Una mujer de 65 años de edad fue remitida a nuestro servicio de dermatología por una lesión pruriginosa en el abdomen que persistía después de un mes de tratamiento con corticosteroides tópicos. Presentaba un nevus melanocítico congénito que, dos meses antes de la consulta, había desarrollado un halo rojo, escamoso y pruriginoso. El examen físico mostró la presencia de una lesión pigmentada de color marrón oscuro, de 1,6 cm, ligeramente elevada, rodeada por un halo eritematoso escamoso, localizada en el flanco izquierdo [fig. 1(a)]. El examen dermatoscópico reveló la presencia de una lesión irregular atípica, pigmentada, de color marrón oscuro-negro con un velo azul-blanquecino en el centro, rodeado de eritema y con escasos vasos puntiformes dentro del halo [fig. 1(b)]. El estudio histopatológico mostró un melanoma de extensión superficial con fase de crecimiento radial y vertical, nivel IV de Clark y Breslow de 0,98 mm. También se observó una epidermis acantósica con espongiosis discreta y un componente inflamatorio crónico intenso [fig. 1(c)]. El halo eccematoso se resolvió rápidamente tras la biopsia inicial. Los estudios complementarios de imagen no mostraron signos de enfermedad metastásica. Se procedió a continuación a la extirpación completa de la lesión con un margen quirúrgico de 1 cm y una biopsia selectiva del ganglio centinela que resultó negativa.
(a) Lesión central pigmentada y rodeada de un halo eccematoso. (b) Lesión irregular atípica, pigmentada, de color marrón oscuro-negro con un velo azul-blanquecino en el centro, rodeado de eritema y con escasos vasos punteados dentro del halo. (c) Aspecto histopatológico del fenómeno de Meyerson en un melanoma. Proliferación melanocítica confluente atípica intraepidérmica. Espongiosis leve, acantosis epidérmica e infiltrado celular inflamatorio crónico. (Tinción hematoxilina-eosina; aumento original: x20).
La correlación clínica, dermatoscópica e histológica estableció el diagnóstico de melanoma maligno con fenómeno de Meyerson.
DiscusiónEl fenómeno de Meyerson (FM) hace referencia a una erupción eccematosa localizada, habitualmente asociada a nevus melanocíticos benignos, de ahí el nombre de nevo de Meyerson1. Considerado infrecuente, aunque posiblemente infradiagnosticado, el FM ha sido un reflejo de lesiones banales2 como los dermatofibromas3, la queratosis seborreica3, la estucoqueratosis3 y el angioqueratoma4, entre otras. Sin embargo, también se han descrito en los nevus melanocíticos displásicos, y en unos pocos casos de carcinomas basocelulares y escamosos2. En la literatura médica solo se han informado casos anecdóticos de melanoma insitu5. En nuestro caso en particular se asocia a un melanoma maligno invasivo. De ello se desprende que el FM puede apuntar a lesiones que no tienen por qué ser necesariamente benignas, lo que justifica la realización de un examen dermatoscópico cuidadoso que evite pasar por alto las lesiones melanocíticas malignas.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.