Varón de 68 años sin antecedentes personales ni familiares de interés, que consultó por lesión tumoral no ulcerada de 3 años de evolución en hemitórax izquierdo. En la exploración clínica observamos un tumor sésil de 1,2cm de diámetro mayor, no ulcerado, de aspecto perlado con telangiectasias superficiales (fig. 1). La dermoscopia mostró áreas blanquecinas, vasos arboriformes finos, estriaciones blanquecinas y tapones córneos (fig. 2). La histología fue concordante con el diagnóstico clínico de fibroepitelioma de Pinkus (FEP).
Los primeros casos descritos como FEP fueron publicados en 1953 por Herman Pinkus como «tumores fibroepiteliales premalignos de la piel». Durante mucho tiempo ha existido la controversia sobre si se trata de una rara variedad de carcinoma de células basales (CCB) o un tumor anexial benigno con diferenciación folicular1. Las últimas hipótesis lo sitúan como una forma intermedia entre el tricoblastoma y el CCB, cuyo diagnóstico clínico es difícil y su crecimiento es particularmente lento2.
El FEP es un tumor que afecta con mayor frecuencia a individuos en edades medias de la vida sin predominio por sexo y localizado principalmente en tronco. Se suele presentar como un nódulo, a veces una placa, bien limitado, solitario, sésil y firme, liso, ligeramente elevado, de color carne o rosado, asintomático y de crecimiento lento. Se han informado otras formas clínicas, como formas más pedunculadas, polipoides, gigantes o ulceradas, y formas pigmentadas de color marrón o grisáceo. Plantea diagnóstico diferencial con acrocordones, nevus melanocíticos intradérmicos, neurofibromas y queratosis seborreicas.
Zalaudek et al. realizaron en 2005 las primeras descripciones dermoscópicas del FEP, que posteriormente cristalizarían en patrones dermoscópicos diferenciados3,4.
En su estudio, todas las lesiones estudiadas eran de color rojo a amarillo pardo claro, asociadas con telangiectasias alargadas, lineales y distribuidas de forma irregular. Este patrón vascular, compuesto por telangiectasias arborescentes de menor calibre y con menos ramificaciones, las diferencia claramente del patrón vascular del CCB. Otras características a considerar y que marcan ese patrón distintivo es la presencia de estrías blanquecinas que a veces determinan áreas más extensas o un patrón en panal de abeja, reflejo de un estroma muy colagenizado o fibrótico (90% de los casos descritos), pigmentación marrón grisácea sin estructura, vasos puntiformes y seudoquistes de milio y tapones córneos.
Recientemente, se ha comunicado un nuevo patrón constituido por líneas reticulares blanquecinas (patrón reticular invertido o de despigmentación reticular), tal y como se puede observar en nevus, particularmente de Spitz, melanoma o algunos dermatofibromas5. Incluso algunos autores han llegado a considerarlo como un tumor dermoscópicamente imitador de melanoma maligno6.
Desde nuestro punto de vista consideramos que la dermoscopia es una herramienta útil para apoyar el diagnóstico clínico de este tipo de lesiones.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.