La dermatitis de contacto alérgica (DCA) en la infancia ha sido considerada poco frecuente hasta hace unos años. Sin embargo, se ha convertido en un problema clínico significativo1,2. La dermatitis de los pies es un reto tanto diagnóstico como terapéutico, ya que hay una gran cantidad de diagnósticos diferenciales a tener en cuenta. En la población pediátrica las erupciones de los pies suelen ser autolimitadas, pero en ocasiones los síntomas persisten y son resistentes al tratamiento. En estos casos se debe considerar la posibilidad de una DCA3. Los alérgenos que con mayor frecuencia aparecen implicados en la DCA al calzado son las gomas, los adhesivos y los compuestos derivados del tratamiento de las pieles1.
Entre los años 2004 y 2008 se realizaron pruebas epicutáneas a 920 pacientes en la Unidad de Alergia Cutánea del Servicio de Dermatología del Hospital Clínico Universitario de Valencia. Del total de pacientes 57 (6,2%) eran niños de hasta 16 años, y dentro de este grupo 22 habían sido remitidos con lesiones en los pies sospechosas de DCA al calzado. Se realizó una historia clínica protocolizada en la que se recogieron las siguientes variables: edad, sexo, tipo de presentación clínica, localización de las lesiones y antecedentes personales de atopia.
Los 57 niños remitidos a la Unidad por sospecha clínica de DCA fueron explorados mediante la batería estándar del Grupo Español de Investigación en Dermatitis y Alergia Cutánea (GEIDAC). No se añadieron series de alérgenos especiales. En uno de los casos (paciente n° 3) se parchearon 2 fragmentos del calzado con el que la paciente relacionaba el inicio del cuadro. La lectura se efectuó según las recomendaciones del International Contact Dermatitis Research Group (ICDRG) y se aplicaron alérgenos homologados del sistema True Test™. Establecimos la relevancia clínica de las positividades en función de la historia clínica y del examen físico.
De los 22 niños remitidos con sospecha de DCA al calzado 18 eran niños (82%) y 4 eran niñas (18%). La edad media fue de 9,9 años (rango de 3 a 16 años). Las lesiones clínicas por las que fueron remitidos fueron diagnosticadas de eczema dishidrótico en 12 casos (54,5%), eczema agudo en 5 casos (22,7%), eczema crónico en 4 casos (18,2%) y pustulosis en un caso (4,5%).
Hubo reacciones positivas en 7 pacientes (31,8%), siendo todas ellas consideradas relevantes. En 6 de los pacientes hubo una reacción positiva para el dicromato potásico, en un paciente hubo una reacción positiva para la colofonia, en otro para el cloruro de cobalto y en otro para la mezcla mercapto. En la tabla 1 se recogen los datos relativos a los 7 pacientes en los que se hallaron resultados positivos.
Resumen de los casos
Caso | Sexo | Edad | Presentación clínica | Localización de las lesiones | Antecedentes de atopia | Resultados |
1 | M | 5 | E. dishidrótico | Lateral y dorso de los dedos de los pies | Sí | Dicromato potásico +++ |
2 | F | 11 | E. agudo | Dorso de los pies | No | Dicromato potásico +++ |
3 | F | 15 | E. dishidrótico | Dorso de los dedos de los pies | Sí | Colofonia ++ |
4 | M | 7 | E. dishidrótico | Cara plantar de los dedos de los pies | No | Dicromato potásico ++ |
5 | M | 4 | Pustulosis | Plantas y dorso de los pies | Sí | Dicromato potásico +++ |
6 | F | 7 | E. dishidrótico | Dorso de los pies | Sí | Dicromato potásico +++ |
Cloruro de cobalto ++ | ||||||
7 | M | 3 | E. agudo | Dorso de los pies y talones | Sí | Dicromato potásico + |
Mezcla mercapto ++ |
Encontramos resultados positivos en 7 de los 22 pacientes que acudieron por sospecha de DCA al calzado (32%). El alérgeno positivo más frecuente en nuestra serie es el dicromato potásico, dato que coincide con las series publicadas respecto a la DCA al calzado en adultos4,5.
En cuanto a la localización de las lesiones y su correlación con los alérgenos positivos hallados, los datos obtenidos coinciden con lo publicado hasta la fecha: implicación del dicromato potásico, cloruro de cobalto y colofonia en la afectación del dorso y la cara lateral de los pies, y de las gomas en la afectación de los talones6. En el caso del paciente n° 3, con resultado positivo para colofonia, se parchearon en un segundo tiempo varios fragmentos del calzado con el que la paciente relacionaba el inicio del cuadro (se trataba de un calzado deportivo para realizar taekwondo, que empleaba sin calcetín). El resultado fue negativo. En concreto, la colofonia se relaciona con afectación cutánea localizada en los talones y las puntas, ya que es empleada en la industria del calzado como adhesivo para refuerzos en estas localizaciones. No hemos podido demostrar la relevancia actual de la colofonia en nuestro caso, ya que al parchear los fragmentos del calzado el resultado fue negativo, pero dado que es un alérgeno que suele estar implicado en la DCA al calzado, se le dio información a la paciente como si se tratara de un resultado relevante.
La principal diferencia encontrada en la literatura revisada es que, en las series de niños, los alérgenos más frecuentes implicados en la DCA al calzado son las gomas, seguidos de adhesivos y compuestos derivados del tratamiento de las pieles1,2, mientras que en nuestra serie el dicromato potásico es sin duda el alérgeno más frecuente. Esta diferencia podría deberse a múltiples factores, como la legislación referente al empleo del cromo en el encurtido de las pieles, factores culturales (empleo de sandalias sin protección desde edad temprana, etc.). Mantuvimos el seguimiento de los pacientes durante un mínimo de 3 años para evaluar el impacto de las medidas propuestas tras el resultado de las pruebas. En dos casos se perdió el seguimiento (pacientes 2 y 7). El resto de los pacientes no volvió a presentar lesiones tras dar información. De los 7 pacientes con resultados positivos 5 tenían antecedentes de dermatitis atópica (DA). Algunos autores mantienen que la DCA es menos frecuente en estos pacientes, otros no hallan diferencia y otros mantienen que es más frecuente7. En cualquier caso, ante una dermatitis que afecte a los pies en un paciente pediátrico, diagnosticado o no de DA, en la que a pesar de un tratamiento correcto no haya mejoría de las lesiones, creemos que la realización de unas pruebas epicutáneas podría ser un elemento diagnóstico de ayuda a tener en cuenta.