INTRODUCCIÓN
La lámpara de Wood, compuesta por una lámpara de mercurio con una envoltura devidrio o de silicato de bario con un 9% de óxido de niquel,es una fuente de radiación ultravioleta de longitud de ondaentre 320 y 400 nm, con un pico de aproximadamente 365 nm (1). Estehaz de luz penetra hasta la dermis media. Su empleo es de enormeayuda en el diagnóstico de las tiñas del cuerocabelludo, pitiriasis versicolor, eritrasma, trastornospigmentarios y porfirias entre otras afecciones cutáneas (1,2).
Algunos de losdermatofitos que invaden el pelo producen fluorescencia de colorazul verdoso brillante de forma casi constante (microsporumcanis, audouinii, distortum, equinum, ferrugineum, rivalieri) yotros, ocasionalmente (microsporum gypseum, nanum y trichophytonquinckeaunum) (1). Trichophyton schoenleinii, que es elagente causal más frecuente del favus, ocasiona unafluorescencia verde pálida. En áreas donde lasinfecciones por microsporum y favus son prevalentes, la luzde Wood es esencial en el diagnóstico y seguimiento deltratamiento (1-3). La lámpara de Wood se transportafácilmente y es bastante económica, detecta nosólo infecciones claras, sino infecciones subclínicasy su respuesta al tratamiento (4). En España, segúnun amplio estudio actual, microsporum canis es la especie dedermatofito que se aisla con mayor frecuencia (5), y sabemos que estambién el principal agente causal de tinea capitis,que provoca fluorescencia típica. Por tanto, en nuestromedio la luz de Wood es muy útil en el diagnóstico ytratamiento de las tiñas del cuero cabelludo.
En la pitiriasisversicolor se aprecia una fluorescencia amarillo anaranjada,incluso en zonas donde con luz normal no se observan lesiones(1-3). En nuestra opinión su uso y positividad es másespecífico que el signo de la uñada. Ademásayuda a diferenciar la leucodermia residual de otros procesos, comovitíligo y pitiriasis alba entre otros.
La luz de Wood esquizá el mínimo requisito para diferenciar lasenfermedades con trastornos de la pigmentación. Lahipermelanosis epidérmica se acentúa, mientras que ladérmica desaparece o se muestra menos obvia. El contrasteentre la piel normal y la hiperpigmentada es mayor con el examencon la luz de Wood, especialmente en personas de piel clara. Porello es imprescindible para diferenciar el melasmaepidérmico del dérmico, lo cual tiene importantesimplicaciones terapéuticas y de pronóstico, ya que elepidérmico responde a los tratamientos y el dérmicolo hace difícilmente (1-3). En el momento actual seconsidera su uso en el control evolutivo de los peeling (6,7).
En el diagnósticode la esclerosis tuberosa una de las lesiones más frecuentesy precoces suele ser la mancha hipopigmentada «en hoja defresno», que no se reconoce a simple vista y sí con laluz de Wood (8). Asimismo en el diagnóstico y controlevolutivo del vitíligo ayuda a diferenciarlo de otrasafecciones que provocan leucodermia y a apreciar con claridad laszonas de comienzo de la repigmentaciónperifolicular.
Existen revisiones ampliasdel empleo de la lámpara de Wood en dermatología adisposición de los lectores, ya que una revisiónexahustiva no es el objetivo de este trabajo (1-3).
Basados en la sospecha desu infrautilización, que incluso es el subtitulo de una delas revisiones publicadas en nuestro país (2), decidimosrealizar una encuesta sobre su empleo.
MATERIAL YMÉTODOS
Utilizando como universoel fichero de miembros de la Academia Española deDermatología y Venereología (AEDV) residentes enAndalucía (210 dermatólogos) se ha calculado untamaño de muestra de 88 individuos para estimar unaproporción, considerando la prevalencia del valor en estudioal 50%, y con un nivel de confianza del 95% y una distanciamáxima sobre el porcentaje real del 8%.
Se han realizado conéxito un total de 80 encuestas anónimas ytelefónicas a 80 dermatólogos (elegidos alazar).
