CASOS BREVES
Oncotaxia inflamatoria en lesiones de foliculitis de un paciente con leucemia mieloide aguda
BEATRIZ BARTOLOMÉ GONZÁLEZ, ERICH VARGAS DÍEZ, ESTEBAN DAUDÉN TELLO, MAXIMILIANO ARAGÜÉS MONTAÑÉS, AMARO GARCÍA-DÍEZ
Servicio de Dermatología. Hospital Universitario de La Princesa. Madrid.
Correspondencia:
BEATRIZ BARTOLOMÉ GONZÁLEZ.
Servicio de Dermatología.
Hospital Universitario de La Princesa.
Diego de León, 62.
28020 Madrid.
Aceptado el 14 de febrero de 2000.
Resumen.--Un varón de 68 años diagnosticado de leucemia aguda mieloide presentó lesiones cutáneas de foliculitis. Histológicamente se encontró una foliculitis neutrofílica junto con células blásticas perifoliculares. Las lesiones cutáneas desaparecieron tras un tratamiento antibiótico, mientras que la leucemia empeoraba pese al tratamiento quimioterápico (Dermosifiliogr 2000;91:00-00).
Palabras clave: Oncotaxia. Inflamación. Leucemia mieloide aguda. Foliculitis.
Abstract.--A 68-year-old male patient with acute myelogenous leukemia presented lesions of neutrofilic folliculitis; perifollicular blastic cells were observed around the involved follicles. These lesions disappeared after antibiotic therapy, but leukemia progressed in spite of chemotherapy.
Key words: Oncotaxis. Inflammation. Acute myelogenous leukemia. Folliculitis.
Bartolomé González B, Vargas Díez E, Daudén Tello E, Aragüés Montañés M, García-Díez A. Inflammatory oncotaxis in folliculitis lesions of a patient with acute myelogenous leukemia. Actas Dermosifiliogr 2000;91:227-229.
Los pacientes con leucemia mieloide aguda (LMA) presentan afectación cutánea específica en aproximadamente un 10% de los casos, y sus manifestaciones clínicas consisten en pápulas eritematosas generalizadas, placas o nódulos (1). Estas lesiones pueden proceder, coincidir o aparecer después del descubrimiento de la afectación hematológica. Sin embargo, en ocasiones las células leucémicas acompañan a un infiltrado inflamatorio inespecífico y por lo general desaparecen con la resolución del mismo al no encontrar un terreno apropiado para su implantación. Este fenómeno se conoce como oncotaxia inflamatoria (2).
DESCRIPCIÓN DEL CASO
Paciente varón de 68 años diagnosticado en mayo de 1995 de síndrome mielodisplásico tipo anemia refractaria con exceso de blastos, que rápidamente progresó a LMA. En febrero de 1996 recibió tratamiento de inducción con mitoxantrone (15 mg/día durante 3 días) y arabinósido de citosina (180 mg/12 horas durante 7 días), presentando aplasia prolongada postquimioterapia y complicaciones infecciosas que se resolvieron con tratamiento antibiótico y antifúngico. Posteriormente se mantuvo al paciente con medidas de soporte hemoterápico.
En enero de 1997 le aparecieron en región perioral surcos nasogenianos, mentón y cuello, lesiones papulopustulosas eritematovioláceas que se resolvieron sin tratamiento en 2 semanas. En la analítica realizada presentaba un hemograma con hemoglobina de 10,6 g/dl, hematócrito del 32,8%, 19.100/mm3 (90% de ellos eran blastos) leucocitos y 6.000/mm3 plaquetas.
En marzo del mismo año presentó un nuevo brote de lesiones, algunas de ellas de localización folicular que afectaron a las mismas regiones anatómicas y que clínicamente eran muy sugestivas de foliculitis (Fig. 1). En el estudio hematológico los leucocitos habían ascendido a 40.900/mm3 con un 95% de blastos.
FIG. 1.--Lesiones periorales papulopustulosas.
Las biopsias de las lesiones cutáneas, realizadas en ambos brotes, mostraron la presencia de un infiltrado inflamatorio con abundantes polimorfonucleares neutrófilos en el infundíbulo folicular junto con focos perivasculares de células de tamaño intermedio con núcleos amplios y ocasionales imágenes de mitosis (Figs. 2 y 3); estas células blásticas perivasculares expresaban muramidasa y mieloperoxidasa, lo que confirma su estirpe mieloide.
FIG. 2.--Pared de un folículo con polimorfonucleares en su interior y rodeado por un infiltrado de células leucémicas.
FIG. 3.--Detalle de las células blásticas del infiltrado dérmico perifolicular.
En el cultivo de la lesión cutánea creció Staphylococcus epidermidis sensible a cloxacilina, iniciándose tratamiento antibiótico con cloxacilina (500 mg/6 horas). Las lesiones cutáneas desaparecieron en 12 días. Por otra parte, a pesar de que el paciente fue tratado con hidroxiurea (500 mg/48 horas), los blastos siguieron progresando en sangre periférica, por lo cual se aumentó la dosis a 1 g/24 horas sin obtenerse respuesta hematológica. El paciente falleció 4 meses después.
DISCUSIÓN
Der Hagopian y cols. (2) emplearon en 1978 el término oncotaxia inflamatoria para describir el mecanismo por el cual la inflamación y el trauma previo promueven la localización, implantación y crecimiento de las células tumorales circulantes. Desde entonces el término ha sido empleado excepcionalmente para describir recidivas tumorales en zonas que habían presentado algún tipo de inflamación (2). Igualmente se han descrito seis casos de infiltrados leucémicos en las zonas de inserción o salida del catéter venoso central, por lo general acompañado de hemorragia o inflamación local, siendo éste el primer signo de recidiva de la enfermedad (3-6). Así se han encontrado infiltraciones cutáneas específicas de patología neoplásica en cicatrices de cirugía, herpes simple o zoster, inyecciones cutáneas y quemaduras (7-10). También se han descrito casos en los que las células leucémicas infiltraban lesiones de psoriasis en un paciente con leucemia mieloide aguda (11). Recientemente se ha descrito un infiltrado leucémico en las piezas quirúrgicas de extirpación de carcinomas espino y basocelulares (12) sin que este hallazgo haya implicado un peor pronóstico en el curso de la enfermedad. En estos casos la presencia de células leucémicas podría interpretarse como «pasajeros inocentes» en respuesta a factores quimiotácticos inflamatorios. Nuestro caso sería semejante. Las células neoplásicas estarían acompañando al infiltrado inflamatorio de la foliculitis, desapareciendo las lesiones con el tratamiento antibiótico.
Argila y cols. publicaron el caso de un paciente con antecedentes de leucemia mielomonocítica crónica en el que, coincidiendo con la aparición en piel de lesiones foliculares, se detectó la transformación blástica de la leucemia (13). Estas lesiones mejoraron con el tratamiento antibiótico y en ellas se demostró un infiltrado leucémico de forma similar a la descrita en nuestro caso.
La presencia de las células leucémicas en estos focos inflamatorios podría obedecer a varios factores, entre ellos a una respuesta inmunológica inespecífica a los factores quimiotácticos liberados desde el foco, que atraerían a las células blásticas. Las células tumorales pueden no encontrar un terreno apropiado para anidar, por lo que desaparecerían al resolverse el proceso inflamatorio subyacente.
BIBLIOGRAFÍA
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