Los inhibidores del factor de crecimiento epidémico (IEGFR) han revolucionado el tratamiento oncológico. Los efectos adversos cutáneos derivados de su uso se encuentran entre los más frecuentes, causando a menudo un importante impacto en la calidad de vida de los pacientes y representando un motivo frecuente de consulta en Dermatología.
El factor de crecimiento epidérmico (EGFR) tiene un importante papel en la homeostasis epidérmica y pilosebácea y restringe la inflamación dependiente de interleucina 1 a nivel del folículo pilosebáceo1. Su inhibición provoca frecuentemente una reacción papulopustulosa foliculocéntrica de distribución predominante en las áreas sebáceas (cara, cuello, retroauricular, hombros, escote y cuero cabelludo) y sin afectación palmoplantar. El término «acneiforme», ampliamente extendido para designar estas reacciones, es erróneo dada la ausencia en ellas de comedones, nódulos y quistes y su carácter pruriginoso2. La reacción papulopustulosa ocurre de forma precoz, típicamente en las primeras 2semanas tras el inicio del fármaco. Es una reacción dependiente de dosis, que es más grave con los anticuerpos monoclonales que con los inhibidores de tirosincinasa, y cuya gravedad se correlaciona con la eficacia antitumoral y con las tasas de supervivencia3.
Las reacciones se clasifican en distintos grados en función de su intensidad, impacto en la vida de los pacientes, extensión y si afectan o no a las actividades de los mismos. A pesar de que no existen ensayos clínicos al respecto, distintas series de casos y la experiencia en práctica clínica, han permitido la elaboración de distintas guías para su tratamiento4,5. En síntesis, las recomendaciones para el manejo de la erupción papulopustulosa, según las últimas guías de práctica clínica y los criterios utilizados para definir la intensidad de la reacción, se recogen en la tabla 1.
Recomendaciones para el manejo de las erupciones papulopustulosas por IEGFR
Grado 1 leves(< 10% SCA, prácticamente asintomáticos. Sin impacto en actividades diarias o instrumentales. No sobreinfección) | Corticoides de media/baja potencia 1-2 veces al díaClindamicina tópica 2%, 1- 2 veces al día |
Grado 2 moderadas(10-30% SCA, levemente sintomáticos. Impacto en actividades instrumentales. No sobreinfección) | Minociclina o doxicilina 100 mg/12 h |
Grado 3 graves(> 30% SCA, síntomas intensos. Impacto significativo en actividades diarias. Sobreinfectado o con riesgo de sobreinfección) | Isotretinoína 20 mg/24 hValorar suspender el fármacos (al menos 2 semanas)Valorar añadir corticoides orales, prednisona 0,5 mg/kg durante 7 días |
SCA: superficie corporal afectada.
Sí se dispone, sin embargo, de una evidencia más sólida en el tratamiento preventivo. En el estudio Skin Toxicity Evaluation Protocol with Panitumumab (STEPP) se evidenció una reducción estadísticamente significativa de la incidencia de reacciones grado 2 o mayores, en más de un 50% y en el tiempo hasta la ocurrencia de las mismas, sin efectos secundarios adicionales, en el brazo que recibió, de forma preventiva, una combinación de corticoide tópico de potencia baja, emolientes, protección solar y doxiciclina 100mg/12h respecto a tratamiento reactivo frente a la reacción (cualquier tratamiento considerado por el investigador, de una a 6semanas)6. En un estudio posterior se comparó la eficacia preventiva de la minociclina con placebo, resultando también estadísticamente significativa a las 8 semanas de tratamiento. Se han llevado a cabo distintos estudios para valorar la eficacia preventiva de tetraciclina, tazaroteno, pimecrolimús o fotoprotectores en monoterapia sin alcanzar un resultado estadísticamente significativo ninguno de ellos.
Dado el auge de estos fármacos con su predominante toxicidad cutánea y el importe impacto que puede suponer en la calidad de vida e incluso condicionando la suspensión de un tratamiento decisivo para la vida del paciente, los dermatólogos debemos conocer estas reacciones y su manejo.