentamos 2 nuevos casos de molluscum contagiosum congénito, el primero de ellos con infección genital materna durante el embarazo y el parto. Este caso es el segundo descrito en la literatura con lesiones de molluscum contagiosum durante la gestación que fueron tratadas y estudiadas histológicamente confirmándose el diagnóstico. Este hecho apoya firmemente la teoría de infección vertical del virus en el momento del parto. En el segundo caso las lesiones estaban en el hombro, localización no descrita anteriormente. Es probable que en aquellos casos donde no se ha objetivado la infección en la piel genital materna la transmisión se haya producido por una infección vaginal no diagnosticada, ya que este virus puede afectar también a las mucosas.
Es importante tener presente esta posibilidad diagnóstica ante una o varias pápulas umbilicadas en el neonato.