La melanoniquia longitudinal corresponde a la pigmentación café clara, oscura o negra de la lámina ungueal. Esta condición puede observarse como una característica étnica en población negra, latinoamericanos y asiáticos. Puede estar presente también en algunas condiciones benignas como traumatismos, uso de fármacos, infecciones y en lesiones melanocíticas tales como lentigos ungueales y nevos, así como también puede asociarse a la presencia de melanoma subungueal (MS). El MS es infrecuente, con incidencias entre 0,7-3,5% de todos los melanomas en población general1. La dermatoscopia ayuda en el diagnóstico diferencial2. Uno de los hallazgos que orientan a MS es el signo de Hutchinson (SH), pigmentación periungueal en los pliegues ungueales e hiponiquio3,4. El SH se ha considerado como un signo ominoso, correspondiendo a la extensión radial del MS. Sin embargo, puede observarse en condiciones benignas como el signo de «pseudohutchinson» (visión del pigmento a través de la cutícula por transparencia de esta)4,5 y en algunas lesiones melanocíticas benignas como los nevos congénitos, lo cual puede hacernos sospechar de MS6–8, a pesar de ser muy infrecuente en la población pediátrica.
Caso clínicoUna mujer de 25 años de edad presenta una melanoniquia longitudinal del dedo índice derecho desde los 8 años de edad, sin variación en el tiempo. Al examen físico se observa una paciente con fototipo iii con una banda longitudinal pigmentada, color café oscuro, de 2mm de ancho, en el segundo dedo de mano derecha. Destaca la presencia de signo de Hutchinson (fig. 1). La dermatoscopia mostró un patrón de bandas paralelas longitudinales, color café, con SH en el pliegue proximal y lateral (fig. 2). Se realizó una biopsia con escisión de la matriz, además de los pliegues comprometidos. El informe mostró un tejido ungueal de epitelio escamoso con maduración epitelial conservada, levemente acantótico, con melanosis epitelial basal, sin proliferación melanocítica lentiginosa ni en nidos, con aislados melanófagos en el estroma. Tinción de PAS negativa y no se observó signos de hemorragia (fig. 3). Estos hallazgos son compatibles con lentigo ungueal. La paciente evoluciona con un resultado estético y funcional aceptable a los pocos meses.
Diferenciar el origen benigno o maligno (MS) de las melanoniquias es un reto. Para ello se analizan 3 pasos: primero si el pigmento corresponde a melanina u otro pigmento; segundo establecer si el aumento de melanina se debe a activación o proliferación melanocítica. Las bandas de pigmento de color gris homogéneo sugieren activación melanocítica, mientras que bandas de coloración café o negras sugieren proliferación melanocítica a la dermatoscopía2; y tercero determinar si la proliferación melanocítica corresponde a una condición benigna (nevos adquiridos, congénitos, lentigos) o maligna (MS). La pérdida del paralelismo, aumento progresivo del grosor de la banda ungueal, la heterogeneidad del pigmento, la presencia de SH y la distrofia ungueal apuntan a MS2. El problema surge cuando se presenta una melanoniquia con patrones de benignidad asociado a un SH aislado.
Algunos estudios en dermatoscopia intraoperatoria de la matriz han mostrado patrones que se correlacionarían fuertemente con lesiones benignas y con melanoma, tema que aún está en desarrollo pero que podría ser de utilidad clínica en el futuro9.
El signo de Hutchinson fue descrito en 1886, considerado siempre como un criterio altamente sospechoso de melanoma subungueal; sin embargo, no es infrecuente la presencia de falsos positivos en condiciones benignas, tales como síndrome de Peutz-Jeghers y Laugier-Hunziger, la radioterapia, algunos fármacos (minociclina), traumatismos, nevos congénitos, pigmentación étnica, enfermedades sistémicas (hipertiroidismo, síndrome de Cushing, enfermedades de depósito), entre otras2,3. Los nevos congénitos pueden tener características sospechosas de lesión maligna, como signo de Hutchinson, oscurecimiento y engrosamiento progresivo de la banda6–8.
Nuestra paciente presentó una lesión desde la infancia, sin cambios evolutivos. La presencia del SH motivó la biopsia, aunque la dermatoscopia mostró una lesión de paralelismo conservado y coloración uniforme (fig. 2). Es importante tener presente que el SH no se considera patognomónico de melanoma, especialmente en niños, donde los criterios diagnósticos clínicos y dermatoscópicos no se han validado de igual forma que en los adultos6,10. Presentamos este caso por ser ejemplo de un falso positivo de MS. Sin embargo, los autores recomendamos firmemente la toma de biopsia frente a la presencia de SH por su fuerte asociación con este tumor.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.