En el presente número de Actas Dermosifiliográficas Martín García et al. efectúan una sólida revisión de la evolución de la incidencia del cáncer de piel y labio en los últimos años1. El melanoma y el cáncer cutáneo no melanoma han mostrado una incidencia creciente desde finales del pasado siglo, convirtiéndose en las neoplasias malignas más frecuentes en algunos grupos poblacionales (pacientes jóvenes de fototipo claro). Por fortuna, este incremento en la incidencia viene acompañado de una tasa de mortalidad estable o decreciente2. Muy posiblemente la mejora de la atención sanitaria recibida tiene que ver con esta esperanzadora estabilización de la mortalidad. Sin embargo, el continuo incremento en la incidencia hace preciso revisar e insistir en las campañas de prevención primaria. Este incremento se ha relacionado con una combinación de diferentes factores tales como el aumento de la exposición al sol, especialmente las exposiciones intensas intermitentes, mayor supervivencia de la población, cambios en el estilo de vida (prendas de vestir, actividades al aire libre, etc.) e incremento de la población en situación de inmunosupresión3.
Pese a la significativa reducción de la población con exposición solar crónica profesional que ha traído el desarrollo industrial, la incidencia del carcinoma epidermoide no ha disminuido, posiblemente por la aparición de otros factores de riesgo tales como el incremento de actividades al aire libre o pacientes en situación de inmunosupresión3. Las exposiciones solares intensas en edades tempranas parecen estar entre los factores causales del carcinoma basocelular, por lo que hasta que se lleguen a ver resultados de las campañas de prevención primaria efectuadas en la población escolar en nuestro país, hay que esperar varios años de incremento de la incidencia de este tumor2. El incremento en el riesgo de melanoma se relaciona con las exposiciones intensas intermitentes al sol, con lo que se hace necesario insistir en las campañas de prevención primaria y secundaria, para favorecer la detección precoz de la enfermedad.