Un varón de 58 años, sin antecedentes personales relevantes, consultó por una lesión en la espalda de pequeño tamaño y apariencia estable de 4 años de evolución. En el último mes comenzó con crecimiento explosivo e inflamación. En región lumbar presentaba un tumor pediculado de 5,5×5cm, negro-violáceo, de superficie lisa mamelonada, bordes netos, consistencia blanda y sin infiltración (figs. 1A y B). Se realizó extirpación, mostrando el análisis histopatológico una lesión polipoide revestida de epitelio con papilomatosis, dermis ricamente vascularizada con aumento de las fibras de colágeno y áreas de necrosis compatible con fibroma blando infartado (fig. 1C).
Los fibromas blandos, acrocordones o pólipos fibroepiteliales son tumores benignos del tejido fibroso. Afectan frecuentemente a varones y mujeres, incrementándose su incidencia con la edad. Suelen ser lesiones asintomáticas, únicas o múltiples, de pequeño tamaño, pediculadas, de color piel, que asientan en párpados y grandes pliegues. Sin embargo, las lesiones de gran tamaño (gigantes) son excepcionales. Se pueden complicar con necrosis isquémica por torsión del pedículo, ocasionando inflamación aguda y oscurecimiento. El diagnóstico diferencial es amplio, incluyendo en nuestro caso la posibilidad de melanoma polipoide. Presentamos el segundo caso publicado de fibroma blando gigante localizado en la espalda (Ilango et al., 2009)1, y el primero complicado con necrosis.