La cirugía micrográfica de Mohs (CMM) se considera de elección en el tratamiento del cáncer cutáneo en las áreas cutáneas de riesgo, o cuando la lesión está mal definida clínicamente, ya que proporciona unas tasas de curación superiores a otras opciones terapéuticas y minimiza la eliminación de tejido sano peritumoral1. En España, el tumor intervenido con más frecuencia con CMM es el carcinoma basocelular, seguido del carcinoma espinocelular, y la CMM en congelación y la reconstrucción con colgajo son las técnicas más empleadas2. No obstante, la reconstrucción de los defectos provocados por la CMM a menudo requiere la utilización de distintos tipos de injertos, cuya evolución puede verse alterada por diferentes factores, como el tamaño del defecto, el sexo o el tiempo transcurrido desde la cirugía hasta la reparación del defecto. De hecho, la reconstrucción inmediata del defecto no es posible siempre y su retraso podría beneficiar tanto a la planificación quirúrgica, a la viabilidad del lecho quirúrgico, así como al aporte sanguíneo en los bordes de la herida. Por ello, hay autores que recomiendan el cierre diferido de esos defectos para mejorar la supervivencia de los injertos, aunque las consecuencias del retraso de la técnica reconstructiva son aún inciertas. El cierre diferido es habitual en los tumores que requieren una evaluación histológica diferida realizada sobre muestras fijadas en formol e incluidas en parafina. Este es el caso del carcinoma epidermoide, en el que se requiere la ayuda de inmunohistoquímica, principalmente para descartar la infiltración perineural, un hecho que no resulta extremadamente infrecuente.
En la controversia cierre inmediato o diferido tras CMM, se han publicado recientemente 3 estudios que analizan las tasas de complicaciones en pacientes que se someten a una reconstrucción diferida tras CMM con puntos de vista divergentes3–5. Un artículo asocia el retraso del cierre con un mayor número de complicaciones posquirúrgicas, aunque esta publicación es la que incluye un menor número de defectos analizados3, mientras que en los 2 artículos restantes se muestra que el cierre retrasado del defecto asocia una menor tasa de complicaciones posquirúrgicas4,5.
Así, por un lado, Patel et al. examinaron retrospectivamente las complicaciones postoperatorias de 342 pacientes en los que el cierre del defecto tras CMM se demoraba más de 24horas. Los autores encontraron que un retraso mayor de 2días se asociaba con un incremento de complicaciones, principalmente infecciones. No obstante, solo un 4,5% de los defectos se cerraron con este retraso, y las mayores demoras se asociaban a los casos más complejos y de mayor tamaño. Por ello, la presencia de una mayor frecuencia de complicaciones podría deberse a las propias características del defecto y no al tiempo diferido de la reconstrucción3.
Por otro lado, Miller et al. realizaron un estudio retrospectivo de 633 defectos reparados tras CMM en 591 pacientes, sin encontrar una relación entre el tiempo de reparación tras CMM y las complicaciones quirúrgicas. Las variables que se asociaron a un incremento del riesgo postoperatorio fueron el hábito tabáquico, un mayor tamaño y el espesor del defecto, así como el uso de injertos compuestos, fundamentalmente de aquellos que incluyeron tejido cartilaginoso4. Igualmente, David et al. evaluaron los resultados de la reconstrucción de 320 defectos tras CMM con injertos de piel total o con injertos compuestos. El intervalo medio para la cirugía reconstructiva fue de 4,7días. Tras un análisis de regresión logística mostraron que la reparación tardía (definida como un retraso mayor de 6días en la reconstrucción) ejercía un efecto protector sobre las complicaciones posquirúrgicas. Los factores de mal pronóstico postoperatorios que se encontraron en este estudio fueron el sexo masculino y un mayor tamaño del defecto5.
En conclusión, el cierre diferido tras la CMM podría relacionarse con una menor tasa de complicaciones postoperatorias, por lo que puede ser especialmente recomendable cuando existe un mayor riesgo de complicaciones, como en fumadores, defectos de gran tamaño o injertos compuestos.
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