La incidencia de cáncer de piel aumenta en todo el mundo a un ritmo de un 3-8% anual desde 19601. Coincidiendo con dicha tendencia, en España la incidencia de cáncer de piel se ha triplicado durante el periodo 1978-20072. La exposición excesiva a las radiaciones ultravioleta, ya sea procedente del sol o de fuentes artificiales, es la principal causa evitable de cáncer de piel3 y la infancia es una etapa crítica de riesgo: uno o más episodios de quemaduras solares en la infancia duplican el riesgo de melanoma en etapas posteriores de la vida4.

La educación en hábitos saludables de fotoprotección es la mejor estrategia de prevención del cáncer de piel5. Programas educativos como SunSmart School en Australia6, SunWise en EE. UU.7 o SolSano en España8 han logrado mejorar los conocimientos, las actitudes y prácticas de fotoprotección de los escolares, así como reducir las quemaduras solares en la población diana. Además, han demostrado ser las más coste-eficientes. El programa SunWise de la Agencia de Protección Medioambiental de EE. UU. ha estimado que, por cada dólar invertido, se obtendrá un retorno de 2 a 4 dólares de ahorro en costes sanitarios y productividad perdida7.

La Organización Mundial de la Salud anima a los gobiernos a desarrollar políticas de fotoprotección (relativas al currículum, sombras, horarios de actividades al aire libre, uniforme escolar, uso de gorras, gafas de sol y cremas fotoprotectoras) para llevar a cabo en actividades en el exterior cuando el índice ultravioleta (UVI) sea igual o mayor a 3. Asimismo, recomienda crear sistemas de evaluación con un reconocimiento público de aquellos centros con medidas adecuadas, para motivar a los centros escolares a promover la fotoprotección9. La certificación en fotoprotección se ha iniciado en el ámbito escolar en países como Australia, Nueva Zelanda, EE. UU. y Alemania con muy buena acogida y excelentes resultados en escuelas de educación infantil y primaria10-12.

En el presente artículo, describimos el proceso de creación del distintivo Soludable, un modelo de certificación en fotoprotección desarrollado en Andalucía, como iniciativa de la campaña de fotoprotección «Disfruta del sol sin dejarte la piel»13, que tiene como objetivo impulsar políticas y prácticas saludables de fotoprotección en los centros escolares con implicación de toda la comunidad educativa.

Para la elaboración del distintivo se empleó metodología de consenso basada en panel de expertos, con el método Delphi14. Antes de iniciar el trabajo, se delimitó el contexto y el horizonte temporoespacial del proyecto, con el asesoramiento de los responsables de los servicios de Promoción de la Salud (Consejería de Salud), Planes y Programas Educativos (Consejerías de Educación) y el Observatorio de Seguridad del Paciente de la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía (Consejería de Salud), de la Junta de Andalucía. A continuación, se seleccionó el panel de expertos multidisciplinar y se obtuvo su compromiso de colaboración en el proyecto. Este panel estaba integrado por 17 profesionales sanitarios con experiencia en prevención primaria del cáncer de piel y desarrollo de intervenciones en fotoeducación; 4 profesionales de la educación con experiencia como asesores de profesorado e implementación de programas fotoeducativos y una voluntaria de la Asociación Española Contra el Cáncer.

En una primera fase, un grupo coordinador realizó una búsqueda bibliográfica, con el objetivo de reunir las mejores recomendaciones y experiencias en fotoprotección escolar del ámbito nacional e internacional. Por la calidad de los documentos y los resultados demostrados tras más de 20 años de experiencia en el sector, se seleccionaron las políticas de fotoprotección del programa SunSmart School15,16 como referencia para elaborar una propuesta preliminar de recomendaciones del distintivo. El trabajo de consenso se desarrolló durante los meses de enero a junio de 2015, en fases secuenciales en las que se alternaron reuniones presenciales y trabajo online (empleando metodología Delphi en 2rondas).

