La terapia fotodinámica (TFD) se ha incorporado hace años al tratamiento dermatológico, principalmente para el cáncer cutáneo no melanoma. Recientemente se ha ensayado su uso para infecciones cutáneas, especialmente en aquellos procesos que incluyen la formación de biofilms. El efecto antibacteriano, inmunorregulador y regenerativo de la TFD puede conseguir la curación de infecciones resistentes a los antibióticos, de difícil acceso a los mismos, o en pacientes en los que se busca un tratamiento local exento de los efectos secundarios de la antibioterapia sistémica. El grupo firmante de este artículo1 tiene una dilatada experiencia en el uso de la terapia fotodinámica para el tratamiento de las onicomicosis y otras infecciones, como esporotricosis, Scytalidium, Demodex o Candida, o en procesos mediados por biofilms como la hidradenitis supurativa. En este trabajo nos presentan un estudio abierto en el que varias úlceras sobreinfectadas alcanzaron la curación mediante TFD empleando azul de metileno y luz visible. El azul de metileno es una fenotiazina fotoactivable, muy adecuada para producir citotoxicidad sobre la membrana bacteriana gracias a su naturaleza catiónica. Es barato y su tiempo de incubación es relativamente corto, lo cual facilita su uso en la clínica diaria. El éxito alcanzado debería animar a la puesta en marcha de estudios controlados y aleatorizados, que aporten una evidencia de mayor calidad sobre la TFD en este contexto.
Véase contenido relacionado en DOI: http://dx.doi.org/10.1016/j.ad.2016.11.020