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Vol. 89. Núm. 10.
Páginas 543-546 (octubre 1998)
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Dermatitis facticia por escarabajos que contienen cantaridina
Factitious dermatitis produced by cantharidin containing beetles.
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Prudencio Ambrojo Antúnez, Pedro Pérez Cidoncha
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Actas Dermosifiliogr., 1998;89:543-546

CASOS CLÍNICOS


Dermatitis facticia por escarabajos que contienen cantaridina

PRUDENCIO AMBROJO ANTUNEZ*

PEDRO PÉREZ CIDONCHA**

*Servicio de Dermatología. **Servicio de Anatomía Patológica. Hospital Don Benito-Villanueva (Badajoz).

Correspondencia:

PRUDENCIO AMBROJO ANTÚNEZ. C/ Derechos Humanos, 10. 06400 Don Benito (Badajoz).

Aceptado el 24 de junio de 1998.


Resumen.--Dermatitis facticia o artefacta es la producida por el propio paciente, quien niega la responsabilidad en la producción del cuadro.

Se presenta el caso de una mujer de 66 años, afecta de una dermatitis facticia producida por las aplicaciones locales de un escarabajo, de la familia Meloidae, perteneciente a la especie Meloe proscarabeus. La paciente mostraba en la cara lesiones erosivas y úlceras poco profundas, cubiertas de costras amarillentas que curaban lentamente con cicatrices atróficas. Los sitios con lesiones recidivantes en cuero cabelludo producían una alopecia cicatrizal y en párpados un ectropión bilateral. La paciente rehusó un estudio psiquiátrico y continuó con la aplicación de los emplastos de escarabajo.

Los fluidos corporales de la familia Meloidae se caracterizan por contener cantaridina, una potente sustancia química con propiedades vesicantes. Aunque la cantaridina penetra en la epidermis y da lugar a vesículas intraepidérmicas, la sobreinfección bacteriana podría ser la responsable de las cicatrices atróficas. Se trata de un caso muy inusual de dermatitis artefacta del que no hemos encontrado ningún caso similar en la literatura.

Palabras clave: Facticia. Escarabajos. Cantaridina.


INTRODUCCIÓN

Se llama dermatitis facticia o artefacta a la producida por el propio paciente, aunque éste lo niegue, tanto si lo hace de forma consciente o inconsciente (1). La morfología es variada dependiendo del método empleado en su producción, aunque a menudo los bordes son angulados o geométricos con necrosis superficiales o lesiones lineales. El trastorno psiquiátrico puede ser de tipo psicótipo pero con más frecuencia es un trastorno de la personalidad.

Dentro de los coleopteros se encuentran escarabajos del género Meloidos, que se caracterizan por contener en su cuerpo cantaridina, sustancia irritante inductora de ampollas cuando contacta con la piel humana. Aunque estos escarabajos ni muerden ni pican, producen estas ampollas cuando son estrujados contra la piel.

Presentamos una paciente con un cuadro de una dermatitis artefacta producida por los tratamientos con emplastos que contenían el insecto Meloe proscarabeus, del género Meloidos, también conocidos como «aceiteros» o «curitas», que contienen cantaridina.

DESCRIPCIÓN DEL CASO

Mujer de 66 años de edad con el antecedente de intervención por un meningioma sincitial localizado en fosa media izquierda hacía dos años, con un embolismo pulmonar en el postoperatorio.

Consultó porque desde hacía 14 años le aparecían brotes de lesiones en cara y cuero cabelludo que, a veces, empeoraban con la exposición solar. Refería que como tratamiento se aplicaba emplastos de unos insectos sumergidos en alcohol que ella misma se fabricaba.

La exploración en el momento de su ingreso mostró en cuero cabelludo (Fig. 1), mejillas y mentón (Fig. 2), lesiones ulceradas cubiertas con costras de aspecto melicérico, junto a zonas cicatrizales que provocaban alopecia en cuero cabelludo y ectropión bilateral.

FIG. 1.--Lesiones ulceradas cubiertas de costras de aspecto melicérico en cuero cabelludo.

FIG. 2.--Lesiones costrosas en mejillas y mentón con secuelas cicatriciales que daban lugar a ectropion bilateral.

El estudio analítico mostró sólo una VSG de 43 mm de Hg y el resto de los parámetros eran normales incluyendo anticuerpos antinucleares y porfirinas en sangre y orina.

El estudio histológico de una biopsia en región frontal reveló una epidermis acantósica con paraqueratosis focal que contenía neutrófilos y en dermis un infiltrado difuso (Fig. 3) constituido por abundantes células plasmáticas, linfocitos pequeños y ocasionales histiocitos. Los haces de colágeno aparecían en algunas zonas engrosados y verticalizados.

