El vismodegib es el primer medicamento aprobado por la Food and Drug Administration (FDA) y la European Medicines Agency (EMA) para el tratamiento de pacientes con un carcinoma basocelular (CBC) localmente avanzado y no candidatos para cirugía o radioterapia, así como para aquellos con un CBC metastásico sintomático. Por ello, este inhibidor de la vía del erizo ha generado una gran expectativa entre los oncólogos y dermatólogos al no existir ninguna alternativa para este grupo de pacientes aquejados de una condición de muy difícil manejo y para quienes no existía un enfoque estandarizado de tratamiento.
El entusiasmo inicial se ha visto moderado tras la aparición de casos de resistencia, de efectos secundarios en ocasiones poco tolerados, posible hepatotoxicidad e incluso un cuestionado aumento del riesgo a desarrollar carcinomas escamosos. En respuesta a lo anterior, hay una creciente experiencia con el uso de este medicamento como neo-adyuvante antes de la cirugía, su posible dosificación en pulsos para disminuir sus efectos secundarios y el uso combinado con otros inhibidores de la vía del erizo para incrementar su efectividad. Como consecuencia, el conocimiento de la respuesta de este fármaco en nuestra población cobra un interés especial. De allí la importancia de la publicación de Bernia E et al.1 en este número de Actas Dermosifiliográficas.