En una primera reunión presencial, se presentó la propuesta y los objetivos de trabajo al panel de expertos, con el fin de valorar si estaban todas las recomendaciones que deberían contemplarse, si estaban bien formuladas (lenguaje claro y conciso), si involucraban a todos los actores clave, y si eran susceptibles de medición y evaluación. Las recomendaciones deberían definir hechos o acciones objetivas que permitieran distinguir aquellos centros escolares que promueven activamente la fotoprotección de los que no lo hacen. Junto a las recomendaciones, deberían describirse explícitamente sus propósitos. A tal fin se organizaron 4grupos de trabajo, con un coordinador y un portavoz. En cada grupo se trabajaron una serie de recomendaciones que posteriormente se expusieron al resto de los grupos en una sesión plenaria. Dos coordinadores tomaron notas de todas las observaciones y elaboraron un informe final con las conclusiones.

En una segunda reunión presencial, el panel de expertos definió criterios de evaluación para cada una de las recomendaciones seleccionadas. Siguiendo la misma dinámica de la reunión previa, se organizaron 4grupos, con un coordinador y un portavoz. En cada grupo se trabajó un conjunto de recomendaciones, para las cuales debían enunciar al menos un criterio de evaluación objetivo y medible. Posteriormente, todos los panelistas discutieron la totalidad de los criterios de evaluación y el grado de dificultad de las recomendaciones; se finalizó con la propuesta de nombre para el distintivo.

Para llevar a cabo la fase online, se construyó una encuesta a través de Surveymonkey con la finalidad de priorizar las recomendaciones, establecer niveles y seleccionar el nombre del futuro distintivo. Las recomendaciones se puntuaron con base en la importancia y factibilidad con una escala Likert de 5 puntos (nada —importante o factible—, muy poco, algunas veces, la mayoría de las veces y siempre). Además, se valoró el nivel de dificultad de cada recomendación, se identificaron como nivel I las básicas y como nivel II las avanzadas. Finalmente, se aprovechó la encuesta para elegir el nombre del distintivo, de entre los propuestos en la segunda reunión presencial. Los panelistas tuvieron 10días para completar dicha encuesta.

En la tabla 1 se muestran las 25 recomendaciones enunciadas de forma preliminar por el grupo coordinador, agrupadas en 7 dimensiones: 1) liderazgo organizativo (7 recomendaciones); 2) comunicación efectiva (2 recomendaciones); 3) elementos estructurales (3 recomendaciones); 4) formación de profesionales (3 recomendaciones); 5) currículum de alumnos (2 recomendaciones); 6) modelos de conducta (2 recomendaciones) y 7) hábitos de protección (6 recomendaciones).

En la tabla 2 se muestran las 14 recomendaciones seleccionadas y reformuladas por el panel de expertos tras la primera reunión presencial, junto a los propósitos y criterios de evaluación definidos en la segunda reunión presencial y agrupadas en 7 dimensiones: 1) liderazgo organizativo (5 recomendaciones); 2) comunicación efectiva (2 recomendaciones); 3) elementos estructurales (2 recomendaciones); 4) formación de profesionales (una recomendación); 5) currículum alumnos (una recomendación); 6) modelos de conducta (2 recomendaciones) y 7) hábitos de protección (una recomendación).

En la tabla 3 se muestran los resultados de la primera ronda del Delphi, en la que participaron 19 de los 22 panelistas. Todas las recomendaciones alcanzaron el nivel de acuerdo establecido, con puntuaciones medianas para la valoración de la importancia y la factibilidad iguales o superiores a 3, e iguales o superiores a 7 para la mediana combinada de ambos aspectos. Además, en 4de las recomendaciones la puntuación de la mediana combinada fue máxima (10 puntos de mediana: 1.1, 1.2, 2.1, y 2.2).

En la tabla 4 se muestran los resultados de la segunda ronda del Delphi en la que participaron 17 de los 22 panelistas. Todas las recomendaciones alcanzaron el nivel de acuerdo establecido, con un porcentaje de coincidencia superior al 50%. De las 14 recomendaciones, 7 fueron catalogadas como básicas o de nivel I (1.1, 1.2, 1.5, 2.1, 2.2, 5.1, 6.1) y las 7 restantes como avanzadas o de nivel II (1.3, 1.4, 3.1, 3.2, 4.1, 6.2, 7.1).

Finalmente, de entre las 5propuestas de nombre para el distintivo, la que obtuvo mayor respaldo fue la de Soludable.

El distintivo Soludable es el primer reconocimiento de fotoprotección escolar que se desarrolla en nuestro país. Se trata de un modelo de certificación que identifica aquellos centros educativos que promueven activamente políticas y prácticas de protección solar e involucran a toda la comunidad educativa.

