La urticaria crónica espontánea (UCE) es una enfermedad con una importante repercusión sobre la calidad de vida, que se define como la aparición de habones acompañados o no de angioedema durante un periodo mayor de 6 semanas, y sin un desencadenante evidente. Los antihistamínicos H1 no sedantes son considerados como la primera línea de tratamiento, aunque algunos pacientes tienen una pobre respuesta, incluso tras un aumento de hasta 4 veces la dosis habitual. Entre las opciones como tercera línea de tratamiento se encuentran la ciclosporina o el omalizumab, un anticuerpo monoclonal recombinante humanizado que se une selectivamente a la IgE libre y ha sido recientemente aprobado para el tratamiento de la UCE1–3.
Una mujer de 56 años con una historia médica de infección crónica activa por el virus de la hepatitis B (VHB), no tratada, que había padecido la aparición de habones generalizados de forma frecuente en los últimos 15 años y de forma diaria en el último año. Había realizado tratamiento con dosis mantenidas de antihistamínicos H1, empleando ebastina 20mg/12h durante los últimos 10 años. En el último año y a pesar del tratamiento con antihistamínicos, la paciente había precisado varios ciclos de prednisona oral para controlar la sintomatología, y había acudido al servicio de urgencias en 2 ocasiones, en el último mes, antes de ser remitida a nuestro servicio. No se encontraron factores desencadenantes. En el estudio inicial, la paciente presentaba una carga viral de 20.200UI/ml y niveles de IgE de 370kU/l. El resto de parámetros analíticos estaban dentro de los límites de normalidad. Con el diagnóstico de UCE se inició tratamiento con bilastina 40mg/12h, asociada a un ciclo de prednisona de 4 semanas. La respuesta fue escasa, con reaparición de los síntomas al iniciar el descenso en la dosis de prednisona. Debido al fracaso de la primera y la segunda líneas de tratamiento, así como a la evolución clínica de la paciente, decidimos incrementar la intensidad del tratamiento. De acuerdo con la unidad de hepatología, no había indicaciones actualmente para el tratamiento de la infección por el VHB, pero se debían evitar inmunosupresores como la ciclosporina. Se inició, por ello, tratamiento con omalizumab 300mg cada 4 semanas. La dosis de bilastina se redujo progresivamente. Durante los siguientes 6 meses la paciente no presentó nuevos episodios de urticaria, incluso tras la suspensión completa de la bilastina. El urticaria activity score 7 (UAS7), con un rango entre 0 y 42, al inicio era de 37 y, tras la segunda dosis de omalizumab, se mantuvo permanentemente entre 0 y 5. No se detectaron efectos secundarios. En relación con la infección por VHB no hubo un evidente empeoramiento y, de hecho, se objetivó un descenso de la carga viral a 627UI/ml al final de los 6 meses de tratamiento. La figura 1 muestra la evolución del UAS7 y de la carga viral del VHB.
Tras la revisión de la literatura, este es el primer caso descrito en relación con la eficacia y la seguridad del tratamiento con omalizumab en un paciente con UCE e infección activa por el VHB. Brodska y Schim-Grendelmeier4 describieron el caso de un paciente con urticaria por frio e infección crónica por el VHB tratado con omalizumab. Fue efectivo y bien tolerado, pero no disponemos de datos respecto a la situación clínica de la hepatopatía por el VHB ni su evolución posterior. Antonicelli et al.5 describieron un caso de asma controlada con omalizumab tras un tratamiento de 19 meses en un paciente con infección por virus de la hepatitis C (VHC). No hubo empeoramiento de la función hepática, y el paciente realizó posteriormente tratamiento erradicador con interferón y ribavirina. Por último, Leiva-Salinas et al.6 publicaron un caso de tratamiento eficaz y seguro con omalizumab en un paciente con UCE e infección por el VHC. No se observó empeoramiento de su hepatopatía, pero carecemos de información respecto a la carga viral. En nuestro paciente, omalizumab fue un tratamiento eficaz, sin empeoramiento de la infección por el VHB, e incluso se asoció con una disminución en la carga viral para la que no tenemos una explicación clara, si bien otros autores han descrito mejorías en la respuesta inmunológica mediada por interferón-α frente a rinovirus en pacientes recibiendo este tratamiento7.
Omalizumab puede ser una alternativa terapéutica eficaz y segura para el tratamiento de la UCE refractaria a otras líneas de tratamiento en pacientes con infección por el VHB, sin existir por el momento evidencia respecto a posibles efectos secundarios o empeoramiento de la infección viral en este u otros pacientes similares.
Conflicto de interesesP. Chicharro y P. Rodríguez-Jiménez declaran no tener ningún conflicto de intereses. D. de Argila ha sido Clinical Advisor y ha participado en ensayos clínicos promovidos por Novartis.