Sr. Director:
Los interferones (IFN) son una familia de citocinas pleiotrópicas con actividad antiviral y antitumoral a través de diversos mecanismos de acción1 (tabla 1). Como dermatólogos, su principal interés radica en su eficacia en el tratamiento del carcinoma basocelular (CBC), el carcinoma epidermoide, el sarcoma de Kaposi y el melanoma2.
Indicaciones y mecanismos de acción de los interferones
Indicaciones |
Como antiviral |
Hepatitis Ba,b |
Hepatitis Ca,b |
Virus del papiloma humanoa,c |
Como antitumoral |
Hepatocarcinomab |
Leucemia mieloide crónicaa,b, tricoleucemiaa,b, mieloma múltipleb |
Sarcoma de Kaposia,b |
Carcinoma renala |
Carcinoma basocelularb |
Carcinoma epidermoideb |
Melanomaa,b |
Mecanismos de acción |
Supresión de proliferación celular |
Aumento de fagocitosis por macrófagos |
Inhibición de la replicación viral |
Inhibición de la angiogénesis |
Aumento de respuesta inmune celular de linfocitos T |
Subtipo de interferón: aalfa-2a; balfa-2b; calfa-n3.
Su utilidad en el CBC, administrado por vía intralesional, es conocida desde 19863, alcanzándose respuestas completas entre el 67 y el 80% en las series publicadas. Se pauta tanto en monoterapia como adyuvante tras la cirugía. Vamos a presentar su utilidad por vía tópica, en colirio oftalmológico, en el manejo de un CBC en borde libre palpebral. Esta forma farmacéutica es conocida y empleada en Oftalmología, en casos de papilomas escamosos palpebrales4, neoplasias escamosas de la superficie ocular, sarcomas de Kaposi y melanomas conjuntivales5.
Presentamos el caso de una mujer de 88 años, con un CBC sólido de 5mm, papuloso, confirmado histológicamente, en el borde palpebral del párpado inferior del ojo izquierdo (fig. 1). La paciente rechazaba la cirugía como tratamiento. Se valoraron otras opciones como la terapia fotodinámica y el imiquimod en crema, pero se descartaron por las características de la lesión y por su localización. La paciente también rechazó el tratamiento con IFN intralesional por temor a los pinchazos. Se planteó entonces el uso de IFN alfa-2b en colirio oftálmico, a una concentración de 1 millón de UI/ml, 4 veces al día6,7. Se realizó durante 4 meses, con reducción del tamaño de la lesión (fig. 2). No se registraron efectos secundarios durante el tratamiento. A los 39 meses de seguimiento no se advierten cambios en el aspecto clínico; la paciente sigue rechazando la cirugía, así como la realización de biopsia de control.
En la literatura oftalmológica se recoge la eficacia del IFN alfa-2b en colirio en diversos tumores conjuntivales, palpebrales y de la superficie ocular2,5,7,8. La dosis recomendada es una gota de colirio de IFN alfa-2b 1 millón de UI/ml 4 veces al día, entre 3 y 4 meses; en algunas publicaciones se recomienda una pauta de mantenimiento de una gota cada 12h6. Existen varios trabajos comparándolo con su administración intralesional8 en el caso de neoplasias escamosas de la superficie ocular, tanto in situ como invasores, mostrando una mejor aceptación por el paciente y una menor tasa de efectos secundarios tanto locales como sistémicos. Los únicos efectos secundarios locales comunicados son leves, incluyendo queratitis punctata, conjuntivitis folicular e hiperemia conjuntival5,8,9, y se resuelven al suspender el tratamiento; es excepcional la aparición del síndrome gripal característico de su administración sistémica o intralesional6,7. Existen trabajos comparando el colirio de IFN con el tratamiento quirúrgico de neoplasias escamosas in situ, alcanzándose la misma tasa de curaciones, un 96,4% de resoluciones totales, con mejores resultados cosméticos y menor destrucción de células madre limbares10.
No hemos encontrado referencias a este tratamiento en la literatura dermatológica. Sí, en cambio, en publicaciones oftalmológicas, en las que se propone la utilidad del colirio de IFN alfa-2b en casos de verrugas víricas, carcinomas intraepidérmicos, e incluso melanomas, en la superficie ocular y en los párpados. Se trata de series cortas o casos aislados y debemos ser cautos con los resultados publicados. No hemos encontrado otros casos de la administración de IFN alfa-2b en colirio para el manejo de un CBC en el párpado, por lo que el nuestro sería el primero. El CBC es una indicación aceptada del IFN alfa-2b; nuestra aportación es una posible nueva vía de administración. De nuestro caso solo podemos afirmar que el volumen del tumor se ha reducido considerablemente, y que se mantiene estable clínicamente tras 3 años; pero no disponemos de datos objetivos de su resolución, lo que obliga a un estrecho seguimiento en consulta. Nuestra aislada experiencia no debe en ningún caso modificar las pautas habituales y aceptadas de manejo del cáncer cutáneo no melanoma, siendo necesarios ensayos clínicos controlados antes de poder sacar conclusiones sobre la eficacia de este tratamiento. Proponemos, sin embargo, su posible utilidad como un tratamiento neoadyuvante para reducir el tamaño del tumor antes de su extirpación con cirugía con control de bordes al microscopio, en casos individualizados, dada su sencillez de administración y escasos y leves efectos secundarios.