El objetivo principal de la cirugía oncológica dermatológica es la extirpación del tumor con márgenes de seguridad suficientes que permitan una correcta monitorización posterior. No obstante, conseguir el mejor resultado, tanto funcional como estético, es un objetivo secundario al que cada día se concede mayor importancia, y que incluso se ha trasladado a la exéresis de lesiones benignas, muchas de ellas no cubiertas en la cartera de servicios de numerosos hospitales1.
Existen diferentes técnicas quirúrgicas para evitar la dehiscencia de la herida en el postoperatorio inmediato y posteriormente en el postoperatorio tardío. La técnica clásica que mejores resultados ha aportado ha sido la descrita por Weber y Wulc2 en 1992. Esta técnica ha sido posteriormente modificada y mejorada por Serrano et al.3 en 2015, consiguiendo que no se notasen los orificios de entrada y salida del hilo de sutura mediante la realización de la sutura oblicua subcutánea en todo su trayecto, enterrándola por tanto de forma completa.
En línea con la idea desarrollada por Serrano3, para evitar la dehiscencia de la herida y posteriormente de la cicatriz, realizamos una «sutura continua por planos»4, que consiste en una sutura subcutánea continua seguida de una sutura intradérmica, y cuya técnica se expuso previamente en la sección de vídeos quirúrgicos de Actas Dermosifiliográficas.
Con esta técnica mantenemos controladas las fuerzas de tensión hasta que la herida ha cicatrizado, siendo una técnica ágil y sencilla. No es necesario retirar el material de sutura. Para la sutura utilizamos un material reabsorbible a medio plazo para evitar la formación de granulomas a cuerpo extraño que se pueden producir al usar sutura no reabsorbible (Novosyn®, 3/0 una sutura sintética absorbible a medio plazo, de 90/10 poli —glicólico-co-L-láctido—, multifibrilar, trenzada e impregnada). Dos ventajas adicionales de esta técnica son la rapidez en su ejecución y el no necesitar de ayudante para ir cortando el material de sutura tras cada punto5.
Para determinar la dehiscencia producida en el postoperatorio inmediato y a medio plazo con la técnica mencionada y la realizada mediante cirugía convencional, realizamos en nuestra unidad un estudio piloto prospectivo no aleatorizado entre enero y diciembre de 2015. Este estudio fue aprobado por el comité ético de nuestro hospital. Todos los pacientes incluidos eran mayores de 18 años. Como variables se recogieron sexo, edad, diagnóstico clínico, longitud y anchura del ojal de incisión y anchura de la dehiscencia a los 3 y 6 meses respectivamente. Todas las lesiones extirpadas se localizaron en el tronco y en la raíz de los miembros inferiores.
Realizamos un análisis descriptivo global y por grupos a través de un análisis de normalidad de las variables cuantitativas continuas mediante la prueba de Kolmogorov-Smirnov, empleando para comparar estas variables el test «t» de Student o el test de Welch en las variables normales y el test U de Mann Whitney en las no normales. Asimismo, se empleó el test de Chi cuadrado para estudiar la asociación entre variables cualitativas. Se recogieron 65 pacientes, 37 intervenidos mediante sutura continua por planos y 28 con la técnica clásica de Weber (tabla 1). No se encontraron diferencias estadísticamente significativas en las variables edad, sexo, longitud y anchura del ojal entre ambos grupos. Los pacientes intervenidos mediante la sutura continua por planos presentaron una dehiscencia media de 4,88mm, mientras que la dehiscencia media en el grupo de la sutura clásica fue de 7,25mm, siendo la diferencia entre ambas medias estadísticamente significativa (p=0,002).
Comparativa de las 2 técnicas de sutura realizadas en los pacientes de nuestro estudio
Continua por planos | Clásica | p | |
---|---|---|---|
Edad | 54,66±19,93 | 50,67±15,94 | 0,381 |
Sexo | 0,880 | ||
V | 23 | 13 | |
M | 18 | 11 | |
Dehiscencia (cm) | 0,49±0,29 | 0,73±0,27 | 0,002 |
Longitud ojal (cm) | 4,48±1,32 | 4,01±1,48 | 0,203 |
Anchura ojal (cm) | 2,19±1,01 | 2,54±1,18 | 0,251 |
En ninguna de las 2 técnicas se experimentó complicaciones de tipo infeccioso en el postoperatorio inmediato ni tardío tras seguir de forma estricta los protocolos de verificación pre y posquirúrgica realizados en nuestro centro6.
Nuestro estudio piloto plantea como principal limitación que la comparación de ambas técnicas quirúrgicas no se realizó en pacientes con localizaciones pareadas y con aleatorización de los pacientes. Asimismo es preciso reseñar que esta técnica de sutura está ideada para zonas de alta tensión, como el tronco y las extremidades, si bien inicialmente se han incluido todas las regiones corporales. En el momento actual no se dispone de resultados en el postoperatorio tardío. No obstante, sí se apreció claramente que la dehiscencia producida mediante nuestra técnica es menor que mediante cirugía convencional.
Esta línea de investigación es novedosa7 y, de hecho, recientemente, se ha publicado la utilización de nuevos sistemas no traumáticos de cierre de heridas8, que han sido comprobados mediante un estudio clínico prospectivo aleatorizado y controlado. Todas las lesiones se situaban en el tronco y las extremidades, y si bien no existieron diferencias estadísticamente significativas en los resultados estéticos, la sutura dérmica parece ser necesaria para complementar el uso de dicho dispositivo para aproximar los bordes de la herida a nivel epidérmico. El paciente se puede retirar el dispositivo y el tiempo que se invierte en la sutura es claramente inferior, pero son necesarios nuevos estudios, como el que aportamos, para valorar la mejora en los procesos de dehiscencia.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
Al Dr. Gonzalo Blasco Morente y a la Dra. Cristina Garrido Colmenero por su ayuda en la realización del presente trabajo.