Una mujer de 39 años de edad, con antecedentes personales de hipotiroidismo, consultó por una tumoración de 9 meses de evolución en el pulpejo del tercer dedo de la mano izquierda. La lesión había crecido lentamente y, aunque inicialmente era asintomática, actualmente le provocaba dolor con el mínimo roce. No recordaba traumatismo previo.
Exploración físicaSe apreciaba una tumoración subcutánea, del color de la piel y consistencia firme y elástica, en la superficie palmar de la falange distal del tercer dedo de la mano izquierda (fig. 1). La lesión se extendía hacia la cara dorso-lateral, pero la lámina ungueal estaba respetada.
HistopatologíaEl examen macroscópico mostró una tumoración nodular de color pardo-amarillento. El estudio histopatológico demostró una neoplasia multinodular, parcialmente rodeada por una cápsula fibrosa. Estaba constituida por histiocitos ovalados y de núcleo vesiculoso, mezclados con células gigantes multinucleadas prominentes dentro de un estroma hialinizado y fibroso. Además, existían células espumosas, siderófagos y células mononucleares (figs. 2 y 3).
Otras pruebas complementariasSe realizó una radiografía que descartó patología ósea subyacente, y una ecografía que puso de manifiesto una imagen nodular hipoecogénica de 16 × 7 mm de diámetro.
¿Cual es su diagnóstico?
DiagnósticoTumor de células gigantes de la vaina tendinosa.
Evolución y tratamientoLa paciente fue remitida al Servicio de Traumatología para tratamiento quirúrgico. Se realizó extirpación completa de la lesión, que no ha recidivado tras un año de seguimiento.
ComentarioEl tumor de células gigantes de vainas tendinosas (TCGVT) es el segundo tumor benigno más frecuente de la mano, después del ganglión1. Existen dos formas clínicas: difusa, que afecta grandes articulaciones, y localizada2. Esta última debe ser incluida por el dermatólogo en el diagnóstico diferencial de los tumores que aparezcan en los dedos de las manos. Afecta fundamentalmente a mujeres jóvenes, siendo raro que aparezca en niños y ancianos. Clínicamente aparece como una masa solitaria, asintomática, de crecimiento lento, con el color de la piel normal y consistencia firme, en un dedo de la mano y próximo a las articulaciones interfalángicas. La localización en los dedos de los pies y la afectación multifocal en un mismo dedo de la mano ocurre de forma rara3.
El estudio anatomopatológico muestra una neoplasia habitualmente multinodular formada por células histiocitarias ovaladas y de núcleo vesiculoso, que se mezclan con células gigantes multinucleadas prominentes, células espumosas, siderófagos y células mononucleares aisladas. Otros hallazgos frecuentes son la hialinización intensa del estroma, los depósitos de hemosiderina y la presencia de cristales de colesterol4. Hay que hacer el diagnóstico diferencial con el fibroma de la vaina tendinosa, que posee un estroma muy hialinizado y escasas o ausentes células gigantes multinucleadas4,5.
El diagnóstico diferencial clínico del TCGVT localizado en los dedos de la mano incluye el quiste mixoide, el quiste epidérmico, el nódulo reumatoideo, la metástasis, el fibroma y el granuloma de cuerpo extraño.
La transiluminación del TCGVT es negativa y con la punción no obtenemos material gelatinoso, lo que permite diferenciarlo del quiste mixoide.
Las pruebas de imagen son también imprescindibles para un diagnóstico y tratamiento correctos. En primer lugar, la radiografía demuestra si existe erosión del hueso cortical subyacente1, y por otro lado la resonancia magnética nuclear delimita perfectamente la tumoración para conseguir un tratamiento quirúrgico definitivo. No obstante, la tasa de recidiva local asciende a un 15-25 %, y la presencia de invasión intraósea se considera un signo de mal pronóstico y de mayor agresividad local1.
Estudios recientes han demostrado que las células multinucleadas del TCGVT se forman por fusión de varias células mononucleares del estroma, y no por división celular amitótica.
El origen del TCGVT sigue siendo controvertido. El antecedente de traumatismo previo, referido en ocasiones por los pacientes, justifica para algunos autores que el TCGVT sea un proceso inflamatorio reactivo más que una verdadera neoplasia3. No obstante, la degeneración maligna del TCGVT descrita en algunos casos no apoyaría esta hipótesis6.
Conflicto de intereses
Declaramos no tener ningún conflicto de intereses.