Se les pedíacontestar a dos preguntas concretas: ¿tiene ustedlámpara de Wood? Y ¿la utiliza habitualmente?,haciéndoles saber que los resultados del estudioserían presentados en la Reunión de la SecciónAndaluza de la AEDV.
Para conocer el uso de lalámpara de Wood en los hospitales de Andalucía conformación en dermatología se ha contactado con losdiferentes servicios.
La estimación deproporciones se ha realizado con el programa informáticoRsigma.
RESULTADOS
A la primera pregunta:¿tiene usted lámpara de Wood?, 42 dermatólogos(52,5%; IC95%: 41,09-63,66) de los encuestados contestaron quesí frente a 38 dermatólogos (47,5%; IC95%:36,34-58,91) que no la tienen.
A la segunda pregunta:¿ la usa habitualmente?, contestaron que no la usan 46(57,4%; IC95%: 31,68-54,05) y que sí la usan 34(42,5%;IC95%: 45,95-68,32). En consecuencia, 19 de los preguntados(23,75%; IC95%: 15,25-34,81) la tienen, pero no la usan (Fig. 1).
FIG.1.--Porcentajes sobre el total de dermatólogos encuestadossobre el uso de la lámpara de Wood.
Cuando se investigóel empleo de luz de Wood en hospitales que imparten docencia de laespecialidad formando a médicos internos residentes enDermatología se constató que en cuatro del total delos ocho hospitales con residentes en Dermatología nodisponen de ella.
DISCUSIÓN
Los resultados obtenidosmuestran, con un alto nivel de confianza, el reducido uso de lalámpara de Wood. Los dermatólogos incluidos en elestudio se han seleccionado al azar y por encuestadores entrenadosy dada la sencillez de las preguntas no se ha considerado oportunala validación. No se han investigado diferencias entresexos, edad o provincias ya que no era el objetivo del estudio y eltamaño de muestra necesario para hacer las comparacioneshubiese sido mayor. Se entiende que los dermatólogosentrevistados han podido contestar parcialmente coaccionados alconocer el objetivo de la investigación; sin embargo, ellonos llevaría a sobreestimar el uso de la lámpara deWood.
La lámpara de Woodes una prueba útil, segura, fiable y rápida que,aunque se emplea en otras áreas de la medicina, esbásicamente dermatológica. Los resultados de nuestroestudio ponen de manifiesto que es escasamente empleada por losdermatólogos y que incluso hay un sector importante queaunque disponen de ella no la emplean. Algunos de losdermatólogos encuestados nos referían la falta detiempo para emplearla, pero otros nos comentaban «la escasautilidad de esta prueba». En nuestra opinión no essólo útil, sino fundamental en el diagnósticoy control evolutivo de varias afecciones cutáneas. Noobstante, no es siempre una prueba infalible ya que haydermatofitos que no provocan fluorescencia, y las escamas, laaplicación de vaselina y la luz reflejada en la bata blancapueden provocar falsas fluorescencias (1-3).
Nuestros resultados no nospermiten ser tan optimistas como una revisión actual querefiere que su uso se ha extendido ligeramente como instrumentediagnóstico y de investigación (3). Incluso en lamitad de los hospitales andaluces en que se imparteformación de especialistas en dermatología no sedispone de la lámpara de Wood. Teniendo en cuenta que lalámpara de Wood se basa en una lámpara de luzultravioleta, con predominio de la longitud de onda de 365 nm,teóricamente podría provocar algunos efectosadversos. No obstante, en la práctica sonprácticamente inexistentes ya que al ser dosis dependientesno hay posibilidades de que aparezcan tras la breveexposición, necesaria para fines diagnósticos(2).
La lámpara de Woodes un instrumento diagnóstico barato; una de buena calidad,con dos tubos para corriente de 220 v y con lente de aumento,cuesta alrededor de 25.000 pesetas. En la era en que vivimos en queexiste una gran obsesión por dotarnos de aparatos dediagnóstico y tratamiento cada vez más sofisticados ymás caros, creemos que es momento de no olvidarse del empleode medios dermatológicos tan sencillos, inocuos y baratoscomo la lámpara de Wood. Deseamos que este modesto estudiosirva para llamar la atención para que se retome el uso deprocederes dermatológicos clásicos que siguen estandoplenamente vigentes en el momento actual.