INTRODUCCIÓN
La tiña crural es una infección por dermatofitos de la región genital, perianal y perineal, que puede seguir un curso agudo o crónico. Afecta con mayor frecuencia a los adultos jóvenes, con predominio de varones, siendo excepcional en las mujeres1. Las especies más frecuentemente implicadas en el desarrollo de tiña crural son Tricophyton rubrum y Epidermophyton floccosum y con menor frecuencia el T. mentagrophytes2, 3. Éstos son hongos antropofílicos y, por tanto, sólo encontrados en relación con la piel humana, siendo su mecanismo de transmisión directamente de hombre a hombre o indirectamente a través de fómites, adquiriendo ocasionalmente un carácter epidémico. Se debe también tener en cuenta la posibilidad de una autoinoculación a partir de micosis en los pies. Los principales factores predisponentes en su desarrollo son la maceración y la humedad local1.
Presentamos un caso de una tiña inflamatoria crural producida por T. mentagrophytes var interdigitale en una mujer.
DESCRIPCION DEL CASO
Mujer de 22 años, sin antecedentes de interés, que consulta por un cuadro de 1 mes de evolución que inicialmente consistía en una lesión asintomática, redondeada, eritematodescamativa, localizada a nivel pubiano, que fue aumentando progresivamente de tamaño. Se aplicó emolientes y corticosteroides tópicos sin mejoría clínica; las lesiones se extendieron a zonas vecinas.
Coincidiendo con una maniobra de rasurado local se produjo un empeoramiento clínico, acompañado de dolor y pustulación; realizó tratamiento con antisépticos tópicos y cloxacilina sin mejoría.
En la exploración (fig. 1) presentaba a nivel de la región pubiana y desbordando los pliegues inguinales una placa eritematoedematosa, exudativa, con múltiples pústulas foliculares y dolor intenso a la palpación. El pelo de desprendía fácilmente a la tracción. En el hipogastrio, muslos y zona glútea se observaban placas de morfología circinada, eritematosas y con un collarete descamativo. No presentaba alteraciones interdigitales ni ungueales.
Fig. 1.--Aspecto clínico de la lesión, afectando a la región inguinocrural, parte baja de abdomen y superior de muslos. En la región pubiana es donde se observa el componente inflamatorio.
El examen directo de los pelos de la región pubiana y de las escamas del borde de las lesiones crurales y glúteas fue positivo, observándose en el cultivo una colonia blanconacarada, con centro verdoso, aspecto algodonoso y borde pulverulento compatible con T. mentagrophytes var interdigitale (fig. 2). El estudio microscópico del micelio confirmó el diagnóstico, observándose las características microconidios con disposición arracimada.
Fig. 2.--Colonias blancas pulverulentas típicas de T. mentagrophytes var interdigitale.
Se realizó tratamiento con griseofulvina a una dosis única de 500 mg/día durante 4 semanas con resolución completa del cuadro.
DISCUSION
La tiña crural, también denominada eccema marginado de hebra, es una infección por dermatofitos de la región inguinal y de la piel circundante, relativamente frecuente en los varones y considerada excepcional en las mujeres1. La infección está generalmente producida por T. rubrum y E. floccosum, siendo menos frecuente como agente causal el T. mentagrophytes2, 3. Es una infección con alto índice de recidivas, al parecer en relación con la persistencia de los dermatofitos en regiones clínicamente sanas (escroto, pliegues inguinales y glúteo) y con un estado de hipersensibilidad antigénica a los mismos4-6.
Trichophytun mentagrophytes es una de las especies más frecuentemente aisladas en los animales y en el hombre. Sus variedades están bien definidas existiendo formas zoofílicas (var mentagrophytes, var quinckeanum, var erinacei) y la forma antropofílica var interdigitale7. El T. mentagrophytes var interdigitale no es encon-trado frecuentemente como causa de patología a nivel inguinocrural, siendo habitualmente causa directa de los intertrigos interdigitales micóticos3, 8. Como hongo antropofílico tiene poca capacidad para producir inflamación, siendo más frecuente que produzca un cuadro crónico, persistente y recalcitrante al tratamiento7.
Lo llamativo de este caso es la intensa respuesta inflamatoria a nivel inguinocrural que hace pensar en la posibilidad de que se trate de una forma de respuesta clínica de dicho dermatofito cuando afecta a regiones pilosas, puesto que la afectación de la piel glabra no se acompañó de este componente inflamatorio. No se puede descartar que la inflamación pudiese estar relacionada con los múltiples tratamientos tópicos locales aplicados ni con las maniobras de rasurado efectuadas por la paciente.
En los últimos años la mayor parte de los estudios realizados en torno a las dermatofitosis están centrados en su tratamiento, en la búsqueda de fármacos que produzcan la curación del cuadro con los mínimos efectos secundarios y la menor proporción de recidivas9.
Los tratamientos antimicóticos tópicos se emplean principalmente en la tiña crural aguda y subaguda, teniendo en cuenta la sensibilidad de la región y el riesgo de que el tratamiento produzca irritaciones y secundariamente sobreinfecciones. El fluconazol, el itraconazol, la terbinafina10, 11 y con menos frecuencia la butenafina12 son los más empleados. Los tratamientos sistémicos son utilizados cuando hay escasa efectividad de los tópicos o el cuadro tiene un importante componente inflamatorio. En este caso utilizamos la griseofulvina con buena respuesta clínica y sin efectos adversos inherentes al fármaco. Algunos autores proponen la utilización de la terbinafina en el tratamiento de estas dermatofitosis por su mayor efectividad y menor número de efectos secundarios13.