Estudios recientes han observado un aumento del riesgo de melanoma en pacientes con enfermedad de Parkinson3. La mayoría de éstos coinciden en que el riesgo de melanoma se duplica en pacientes con enfermedad de Parkinson idiopática, y encuentran un incremento del riesgo del 20% de cáncer de piel no melanoma1,2, incluso en los que aún no habían desarrollado la enfermedad, es decir, encuentran una asociación positiva entre la enfermedad de Parkinson y el melanoma3. Podría existir un factor etiopatogénico común que produjese la destrucción de la sustancia negra así como la transformación neoplásica de los melanocitos cutáneos.
Se cree que los determinantes genéticos de la enfermedad de Parkinson idiopática aumentan la susceptibilidad de la piel frente a la radiación ultravioleta1.
En la literatura médica se ha indicado que el tratamiento con levodopa en pacientes con enfermedad de Parkinson aumenta el riesgo de cáncer cutáneo no melanoma y melanoma sobre la base de la existencia de una vía metabólica común para la síntesis de melanina y dopamina1–7.
La levodopa es un aminoácido que habitualmente no se encuentra presente en las proteínas celulares, sin embargo, en estudios in vitro se ha observado que se incorpora en líneas celulares de diferentes melanomas3.
Presentamos el caso de un paciente varón, de 42 años de edad, con antecedente de enfermedad de Parkinson de 10 años de evolución tratado con levodopa. En mayo de 2005 se le intervino de un melanoma en el flanco izquierdo (fig. 1), que histológicamente presentaba un nivel II de Clark y 1 un índice Breslow de 0,5mm, no ulcerado y sin áreas de regresión. El estudio de extensión fue negativo. No recibió tratamiento coadyuvante.
En febrero de 2008 se envió desde el servicio de oncología por la reciente aparición de múltiples placas eritematoescamosas de bordes perlados en la espalda y en las áreas de extensión de ambos brazos (fig. 2). En la exploración, el paciente presentaba también una lesión pigmentada atípica en el flanco derecho. El estudio histológico de las lesiones de la espalda confirmó que se trataban de carcinomas basocelulares superficiales. La lesión pigmentada se informó como melanoma, presentaba un nivel V de Clark y un índice Breslow de 3,8mm.
Se le intervino quirúrgicamente del segundo melanoma. El estudio de extensión fue negativo. Se realizó terapia fotodinámica para los carcinomas basocelulares, con buen resultado.
La sospecha de que la levodopa podría aumentar el riesgo de melanoma se ha indicado en varios ensayos clínicos en pacientes con enfermedad de Parkinson tratados con este fármaco, pero no existe evidencia de que el tratamiento con este fármaco aumente el riesgo de melanoma o su progresión1.
Para concluir, nos gustaría transmitir la importancia de realizar una protección solar estricta así como la de enviar a estos pacientes al dermatólogo ante la aparición de cualquier lesión pigmentada.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.