FE DEERRATAS
Por más que uno seesfuerce en la corrección de las galeradas, no es raro queaquí o allá acabe deslizándose una errata enel texto final que sale de la imprenta. Una de estas erratas, ybien grave, se coló en mi respuesta a la consulta sobre elmodo correcto de escribir el apellido del médico de origenalemán Ludwig Löwenstein (ActasDermo-Sifiliográficas 2000;91:176-8). Después devarios párrafos de sesudas argumentaciones para explicar queen español debe darse preferencia a la forma Löwensteinsobre «Loewenstein», en la última frase de mirespuesta, que pretendía resumir todo lo dicho hastaentonces, una desdichada errata me hizo afirmar precisamente todolo contrario. Por si a alguien le interesa todavía, esaúltima frase conclusiva debería haberse publicadoasí:
«[...] llamaremosenfermedad de Koebner a la epidermólisis ampollosahereditaria (aunque en inglés algunos escribanKöbner's disease) y tumor de Buschke y Löwensteinal condiloma gigante (aunque en inglés algunos lo llamenBuschke-Loewenstein tumor)».
En la últimaentrega de este consultorio sobre lenguaje y dermatología,los problemas de acentuación me obligaron a extendermetanto, que el espacio no me dio más que para responder a unaconsulta, en lugar de las dos que me había propuesto deantemano. Para compensarlo intentaré hoy dar respuesta atres consultas: dos de las que tenía pendientes de laextensa carta que me envió Antonio GonzálezLópez desde Valladolid, y una terceraanónima.
6. ¿NEVUS O NEVO?
«Lamayoría de los autores españoles usa nevus y no nevo.Propongo la misma solución que para laespañolización de virus/virii que pasó a«el virus/los virus». Así, podría decirse«el nevus/los nevus», que es como lo dicenhabitualmente la mayoría de los autoreshispanohablantes.
Recientemente, en unartículo que envié a ActasDermo-Sifiliográficas me hicieron cambiar en todos lossitios que puse la palabra nevus por nevo o nevos, segúncorrespondiera. No creo que la palabra nevus sea incorrecta, yademás es la usada por la gran mayoría de libros dedermatología en español, y por casi todos losdermatólogos en su práctica diaria. Sé que lode la cantidad no es un argumento de peso, pero es algo quetodavía no está bien definido como es este caso,sí puede inclinar el fiel de labalanza.»
Antonio González López
Respuesta
Comentaba ya en mirespuesta a la tercera consulta planteada en este consultorio,sobre la forma correcta de escribir lichen striatus albus enespañol (1), que en nuestro idioma, a diferencia de lo quesucede en inglés o alemán, la transiciónhistórica entre el latín vulgar y el actualcastellano, que se prolongó durante siglos, nos haacostumbrado a adaptar sin mayores problemas las palabras latinas anuestra ortografía.
En el caso concreto quehoy nos interesa, que es el de la terminación latina-us, resulta fácil comprobar su transformaciónnatural en -o cuando estas palabras latinas se han ido incorporandoa nuestro idioma. Así lo demuestran, dentro de nuestrolenguaje especializado, vocablos como astragalus(astrágalo), bacillus (bacilo), humerus(húmero), infirmus (enfermo), intestinus(intestino), manus (mano), medicus (médico),musculus (músculo), oculus (ojo),pectus (pecho), rectus (recto), stomachus(estómago) o ventriculus(ventrículo).
Como en las cuestionesrelativas a la lengua rara vez pueden establecerse normasgenerales, forzoso es reconocer, en cualquier caso, que parecejustificado conservar en español la terminaciónoriginal latina en ciertas situaciones especiales. Másconcretamente, cuando se da alguna de las dos circunstanciassiguientes:
1. La primera es --comosiempre en un asunto tan básicamente democrático comoes el idioma-- cuando ya se ha impuesto en la práctica laforma con la terminación latina, de tal modo que todos loshablantes, sin excepción, la usan así. Hubo unaépoca, por ejemplo, en la que los médicos de hablahispana dudaban entre las formas tifus y tifo, pero en laactualidad no cabe ninguna duda de que se ha impuesto lagrafía tifus. Dentro de esta categoría podemosasimismo incluir vocablos médicos como ictus, rictus ovirus, que jamás encontraremos escritos de otraforma.
