No utilizar suturas subcutáneas como norma en defectos faciales es un error común. El cierre por planos facilita el remodelado y quita tensión en la superficie, evitando necrosis e infecciones y obteniendo cicatrices más estéticas.
Podemos usar puntos enterrados de lado a lado movilizando ambos márgenes y aproximarlos de forma completa, o puntos en suspensión que avanzan un solo lado fijándolo al periostio1. En este número2 se propone una variante de la primera opción, movilizando ambos márgenes pero sin aproximarlos completamente, quedando hilos largos, tensos, que se denominan «sutura en cuerda de guitarra». El objetivo es aproximar transmitiendo tensión lateralmente, quitándola al colgajo siempre más comprometido vascularmente. Esta tercera opción aporta versatilidad.
Los puntos en suspensión permiten maximizar la calidad en el remodelado facial, pues no solo quitan tensión. La sutura suspendida (suspensión, tacking or fixing stitches)3 es un concepto importado de la oculoplástica4 a la cirugía oncológica cutánea, y crucial para obtener los mejores resultados. Además de quitar tensión permite fijar el cierre en el área de unión de unidades cosméticas diferentes, modelar pliegues evitando su obliteración, prevenir efectos tienda y evitar distorsión orificial (ecnasion, eclabion, ectropion)1, todos ellos puntos clave para el mejor resultado.
En resumen, muy recomendable por pertinente y original el artículo de los Dres. Querol y Redondo2 e imprescindibles estos 2 clásicos1,3, que como el buen vino con el tiempo no solo no pierden, sino que ganan.