La generalización del uso de Internet entre nuestros pacientes les ha dotado de una mayor facilidad para obtener información sobre sus enfermedades. Sin embargo, a menudo es también una fuente de información no contrastada, e incluso proporciona la difusión de tratamientos de dudosa seguridad. Presentamos el caso de un paciente que desarrolló cicatrices queloideas tras aplicarse en varias lesiones cutáneas, probablemente nevus melanocíticos, una crema comprada en internet para eliminarlos.
Un varón de 23 años acudió a nuestra consulta para valoración de cuatro lesiones, tres en la espalda y una en el brazo, ligeramente pruriginosas. Se trataba de tumoraciones de coloración rosada y consistencia firme, clínicamente sugestivas de queloides (fig. 1). Una de las lesiones presentaba una discreta pigmentación marrón en su centro. La descripción clínica de las lesiones preexistentes por parte del paciente sugerían poderosamente el diagnóstico de nevus melanocíticos, que durante el año previo había tratado con una crema llamada “wart and mole vanish”, recomendada en un foro de Internet y que había comprado también a través de la red. Se realizó una biopsia cutánea que confirmo el diagnóstico clínico de queloide. Después de discutir con el paciente las posibles opciones terapéuticas se procedió al tratamiento de las lesiones mediante infiltración intralesional de triamcinolona acetónido a dosis de 20mg/ml. A las 6 semanas de la infiltración las lesiones habían presentado una sustancial mejoría en su aspecto estético con disminución del prurito.
“Wart and mole vanish” es un producto que, según se anuncia en su sitio web, es el único sistema para eliminar verrugas, lunares y acrocordones mediante una sola aplicación. El paciente debe limar sus lunares y posteriormente aplicarse el producto. En unos 20 minutos la lesión se oscurece y se acaba formando una costra que cae en unos 7-10 días. En su sitio web se menciona que el producto, ganador de varios premios en ferias de inventos y convenciones1, ha sido probado en extensos estudios clínicos de características y alcance no concretados realizados en Asia. Se menciona también que el producto produce una cauterización natural del tumor cutáneo, que no deja cicatriz. En ningún momento se recomienda la consulta con un dermatólogo para el correcto diagnóstico de estas lesiones. Debido a que el producto no está considerado como medicamento, sino como un producto de herboristería, no ha necesitado ninguna aprobación por las agencias de medicamentos.
Según los fabricantes “Wart and mole vanish” está compuesto por varios extractos de hierbas: marañón (Anacardium occidentale), higuera (Ficus carica), celidonia (Chelidonium majus), limón (Citrus limonium), así como por agua desionizada y talco. El poder cáustico del producto probablemente sea atribuible a los alcaloides derivados de la fenantridina que contiene la celedonia y que tienen un alto poder esclerosante, o a un aceite denominado cardol producido en el fruto del marañon2. El empleo del producto sobre lesiones melanocíticas, por parte del paciente, puede condicionar el tratamiento inadecuado de melanomas o el diagnóstico erróneo de un nevus melanocítico benigno por un melanoma, lo que se conoce como pseudomelanoma.
En la última década han sido publicados varios casos de pacientes que han tratado diferentes tipos de tumores cutáneos con productos adquiridos en internet3,4. El uso de “wart and mole vanish” ya había sido advertido en otra carta científica en el año 2007 para el tratamiento de un carcinoma basocelular5, y recientemente ha sido publicado un caso de desarrollo de un queloide centrotorácico tras la aplicación del mismo producto en un niño de 11 años6.
Nuestro caso representa por tanto un nuevo aviso del peligro que supone la existencia de este tratamiento no regulado por las autoridades sanitarias, así como el primer caso publicado de queloides múltiples tras el uso de este producto. Teniendo en cuenta su vía de distribución alejada de los circuitos sanitarios es probable, sin embargo, que la incidencia de efectos adversos sea mucho mayor a la referida en la literatura. Sin embargo, su clasificación como producto no farmacológico permite el empleo flagrante de publicidad engañosa impensable para otras sustancias e impune a los efectos adversos, que debe asumir la sanidad pública.
En definitiva, nuestro caso es un buen ejemplo de cómo la tecnología de Internet crea nuevas situaciones en la medicina. Los dermatólogos debemos tener en cuenta las nuevas vías de información accesibles a nuestros pacientes y advertirles de los riesgos que se pueden derivar de una mala interpretación de aquellas. Creemos finalmente que el contenido de algunas páginas donde se promocionan y distribuyen productos como “wart and mole vanish” debería ser revisado por las autoridades pertinentes.