El colgajo paramedial frontal, descrito por Millard en 19741, fue propuesto como una alternativa al colgajo axial mediofrontal que había sido empleado durante varias décadas para la reconstrucción de grandes defectos localizados en punta, dorso y alas nasales. Este colgajo proporciona una excelente alternativa para la reconstrucción de estas áreas nasales, ya que aporta una gran cantidad de tejido cutáneo con una elevada viabilidad2. Tradicionalmente, este colgajo se realizaba en 2 tiempos quirúrgicos, seccionando el pedículo disecado a las 3 semanas de la intervención3, aunque también se ha estudiado el empleo de esta técnica en 3 tiempos quirúrgicos para defectos de gran tamaño, no encontrando diferencias en la necrosis de los mismos4. Uno de los inconvenientes que presenta este colgajo es la necesidad de realizar una reconstrucción diferida, con el importante aumento de costes quirúrgicos y la incomodidad que supone para el paciente. Para evitar estos inconvenientes derivados de la técnica clásica y siguiendo la modificación propuesta por Park en 20025, proponemos la realización de un colgajo paramedial con pedículo enterrado a través del dorso nasal en un solo tiempo quirúrgico.
Descripción de la técnicaPresentamos el caso de un paciente con un carcinoma basocelular esclerodermiforme de 4,5cm de eje mayor, localizado en punta nasal y con invasión parcial de ambas alas nasales. Previo a la intervención quirúrgica, identificamos la arteria supratroclear derecha mediante un Doppler portátil en quirófano y realizamos el diseño del colgajo, midiendo su longitud para evitar tensión y facilitar una adecuada nutrición vascular, reproduciendo en el extremo distal de la zona dadora la forma del defecto nasal previsto. Posteriormente, realizamos infiltración del área perilesional y del colgajo diseñado con anestesia local tumescente. Dicha solución anestésica se consigue mezclando 20ml de mepivacaína 2%, 10ml de bupivacaína 1% con epinefrina y 2ml de bicarbonato 1 molar en 100ml de suero fisiológico. El empleo de anestesia con vasoconstrictor tamponada favorece la realización de una hemostasia adecuada, reduciendo el dolor de la infiltración y no aumentando el riesgo de necrosis. Tras la infiltración, procedemos a la extirpación del tumor con margen de seguridad de 3mm. Inicialmente, realizamos la incisión con bisturí desechable n.° 15, pasando a practicar la disección con tijera de Stevens y realizando una cuidadosa hemostasia con bisturí eléctrico y ligadura de vasos con sutura reabsorbible rápida 3/0. Posteriormente, realizamos el labrado del colgajo, siguiendo el trayecto del pedículo de la arteria supratroclear derecha previamente localizada. Una vez disecado, procedemos a eliminar la epidermis del pedículo del colgajo que será enterrado a través del dorso nasal, a fin de evitar la formación de quistes de inclusión. Tras esto, realizamos un túnel a través del dorso nasal, incidiendo con las tijeras de Stevens desde la base del pedículo, e introducimos la zona distal a través del orificio creado, cubriendo el defecto quirúrgico inicial sin tensión. Finalmente se procede a la sutura del colgajo con seda de 5/0.
El estudio histológico confirmó el diagnóstico de carcinoma basocelular esclerodermiforme y la presencia de bordes libres de tumor. Además se obtuvo un buen resultado estético a los 2,5 meses de seguimiento.
IndicacionesEsta técnica es adecuada para casos de tumores que ocupen ampliamente la punta nasal, con extensión al dorso o alas nasales.
VentajasLa variante en un tiempo quirúrgico del colgajo paramediofrontal con pedículo enterrado a través del dorso nasal aporta la posibilidad de cerrar en un solo tiempo quirúrgico un defecto de gran tamaño en la pirámide nasal sin emplear un injerto de piel, reduciendo la morbilidad en relación con la técnica en 2 tiempos.
ComplicacionesLa técnica del colgajo paramediofrontal en un tiempo quirúrgico es una técnica segura y que no suele presentar complicaciones postoperatorias importantes. Las principales complicaciones pueden acontecer durante el proceso de desepidermización, existiendo el riesgo de seccionar el pedículo al retirar la epidermis con el bisturí. Asimismo, es importante realizar una cuidadosa hemostasia durante todas las fases de la intervención, a fin de evitar la formación de un edema a través del túnel nasal que pueda producir la necrosis del colgajo por compresión o daño de la arteria supratroclear.
ConclusionesLa finalidad de la cirugía oncológica en dermatología es extirpar correctamente las lesiones tumorales con el menor número de intervenciones y el mejor resultado estético. El empleo de la variante del colgajo paramedial frontal con pedículo enterrado permite corregir un defecto quirúrgico nasal de gran tamaño en único tiempo quirúrgico, con un buen resultado estético.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.