Durante los últimos tres años se han venido publicando algunos casos de dermatitis alérgica de contacto (DAC) por dimetilfumarato (DMF), sobre todo en relación con el uso de sofás y calzado importados de China. En estos casos parece ser que el DMF era usado como antifúngico1 y venía en bolsitas antihumedad dentro del calzado o el interior de los sofás.
Presentamos el caso de una mujer de 41 años de edad sin antecedentes personales de alergia o enfermedad de interés, que tras comenzar a utilizar un calzado nuevo (en concreto unas botas) presentó a las 48h un cuadro de prurito intenso y posterior desarrollo rápido de lesiones eritemato-edematosas con tendencia a la vesiculación que comprometían la parte distal de ambos pies, afectando al dorso de todos los dedos, el empeine y las caras laterales, además de lesiones similares algo menos edematosas en la cara interna de los tobillos y las caras anterior e inferior de ambas piernas (fig. 1). Tras tratamiento con Peitel® pomada y Ebastel® comprimidos y el cese de la utilización posterior de estas botas, el cuadro desapareció en aproximadamente dos semanas.
La paciente manifiestó que dentro de las botas se encontraban pequeñas bolsas que le informaron que se utilizaban para la conservación de las botas en el proceso que media entre su fabricación y posterior traslado al continente europeo. La paciente envió una de las botas a la Consejería de Industria y Comercio (Servicio de Consumo) para su análisis, confirmándose la presencia de componentes orgánicos volátiles como benceno, tolueno y DMF.
Se realizaron pruebas epicutáneas con la batería estándar del Grupo Español de Investigación en Dermatitis y Alergia Cutánea (GEIDAC) (29 alérgenos) y con la batería de calzado (Chemotechnique Diagnostics®, Malmoe, Sweden) (28 alérgenos) con resultado negativo. Posteriormente se realizó una prueba epicutánea con DMF al 0,01% en vaselina (Marti Tor®, Barcelona, España) que presentó una clara positividad (++) a las 48 y 96h (fig. 2). Por último se realizaron controles con DMF al 0,01% en vaselina en 15 pacientes sanos con resultados negativos.
Durante los años 2007 y 2008 se publicaron algunos casos en el Norte de Europa provocados por la utilización de sofás importados de China2–4, demostrándose la implicación de DMF5, y también recientemente en relación con el calzado6,7.
El DMF es un éster del ácido fumárico que se ha usado para el tratamiento por vía oral de la psoriasis, con capacidad irritante y que también puede provocar urticaria de contacto no inmunológica, siendo clasificado como sensibilizante moderado de contacto en modelos animales8. En ensayos recientes por vía tópica los ésteres del ácido fumárico han sido considerados como una potencial causa de irritación y sensibilización9.
En este caso descrito concluimos que las lesiones producidas responden a una etiología alérgica y no irritante, ya que sólo la paciente presentó positividad en las pruebas de contacto realizadas con DMF, mientras que los controles fueron negativos, descartándose a la vez otros alérgenos más comunes al utilizar en el estudio la batería estándar y la de calzado con resultado negativo. Aunque algunos autores proponen diluciones de hasta el 0,001%, nosotros consideramos, en función de nuestros hallazgos y los de otros autores, que la utilización de DMF al 0,01% en vaselina es adecuada para el estudio en estos casos, siempre que se realicen suficientes controles en sujetos sanos. También debería considerarse la posibilidad de introducir este alérgeno en el estudio habitual de las dermatitis alérgicas de contacto en relación con el uso de calzado.