2. La segundacircunstancia que obliga a aceptar la terminación latina seproduce cuando el proceso natural de adaptación daríalugar a una palabra que existe ya en nuestro idioma con unsignificado radicalmente distinto. Se explica así que en ellenguaje culto se conserve la terminación latina delapsus en referencia a las equivocaciones cometidas pordescuido, para evitar confusiones con el lapso de tiempo. Y estamisma circunstancia explica el anacrónico mantenimiento dela terminación latina en muchos otros tecnicismos, como elcampus universitario (para evitar confusiones con el camporural), el humus forestal (para evitar confusiones con elhumo chimeneico), el locus genético (para evitarconfusiones con el loco de manicomio), el lupusdermatológico (para evitar confusiones con el lobo feroz) oel roncus respiratorio (para evitar confusiones con el roncode ronquera).
La cuestión ahoraes decidir si el caso de naevus entra en alguna de las doscategorías comentadas. En la segunda, desde luego que no; deeso no cabe la menor duda. En cuanto a la primera, parece claro quepara González López la forma nevus se ha impuesto yadefinitivamente en el lenguaje médico, y en tal caso parecelógico que propugne su uso exclusivo. En mi opinión,sin embargo, el problema de la pareja nevus y nevo no estáaún resuelto --precisamente por eso la incluí en elglosario dermatológico de dudas--, sino que entra de llenoen una categoría completamente distinta: la de las palabrasde origen latino para las que los hablantes dudan todavía ala hora de pasar desde el cultismo original a su formacastellanizada. Es el caso, en la lengua general, de palabras comocactus y cacto (del latín cactus) o eucaliptus yeucalipto (del latín eucalyptus). Y másfrecuentes aún, lógicamente, son estas dudas en unidioma especializado y tan tradicionalmente marcado por ellatín como es el nuestro: según mi modo de ver, elcaso de nevus y nevo es en todo comparable al que se observa con unbuen puñado de tecnicismos médicos de origen latino,como clonus (que alterna con clono), detritus (quealterna con detrito), favus (que alterna con favo),nystagmus (que alterna con nistagmo), valgus (quealterna con valgo) o varus (que alterna con varo). Ni quedecir tiene, por supuesto, que estas dudas se ven reforzadas en laactualidad por el hecho de que en inglés y otros idiomaseuropeos modernos (como el francés o el alemán) estostecnicismos se usan de preferencia sin modificar suterminación latina original.
Ante una situacióncomo la que acabo de exponer prefiero apoyar siempre para estaspalabras dudosas, en las que el uso culto no se ha decantadotodavía por ninguna de las dos formas, la soluciónque mejor se adecua a la evolución natural de nuestro idiomay mejor favorece la formación del plural: clono, detrito,favo, nistagmo, valgo, varo y, lógicamente, tambiénnevo (con su doble forma en número: nevo para el singular;nevos para el plural) frente a la forma invariablenevus.
Todos estos comentarioshacen referencia a la terminación en -us, peroprácticamente los mismos problemas presentan otrasterminaciones latinas. Si nos fijamos en laterminación -um, porejemplo, comprobaremos que en la mayor parte de los casos se haproducido la transición al castellano sin mayores problemas:calcaneum (que pasó a calcáneo),cerebellum (cerebelo), cerebrum (cerebro),ieiunum (yeyuno), labium (labio), maximum(máximo), nervium (nervio), tuberculum(tubérculo). En algunos casos aislados se han impuesto en eluso las formas latinas: álbum, ultimátum,vademécum. Y en todos los casos de uso dudoso --a menudodebidos a influencia del francés o el inglés--prefiero siempre la forma castellanizada a la latina: acuario aacuárium, auditorio a auditórium, currículo acurrículum, delirio a delírium, estadio aestádium, foro a fórum, memorando amemorándum, podio a pódium, referendo areferéndum, simposio a simpósium, solario asolárium.
Fernando A. Navarro
BIBLIOGRAFIA
1. Navarro FA. Lichenstriatus albus. Actas Dermosifiliogr 2000;91:175-6.
7. EXCIMER
«¿Porqué «láser de excímero» y no mejor«láser de excímeros» como he visto enalgún texto? Al fin y al cabo, la palabra excimer viene dedímeros excitados, que es un términoplural.»
