El carcinoma basocelular (CBC) supone un problema de creciente magnitud: considerado la neoplasia más frecuente en la raza blanca, representa el 80% de los cánceres cutáneos, y su incidencia continúa aumentando progresivamente en todo el mundo. No obstante, cada vez se comprende mejor la biología de este tumor, y se dispone de un mayor arsenal de técnicas diagnósticas y terapéuticas.
Los CBC localizados y tributarios de exéresis quirúrgica o tratamientos locales son extremadamente comunes, hasta el punto de que en algunos entornos como el británico se valora la posibilidad de que sean tratados por médicos no-dermatólogos o incluso por profesionales sanitarios no-médicos1. Teniendo en cuenta que la cirugía continúa siendo la primera opción de tratamiento, el estudio publicado en Actas Dermo-Sifiliográficas por Bassas et al. demuestra que el abordaje quirúrgico realizado por los dermatólogos es superior al de otros especialistas: al hecho de dominar los aspectos clínico y dermatoscópico de los CBC, se unen recursos como la cirugía micrográfica de Mohs, esencial en casos seleccionados, y el uso de técnicas —como la ecografía cutánea de alta frecuencia y la microscopia confocal in vivo o ex vivo— que permiten delimitar el tumor de manera más certera2,3. Respecto a las alternativas a la cirugía para CBC no agresivos existe un rango amplio de posibilidades: crioterapia, terapia fotodinámica e imiquimod tópico, que son algunas de las opciones terapéuticas más empleadas. El uso de tratamientos combinados, y en concreto de la crioinmunoterapia (uso de crioterapia seguido de imiquimod), propuesta como una posibilidad ante aquellos CBC con respuesta incompleta al imiquimod tópico, están adquiriendo de forma paulatina un mayor protagonismo1,4.
Mucho menos frecuentes son los CBC localmente avanzados, metastásicos o múltiples. En estos casos, vismodegib —un inhibidor del receptor Smoothened, perteneciente a la vía de señalización del erizo (Hedgehog pathway)— aparece desde el año 2012 como una nueva esperanza, con resultados variables, aunque prometedores, en estas indicaciones. Aún se precisa más experiencia en el uso de este fármaco, que no está exento de efectos secundarios y con el que ya se han descrito potenciales resistencias. Quizás más sorprendente es el potencial efecto terapéutico de otros inhibidores de la vía Hedgehog como el itraconazol, cuyo uso en el tratamiento de CBC ha sido recientemente publicado por Kim et al. con resultados más discretos que con vismodegib, pero con un perfil de efectos adversos más conocido y tolerable5.
El cáncer cutáneo no-melanoma, y concretamente el carcinoma basocelular, continúa siendo un reto de salud pública. En el diagnóstico, tratamiento y prevención, tanto en los casos comunes como en los complejos, se vislumbran nuevas perspectivas que sin duda contribuirán a una mejor atención de la población.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.