FIG. 3.--Epidermis acantósica con infiltrado inflamatorio difuso en dermis.

La paciente fue tratada con Cloxacilina, vía sistémica, y fomentos tópicos con sulfato de cobre, epitelizando las lesiones ulceradas en pocos días y quedando únicamente las secuelas cicatrizales.

Ante la inespecificidad del estudio histólogico y de los datos analíticos, se volvieron a valorar los tratamientos que empleaba la paciente, llegándose a la conclusión que los insectos que empleaba para fabricar los emplastos eran de la especie Meloe proscarabeus, también conocidos como «aceiteros» o «curitas», de coloración negra y franjas transversales de color anaranjado en el abdomen (Fig. 4); pertenecen al género Meloidos, se caracterizan por contener cantaridina, sustancia que por sus propiedades vesicantes podría explicar el cuadro clínico.

FIG. 4.--Meloe proscarabeus, también conocido como «aceitero» o «curita», con las características franjas transversales de color anaranjado.

La paciente fue dada de alta y a los pocos meses volvió a presentar una recidiva de sus lesiones, refiriendo que de nuevo realizó sus tratamientos con los emplastos de insectos, y que «mientras nosotros la habíamos curado por fuera, éstos tenían la propiedad de sacar el pus que ella tenía dentro de su cabeza». Llamaba la atención que la paciente estaba satisfecha con sus lesiones y que no tenía una actitud hostil hacia nosotros. Desafortunadamente, los intentos para que realizaran un estudio psiquiátrico fracasaron, no colaborando en este sentido tampoco la familia. Lo único que se logró fue su estudio por el neurólogo, quien concluyó que la intervención del meningioma no explicaba las alteraciones del comportamiento de la paciente.

DISCUSIÓN

La dermatosis ampollosa en relación con escarabajos (orden Coleopteros) es producida por sustancias químicas vesicantes, presentes en los fluidos corporales de los escarabajos. Tres familias son responsables de este cuadro: Oedemeridae y Meoidae, cuya sustancia química responsable es la cantaridina, y el género Paedecus (familia Staphylinidae) cuyo agente vesicante es la pederina (2). El escarabajo ni pica ni muerde y la erupción es producida cuando el agente vesicante, presente en los fluidos corporales, es liberado al estrujar el escarabajo en la piel humana (3).

La cantaridina penetra en la epidermis rápidamente produciendo una irritación superficial violenta que da lugar a ampollas en pocas horas. Existe una pérdida de contacto de los queratinocitos a través de la irritación de los desmosomas (4); esta alteración de los desmosomas parece mediada por proteasas (2). Los hallazgos histopatológicos muestran vesículas intrapidérmicas, con queratinocitos necróticos, con un ligero infiltrado perivascular polimorfo, incluido las eosinófilos (2).

A pesar de esta acción intraepidérmica, en nuestro caso las lesiones eran seguidas de secuelas cicatrizales, bien porque las aplicaciones había sido realizadas durante años o bien porque parecía existir una cierta sobreinfección bacteriana de éstas.

El escarabajo de la familia Meloidae que utilizaba nuestra paciente es el Meloe proscarabeus, también conocido como «aceitero» o «curita». Algunos pacientes de esta zona nos habían referido que utilizaban dicho insecto para tratar verrugas vulgares y por tanto aprovecharían las propiedades de la cantaridina que contienen, que es un tratamiento bien establecido para tratar este tipo de procesos (5). Siendo, pues, un remedio popular en ello se basaría nuestra paciente para iniciar sus experimentos.

La dermatitis facticia se da con mayor frecuencia en mujeres (6, 7). Un porcentaje significativo de estas pacientes están en relación profesionalmente con la práctica de la medicina (6, 8). Nuestra paciente, aunque no tenía esta relación profesional, poseía una cierta vocación de «curandera». El trastorno psiquiátrico subyacente muestra un amplio espectro que va desde el trastorno de la personalidad (probablemente el más frecuente) hasta neurosis y psicosis (6). En estos pacientes se suele encontrar una personalidad «borderline» (9), término aplicado a enfermos con una organización de la personalidad intermedia entre neurosis y psicosis, que se caracteriza por hostilidad, dependencia, pobre control de impulsos con tendencia autodestructiva. En muchos casos la dermatitis facticia es sólo un incidente más en una larga historia de enfermedad psicogénica (7).

