La dermatoscopia se ha incorporado como una útil herramienta diagnóstica en dermatología a lo largo de los últimos años. Su indicación original –el diagnóstico diferencial de las lesiones pigmentarias– se ha extendido y ampliado a otras dermatosis no tumorales; estas incluyen, entre otras, las enfermedades del pelo1, la psoriasis, la escabiosis2 o las conectivopatías3. Creemos de interés comunicar un caso en el que la dermatoscopia demostró su utilidad para descartar la presencia de una lesión pigmentaria plantar.
Una mujer de 67 años de edad fue remitida a nuestro Servicio para el diagnóstico de una presunta lesión pigmentaria que había aparecido en la planta del pie derecho. La sospecha del médico de Atención Primaria era de melanoma. La paciente no podía relacionarla con ningún tipo de traumatismo, y explicaba que había aparecido a lo largo del mes previo, negando cualquier tipo de lesión pigmentaria preexistente en esta localización.
A la inspección podía comprobarse que se trataba de una mácula de color marrón claro, no uniforme, de 3mm de diámetro. A simple vista, la naturaleza de la lesión no era claramente identificable (fig. 1).
Exploramos la lesión con un dispositivo de dermatoscopia digital (MoleMax III©, Derma Medical Systems, Wien, Austria) (fig. 2). Bajo una capa córnea normal se observaba un tallo capilar enrollado sobre sí mismo, simulando una colección de pigmento, hallazgos que condujeron al diagnóstico de sinus piloso. El pelo fue extraído tras un raspado de la capa córnea con una hoja de bisturí del número 11. Explicamos a la paciente la naturaleza banal y benigna de la lesión plantar. Cuando fue interrogada acerca de sus hábitos, negó estar trabajando como peluquera, por lo que se supuso que el pelo acabó introduciéndose bajo la capa córnea plantar de modo fortuito.
El llamado sinus piloso o «sinus de barbero»4 es una dermatosis ocupacional bien conocida que suele afectar a peluqueros o barberos. Estos profesionales pueden sufrir la introducción involuntaria de pelos bajo su piel. Es frecuente que se forme una reacción inflamatoria y un granuloma a cuerpo extraño. La localización más habitual de este trastorno son los espacios interdigitales de las manos, aunque se han descrito también casos en las plantas de los pies5. En nuestra paciente no se generó reacción inflamatoria alguna. De este modo, el fenómeno observado recuerda más a los pelos que crecen enrollados bajo la capa córnea en las piernas de algunas mujeres, tras la depilación o el afeitado. La confusión del sinus piloso con otros procesos no es excepcional. De este modo, se ha descrito un caso en el que un pelo enrollado bajo la capa córnea de la piel del pubis simulaba una larva migrans6.
Resaltamos la utilidad de la dermatoscopia en este caso, evitando así una innecesaria extirpación quirúrgica de la lesión.