Antonio González López
Respuesta
La respuesta a estapregunta no tiene mayor complejidad: no lo hice así,sencillamente, porque no había caído en ello, paraqué vamos a darle más vueltas. GonzálezLópez está en lo cierto: la forma correcta esláser de excímeros y no «láser deexcímero». Para que al lector le quede la cosaabsolutamente clara, no obstante, me gustaría hacertodavía dos precisiones:
La primera, que elneologismo excimer se formó en inglés porcontracción de excited dimer (dímero excitado)y no es un término plural, sino singular del todo (su plurales excimers). Lo que ocurre es que en la expresiónexcimer laser no actúa como sustantivo, sino comoadjetivo, y en inglés los adjetivos carecen de plural (paraellos, la forma «excimers laser» sería unbarbarismo inadmisible, igual que no llaman «whiteshouses» a las casas blancas). Los médicosdeberíamos conocer bien esta norma gramatical inglesa,acostumbrados como estamos a leer expresiones del tipocase-control studies, small-cell carcinoma, evidence-basedmedicine o liquid chromatography, en las que losadjetivos correspondientes (case, control, cell, evidence yliquid), aparentemente singulares, no expresan un significadosingular, sino plural.
Y la segunda, que en lamayoría de los casos es preferible, por prestar mayoragilidad al discurso, sustituir la locución prepositiva(láser de excímeros) por un adjetivo neológico(láser excimérico), como indicaba también enel glosario dermatológico de dudas.
Fernando A. Navarro
8. VERSUS
Desde hace añosme llama la atención el empleo que hacen los estadounidensesde la palabra latina versus como equivalente a «frentea» o «en contraposición a». Tanto esasí que el uso de este término latino ha trascendido,con el mismo significado, a nuestra lengua. Sin embargo, en eldiccionario de latín que yo conservo del bachillerato, elúnico significado de versus es «hacia»;es decir, casi lo contrario de «frente a».Estaría encantado de que me aclarase estaduda.
Anónimo
Respuesta
La ausencia del anglicismoversus en el glosario dermatológico de dudas --comoen el caso de severe, ya comentado hace unos meses en estasmismas páginas-- obedece al hecho de que no se trata de unproblema de traducción específico de ladermatología, pero sí aparece recogido ya en otroartículo mío (1), así como en los principalesdiccionarios generales de dudas (2, 3) y librosperiodísticos de estilo (4, 5).
La situacióncorresponde exactamente a la descrita --y muy bien-- en laconsulta.
En español, como enlatín, la palabra versus significa«hacia». En inglés, en cambio, estapreposición latina se emplea entre dos sustantivos con elsignificado de frente a, contra o comparado con.
Como los lectoreshabrán podido adivinar ya, soy alérgico a laselucubraciones puramente teóricas y siento una irresistibletendencia a apoyar en ejemplos prácticos mis afirmaciones.Para no hacer una excepción con esto del versus,veamos dos frases para comprobar las diferencias entre elversus español y el inglés.
La primera frase, parailustrar el uso tradicional de esta palabra en español, latomo prestada del título que el escritor Camilo JoséCela dio a la última novela que publicó antes derecibir el Premio Nobel de Literatura: Cristo versusArizona.
Y la segunda, directamentede mi recién publicado diccionario médico de dudas(6), en el que bajo la entrada versus incluyo el siguienteejemplo: Clinical study of rifampin versus placebo (estudioclínico comparativo entre la rifampicina y unplacebo).
Fernando A. Navarro
BIBLIOGRAFIA
1. Navarro FA. Nuevolistado de palabras de traducción engañosa en elinglés médico. Med Clín (Barc) 1993;102:142-9.Reproducido en: Navarro FA. Traducción y lenguaje enmedicina (2.ª ed). Barcelona: Fundación Dr. AntonioEsteve; 1997.
2. Seco M. Diccionario dedudas y dificultades de la lengua española (10.ª ed).Madrid: Espasa-Calpe; 1998.
3. Martínez deSousa J. Diccionario de usos y dudas del español actual(2.ª ed). Barcelona: Vox; 1998.
4. Agencia Efe. Manual deespañol urgente (5.ª ed.). Madrid: Cátedra;1989.
5. El País. Librode estilo (5.ª ed). Madrid: El País; 1990.
6. Navarro FA. Diccionariocrítico de dudas inglés-español de medicina.Madrid: McGraw-Hill·Interamericana; 2000.