Un proverbio chino bien conocido dice que «una imagen vale más que mil palabras». Nos atrae más una infografía que un texto, ya no leemos los tediosos y complejos «Manuales de instrucciones», sino que preferimos verlo en un vídeo de YouTube, y escribimos nuestros mensajes de texto usando emoticonos.
La imagen tiene un poder universal, no necesita traducción, capta de un solo impacto, es sugerente, ubica, y nos invita a explorar y a querer saber más.
Si nos trasladamos al contexto de las especialidades médicas, ninguna más ligada a la imagen que la dermatología. No se entiende su estudio sin un atlas de imágenes; las enfermedades dermatológicas están plasmadas en cuadros y figuras desde la antigüedad; y el Museo Olavide, uno de los más valiosos patrimonios de la Academia Española de Dermatología y Venereología, lo forman un conjunto de representaciones en cera, de imágenes, de las enfermedades cutáneas.
Las revistas científicas dermatológicas destacan precisamente por el número de imágenes que incluyen, y Actas Dermosifiliográficas no es una excepción. Para nuestra revista la imagen ha sido siempre de vital importancia, de hecho, el que estas hayan sido siempre en color y con la máxima calidad es uno de los requisitos que se les ha exigido tanto a los autores de los artículos como a la editorial de la revista.
Desde hace unos años, Actas Dermosifiliográficas cuenta con una sección de Vídeos con la finalidad de explicar de una forma visual e intuitiva, procedimientos de interés para el dermatólogo. En la actualidad, la revista cuenta con más de 17 vídeos con explicación detallada de técnicas quirúrgicas y diagnósticas.
En 2014 se creó la sección de Imágenes en Dermatología. A diferencia del resto de secciones, aquí la palabra pierde el protagonismo y ha de ser la imagen la que hable por sí misma, ya sea por su contenido docente, por su singularidad, por su valor artístico o por su originalidad. El atractivo que tiene la imagen para los dermatólogos queda de manifiesto en que en el año 2015 han llegado 71 imágenes para esta sección, ocupando el segundo lugar en número de propuestas recibidas tras la sección de «Cartas científico-clínicas», y sobrepasando, con mucho, el número de «Imágenes en Dermatología» que podemos publicar, no más de 1 o 2 por número.
Si consulta el sumario de este número, entrando en la página web de Actas Dermosifiliográficas, encontrará unas ilustraciones junto a los títulos o delante del texto del resumen. No se trata de una ilustración decorativa sin más, se trata del Graphical abstract o traducido al español la «Figura resumen».
La «Figura resumen» pretende ser el resumen visual de los principales contenidos y hallazgos del artículo. En nuestro caso, la fotografía o conjunto de imágenes que muestra las características clínicas, histológicas o moleculares más relevantes; la figura conclusión de un trabajo de investigación, el gráfico de un metaanálisis, el algoritmo final de un documento de consenso o un árbol de palabras clave de una revisión. La «Figura resumen» debe plasmar el contenido fundamental del artículo, para que el lector lo pueda captar con solo visualizarlo, ayudándole así a identificar de forma rápida e intuitiva qué artículos le resultan de interés. Sin embargo, simplificar todo un artículo en un resumen visual no es sencillo, encontrar una imagen que plasme la esencia de nuestra investigación o la fotografía clínica que mejor describa nuestro caso clínico, no siempre es fácil. Sin duda esto requiere de un esfuerzo extra de los autores, equiparando la importancia de la «Figura resumen» a la del «Resumen tradicional». Sin duda supone un buen ejercicio de análisis, de conocer lo fudamental del trabajo y el porqué de la publicación.
Una vez más miramos al futuro. Quizás en unos años habrá que utilizar hologramas y se transmitirá el conocimiento con formas más telepáticas que las disponibles hoy en día, tal y como preconizan profesionales de la Singularity University. Seguro que entonces, como ahora, Actas Dermosifiliográficas seguirá innovando, adaptándose a los tiempos y a lo que necesitan unos lectores cada vez más globalizados. Esperamos que la introducción de la «Figura resumen» sirva tanto a los autores, para reflexionar sobre la esencia de su investigación, como a los lectores para captarla. Porque en este caso, más que nunca, «una imagen ha de valer más que mil palabras».