En el estudio de Fernández-Armenteros et al.1, los autores nos muestran una forma muy eficiente de poder realizar estimaciones poblacionales, gracias al uso de registros electrónicos. Para el caso concreto que nos ocupa, utilizan la base de datos de primaria y del departamento de dermatología para estimar que el 1,72% de los individuos tenían diagnóstico de psoriasis. Un dato altamente relevante para llegar a cuantificar la magnitud de este problema y en línea, por ejemplo, con el dato del estudio DIADERM, donde el 4,97% de las consultas ambulatorias son por psoriasis y el 2,49% solamente para revisiones, lo más parecido a una tasa de prevalencia ambulatoria en consulta dermatológica2.
Aun así, y pese a las facilidades que supone el uso extensivo de registros electrónicos en el cálculo de estimaciones para enfermedades crónicas, no debemos obviar que existen riesgos de cometer ciertos errores o sesgos3, para lo cual es necesario entender perfectamente el mecanismo y proceso que genera la información y analizar la calidad de la misma. Una vez tengamos todo esto bajo control, entonces podremos optimizar nuestros datos4 para realizar los diferentes estudios. Seguramente la tendencia será cada vez más al uso de registros electrónicos, sobre todo en estudios de prevalencia o incidencia, de ahí la importancia de conocer sus fortalezas y debilidades.
Sin duda los resultados de este estudio servirán como estímulo a otros investigadores.