Llama la atención el diagnóstico de lepra tuberculosa, cuando por la clínica se trata de una lepromatosa, pero debemos recordar que en esos años sólo se conocían los trabajos recientes de Hansen, que insinúa la existencia del bacilo en 1871 (Archivos de Dermatología y Siftliografía de Berlín) y confirma en la misma revista en 1873, trabajos que tuvieron mucha controversia hasta su confirmación en la Conferencia de Lepra de Berlín en 1896.
En el tratamiento vemos la preocupación por los nuevos tratamientos y trabajos que se estaban realizando para la «curación» de la lepra. Ellos utilizan el salol que es el fenil salicilato introducido unos años antes (1886) por M. Nencki como antiséptico y antibacteriano.