Ha sido elaborado por un grupo multidisciplinar de expertos en el que han participado profesionales de la salud y la educación del panorama nacional, en coordinación con el servicio de Promoción de la Salud de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, el Departamento de Planes y Programas Educativos de la Consejería de Educación y el Observatorio de Seguridad de Pacientes de la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía.

Además, ha sido avalado por la Academia Española de Dermatología y Venereología.

La estructura del modelo se ajusta a la línea de distintivos de calidad desarrollados por la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía17. Las recomendaciones contenidas en el modelo están inspiradas en las políticas SunSmart School de Australia15,16, son coherentes con los planes y programas educativos de hábitos de vida saludable de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía18 y también con las directrices europeas de promoción de salud centrada en crear entornos que faciliten estilos de vida más sanos «Ciudades saludables del siglo XXI» y «Escuelas promotoras de salud»19,20.

El modelo de certificación SunSmart School se puso en marcha en Australia en 199321, y en los 10 últimos años se ha extendido ampliamente. Más del 90% de los colegios de educación primaria australianos están adscritos al programa SunSmart School22,23 y los colegios adscritos al programa han demostrado unas mejores prácticas en fotoprotección del alumnado24,25. Nueva Zelanda adoptó el programa SunSmart School en 2005 y ha conseguido una mejora significativa de las políticas y prácticas de fotoprotección en el periodo de 2005 a 2009 en escuelas de primaria26,27. Además, la introducción de educación en materia de fotoprotección en las escuelas no solo se relaciona con unas mejores prácticas dentro del centro, sino también parece mejorar los hábitos de fotoprotección en ambientes fuera del entorno escolar28,29.

En diversos estudios llevados a cabo en la población infantil y juvenil en Andalucía se han registrado tasas elevadas de quemadura solar (entre 54 y 74%)30-32. En esta misma población de riesgo, además, se ha demostrado una mejora de los conocimientos y prácticas de fotoprotección en los adolescentes tras una intervención educativa vía Internet33. La introducción de este distintivo —que pretende promover buenas prácticas de protección solar en el entorno escolar— mejorará esta situación de riesgo en los próximo años, en la medida en la que los centros educativos se vayan adhiriendo a la estrategia del distintivo Soludable.

La puesta en marcha de estas medidas puede ser dificultosa, ya que precisa que se involucren profesionales de la educación, directores de los centros y organizaciones gubernamentales, en caso de precisar cambios estructurales. Para facilitar a los centros la obtención del distintivo, hemos elaborado un manual de certificación y una herramienta de autoevaluación en la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía con una fácil navegación online para cada una de las dimensiones. Esto permitiría a los centros identificar su posición dentro del distintivo, determinar a dónde quieren llegar y planificar las actuaciones para conseguirlo, con un espacio de consenso y de mejora compartida. Esto se complementaría con el carácter progresivo del distintivo, ya que se entiende como un proceso dinámico, continuo y evolutivo, que reflejaría el potencial de desarrollo para crecer en calidad.

Actualmente desconocemos las medidas de fotoprotección que se utilizan en los centros españoles. Por ello necesitamos nuevos estudios para conocer la prevalencia actual de prácticas y políticas de fotoprotección en los centros. La presentación de este distintivo en los centros educativos permitiría evaluar el número de centros escolares interesados en solicitar el modelo de certificación, así como el impacto de este dentro del propio centro; también permitirá valorar las principales barreras y oportunidades para su implementación y evaluar los cambios efectuados en los años posteriores.

En conclusión, hemos presentado un modelo de certificación escolar que permite identificar los centros educativos que promueven activamente la fotoprotección, a través de la puesta en marcha de un conjunto de medidas o buenas prácticas que son objetivas y evaluables. Se trata del primer distintivo de fotoprotección escolar que se desarrolla en nuestro país. Es esperable que, en los próximos años, la adherencia de los colegios e institutos a esta estrategia contribuya a reducir la incidencia de quemaduras solares de los escolares, aunque precisaremos de estudios a largo plazo para conocer la aceptación y el impacto en salud y económico de esta iniciativa sin precedentes en España.

Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, convocatoria proyectos de investigación en área de salud pública, PS-O295-16.

Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.