Sr. Director:
Mehregan y Medenica1 describieron en 1982 una rara variante de quiste infundibular que denominaron «quiste folicular pigmentado», caracterizado histopatológicamente por mostrar una pared con queratinización de tipo epidermoide y numerosos tallos pilosos gruesos y pigmentados en su interior. En 1990, Ribera et al2 describieron la variante múltiple de este tipo de quiste. Actualmente existen escasas descripciones de la variante solitaria3 y son excepcionales las de la variante múltiple4,5.
Describimos un varón de 63 años, sin antecedentes relevantes, que consultó por lesiones perianales asintomáticas de un año de evolución, estables en número y tamaño desde su aparición. No había aplicado tratamientos tópicos, ni refería fricción o traumatismos en esa zona. Presentaba en la región perianal varias lesiones sobreelevadas, circunscritas, de color amarillento y superficie lisa, de 1 a 3 mm de diámetro (fig. 1). El estudio histopatológico de las lesiones mostró una cavidad quística situada en dermis media, conectada con la epidermis mediante un poro, con una pared formada por epitelio escamoso estratificado con queratinización mediante formación de capa granulosa. En la luz del quiste se observaba queratina basófila ortoqueratósica, laminar y amorfa y varios tallos de pelo cortados oblicua y transversalmente, con gránulos de melanina y médula eosinofílica (fig. 2). No se observaron estructuras anexiales en relación con la pared del quiste. Los hallazgos histológicos permitieron establecer el diagnóstico de «quistes foliculares de pelo terminal múltiples». El interés del caso que describimos no radica únicamente en la infrecuencia de la entidad, sino también en la ausencia de pigmentación clínica de las lesiones del paciente, en el número y la localización atípica de las mismas.
Figura 1. Aspecto clínico de las lesiones en la región perianal.
Figura 2. Pared del quiste con queratinización de tipo epidermoide; en el interior se observan varios tallos de pelo terminal, pigmentados (hematoxilina- eosina, x250).
La clasificación de los quistes cutáneos se fundamenta en el tipo de epitelio que recubre su pared, el tipo de queratinización, la presencia de tallos pilosos (vellosos o terminales) y la relación con estructuras anexiales adyacentes6.
Los quistes cutáneos más frecuentes son los originados en el folículo pilosebáceo, siendo los infundibulares o epidermoides y los tricolémicos los más comunes.
La presencia de tallos pilosos en el interior de lesiones quísticas cutáneas es un hallazgo infrecuente y la presencia de tallos de pelo terminal en quistes infundibulares es excepcional7. Pueden observarse tallos pilosos en quistes dermoides, quistes híbridos7, esteatocistomas/quistes vellosos eruptivos8, comedones y quistes foliculares pigmentados.
Los quistes de pelo terminal son más frecuentes en varones y se presentan como lesiones solitarias, de coloración grisácea, marrón, negruzca o azulada, de entre 0,4 y 1,5 cm de tamaño1,9. Se localizan en cabeza y cuello y más raramente en axilas, abdomen, pubis, vulva y extremidades inferiores1,5. Histopatológicamente se caracterizan por presentar tallos pilosos de tipo terminal y queratinización de tipo epidermoide.
Otros quistes cutáneos como los quistes vellosos eruptivos, los quistes híbridos, el hidrocistoma apocrino y el «quiste epidérmico pigmentado», también pueden presentar hiperpigmentación clínica.
Probablemente los quistes de pelo terminal sean una entidad infradiagnosticada o, en ocasiones, confundida con otras lesiones cutáneas de aspecto clínico similar (nevus nevocelulares, hidrocistomas, histiocitomas, granulomas, quistes epiteliales, nevus azules, etc.).
Consideramos que las lesiones quísticas cutáneas constituyen un espectro clínico e histopatológico dinámico, dentro del cual los quistes de pelo terminal ocupan, por el momento, un lugar independiente. Los quistes cutáneos no deben clasificarse como entidades estáticas, puesto que las cada vez más numerosas descripciones de quistes híbridos7,10 no han hecho más que poner de manifiesto que la superposición de hallazgos histológicos entre los diferentes tipos de lesiones quísticas cutáneas dista de ser algo inusual.