El pronóstico en líneas generales es malo, con persistencia de las lesiones durante períodos prolongados, si bien hay casos en los que el tratamiento psicoterápico ha sido satisfactorio (6, 10, 11). En nuestro caso fue infructuoso que la paciente aceptara el estudio psiquiátrico y tampoco hubo colaboración por parte de la familia, que intuían la naturaleza de su cuadro y la consideraba un caso perdido.

AGRADECIMIENTOS

Al profesor de biología, Juan Vicente Alfonso Sanz por su colaboración en la identificación del insecto y al doctor Diego de Argila Fernández-Durán por su colaboración en la obtención de las fotos del insecto.

Abstract.--Factitious dermatitis (dermatitis artefacta) is a selfinduced disease whose responsability for lesions is denied by the patient.

A 66 years old female, affected of a factitious dermatitis produced by local applications of a beetle, family Meloidae, specie Meloe proscarabeus, is reported. The patient showed erosions and shaw ulcers with yellowish crusts in the face healing slowly with atrophic scarring in sites of recurrent lesions. Scarred alopecia and eyelid bilateral ectropion were found. The patient refused to accept psychiatric referral and continued with the local applications of the beetles.

The body fluids of the Meloidae contained cantharidin, a potent vesicant chemical. Although the cantharidin penetrates in the epidermis producing intraepidermal vesicles, the bacterial infection would also determine the atrophic scarring. This is a very inusual case of artefacta dermatitis and we have not found a similar case in the literature.

Ambrojo Antúnez P, Pérez Cidoncha P. Factitious dermatitis produced by cantharidin containing beetles. Actas Dermosifiliogr 1998;89:543-546.

Key words: Factitious. Beetles. Cantharidin.


BIBLIOGRAFÍA

1. Koblenzr CS. Psychologic aspects of skin diseases. En Fitzpatrick TB, Eisen AZ, Wolff K, Freedberg IM, Austen KF, eds. Dermatology in General Medicine 4.ª ed: New York: McGraw Hill, Inc, 1993: p. 14-26.

2. Nicholls DSH, Christmas TI, Deborah EG. Oedemerid blister beetle dermatosis: a review. J Am Acad Dermatol 1990; 22:815-9.

3. Méndez E, Sáenz RE, Jhonson CM. Dermatitis ampollar causada por la especie Epicanta flagellaria. Rev Med Panamá 1989;14:139-44.

4. Stuettgen G. The pathophysiology of blistering. Dermatológica 1980;160/3:145-60.

5. Wilkinson DS. Formulario de aplicaciones tópicas. En: Rook A, Wilkinson DS, Ebling FJG, Champion RH, Burton JC eds. Tratado de Dermatología, 4.ª ed. Barcelona: Ediciones Doyma, 1989: p. 2829-37.

6. Fras I. Factitial disease: An update. Psychosomatics 1978; 19:119-22.

7. Sneddon I, Sneddon J. Self-inflicted injury: a follow-up study of 43 patients. Br Med J 1975;3:527-30.

8. Aduan RP, Fauci AS, Dale DC y cols. Factitious fever and self-induced infection. Ann Intern Med 1979;90:230-42.

9. Schaffer CB, Carroll J, Abramowitz SI. Self-mutilation and the borderline personality. Nerv Ment Dis 1982;170:468-73.

10. Cristóbal MC, Aguilar A, Urbina F y cols. Self inflicted tongue ulcer: an unusual form of factititous disorder. J Am Acad Dermatol 1987;17:339-41.

11. Koblenzr CS. Succesful treatment of a cronic and disabling dermatosis by psychotherapy. J Am Acad Dermatol 1986;15:390-3.


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De acuerdo con las normas aprobadas por la Asamblea General de la AEDV en su Reunión del 22 de mayo de 1998, en Santander, la Academia podrá conceder anualmente a sus miembros hasta un máximo de TREINTA CRÉDITOS, los cuales pueden obtenerse del siguiente modo:

DIEZ créditos mediante las respuestas a las preguntas de respuesta múltiple relativas al Artículo en Revisión que encabeza cada número de ACTAS DERMO-SIFILIOGRÁFICAS.

DIEZ créditos mediante la asistencia a las distintas sesiones del Congreso Nacional.

CUATRO créditos mediante la asistencia a las Reuniones de las Secciones Territoriales y Grupos de Trabajo de la Academia.

TRES créditos mediante la asistencia a Congresos Internacionales que tengan créditos reconocidos.

TRES créditos mediante la asistencia a otros Cursos, Reuniones y Congresos que hayan obtenido la acreditación de la AEDV.

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