El diagnóstico de linfoma cutáneo primario y en concreto de la micosis fungoide (MF) en la edad pediátrica afortunadamente es poco frecuente. En concreto en mi experiencia, como responsable de la Unidad de Linfomas del Hospital Universitario de Bilbao, solo he visto un par de casos que debutaran antes de los 18 años de edad en forma de MF clásica. En ambos casos la enfermedad ha sido más agresiva de lo habitual, resultando en muerte tras un trasplante alogénico de células precursoras a los 33 años en el primer caso y en evolución a un estadio tumoral (IIB) en el segundo.
En este número de Actas Dermo-Sifiliográficas, Bettina Cervini A et al.1 Presentan 14 casos de MF en un hospital pediátrico, siendo la mayoría de la forma MF hipopigmentada. Recientemente he tenido la oportunidad de ver un caso similar en una niña inmigrante colombiana que ya venía diagnosticada de la enfermedad en su país. Esta forma es más frecuente en fototipos oscuros IV-V, tal y como refleja la bibliografía, por lo que posiblemente cada vez veamos más casos en nuestro medio. El principal diagnóstico diferencial es la pitiriasis alba, tan frecuente en la consulta pediátrica, pero en casos recalcitrantes al tratamiento o con evolución diferente a la habitual tendríamos que tener presente esta forma de MF.
La lectura de este artículo nos ayudará en esta tarea.
Véase contenido relacionado en DOI: http://dx.doi.org/10.1016/j.ad.2017.01.008