El etoricoxib es un antiinflamatorio no esteroideo (AINE) inhibidor de la ciclooxigenasa 2 (cox 2), recientemente introducido en el mercado y ampliamente utilizado. Se ha visto implicado en diversas reacciones cutáneas, habiéndose descrito como causa poco frecuente de exantema fijo medicamentoso. A continuación presentamos un nuevo caso confirmado mediante pruebas epicutáneas.
Se trata de una mujer de 32 años, sin antecedentes alergológicos de interés, que acudió a nuestra consulta para la valoración de una placa eritematosa en la cara cubital de la mano izquierda, de 1,5cm, con sensación de prurito y dolor. La lesión había involucionado dejando una ligera pigmentación residual. Refería otros 2 episodios previos similares en la misma localización en los últimos 3 meses. La paciente había tomado diversos analgésicos en los episodios de dolor causados por una hernia de disco. Dichos fármacos eran ibuprofeno, el cual había vuelto a tomar tras la última reacción cutánea sin problemas, y etoricoxib, que había comenzado a tomar desde hacía 3 meses. Dos meses después del último episodio se realizaron pruebas epicutáneas sobre la piel normal con la batería estándar del Grupo español de investigación en dermatitis de contacto y alergia cutánea (GEIDAC), una batería de AINE (Martitor®) con celecoxib y con etoricoxib (ambos al 10% en vaselina) con resultados negativos. Además se parcheó etoricoxib al 10% en la piel lesional obteniéndose resultados positivos (++) a las 48 y 96h (fig. 1). Posteriormente se parcheó celecoxib en piel con lesión previa con resultados negativos, procediéndose después a la administración controlada de celecoxib oral sin objetivarse ninguna reacción adversa durante la provocación, ni posteriormente cuando lo ha tomado de forma pautada a las dosis habituales.
El etoricoxib combina una alta actividad antiinflamatoria con un buen perfil de seguridad. Al igual que otros fármacos de su misma familia, como el celecoxib, se ha implicado en diversas reacciones cutáneas, aunque de forma mucho menos frecuente. Se han descrito casos asociados a urticaria/angioedema1, pustulosis exantemática generalizada2, eritema exudativo multiforme3, necrólisis epidérmica tóxica4 y exantema fijo medicamentoso5–9.
El exantema fijo medicamentoso es una reacción cutánea poco frecuente en la que se han implicado numerosos fármacos, estando los AINE entre los más frecuentes10,11. Con el desarrollo de los AINE inhibidores de la cox 2 se han descrito asimismo exantemas fijos secundarios a dichos fármacos, aunque en el caso del etoricoxib solo hay 6 casos publicados5–9. El diagnóstico se realiza por la historia clínica y las lesiones cutáneas características: una o varias lesiones eritematosas bien delimitadas, en ocasiones con afectación de mucosas, que se inician poco tiempo después de la ingesta del fármaco causal y que típicamente recidivan en la misma localización al reintroducir el agente responsable. Sin embargo, el diagnóstico etiológico en ocasiones se complica, pues el paciente puede estar tomando numerosos fármacos o puede haber tomado algún medicamento de forma inadvertida o que no recuerde. En estos casos la provocación oral es el patrón oro para realizar el diagnóstico, pero no está exento de riesgos, en ocasiones graves. Por ello las pruebas epicutáneas constituyen una alternativa válida, pues es un método diagnóstico seguro y no invasivo. Dichas pruebas deben realizarse, transcurridas al menos 6 semanas de la resolución del cuadro, sobre la piel sana y la piel de la lesión previa, que es donde suelen obtenerse los resultados positivos, siendo excepcional la positividad en piel sana. La sensibilidad de la prueba es variable en función de la concentración, vehículo utilizado, zona afectada, pero sobre todo en función de la sustancia testada. En un estudio retrospectivo realizado sobre 52 pacientes se objetivó una reacción positiva en 21 pacientes (40%), en todos únicamente en la piel afectada previamente y todos excepto uno únicamente con AINE10. La negatividad de la prueba no excluye el diagnóstico ni la implicación del fármaco sospechoso, pero cuando es positiva confirma el diagnóstico, evitando la provocación oral y sus riesgos asociados.
En nuestro caso la imputabilidad se vio confirmada con la prueba del parche. Otra molécula farmacológicamente similar, como el celecoxib, estructuralmente es distinta, pues pertenece a la familia de las sulfonamidas, mientras que el etoricoxib es una bipiridina sustituida. Por ello el resultado negativo tras la prueba epicutánea con celecoxib permitió realizar posteriormente una prueba de provocación oral, permitiendo una alternativa terapéutica segura. Este caso ilustra la utilidad de estas pruebas en el estudio de ciertas reacciones adversas medicamentosas, como el exantema fijo medicamentoso.