En el artículo publicado por Rodríguez-Bandera et al.1 se reportan interesantes características ecográficas del granuloma aséptico facial idiopático (GAFI) tales como que el eje lesional tiende a ser paralelo con los planos cutáneos y la presencia de hipervascularización en la periferia de la lesión en la fase más inflamatoria. La descripción de la forma, la ecogenicidad y la localización lesional es similar a la encontrada por Vázquez-Osorio et al.2, en cuanto a que se caracteriza por lesiones ovales e hipoecogénicas, de ubicación predominantemente dérmica. Lo descrito por los autores en ambas publicaciones concuerda con nuestra experiencia ecográfica en esta enfermedad.
Con respecto al origen de la hiperecogenicidad hipodérmica subyacente a la lesión, interpretada por Rodríguez-Bandera et al.1 como una traducción del edema del tejido adiposo subcutáneo vecino a la lesión, estoy de acuerdo que podría ser secundario a la inflamación tisular. Sin embargo, también se podría postular que adicionalmente esta se potencie por la hipervascularización perilesional que predomina en el segmento sublesional. Estos vasos dilatados que contienen fluidos hemáticos podrían generar, en forma transitoria, un artefacto de refuerzo acústico posterior, que es propio de las estructuras con líquido, el que disminuiría en concordancia con la reducción de inflamación, ya que decrecería el calibre y la presencia vascular.
La definición de patrones lesionales, la posibilidad de establecer diagnósticos diferenciales con otras enfermedades dermatológicas3 y de poder realizar un seguimiento no-invasivo ecográfico son de suma importancia para poder ayudar al diagnóstico precoz y evitar biopsias innecesarias. Más aún, en el caso del GAFI, estos papeles de la ecografía serían incluso más relevantes porque es una enfermedad que afecta mayormente a niños y una zona tan expuesta como la cara.