Las queratosis actínicas (QA) se consideran actualmente una neoplasia cutánea intraepidérmica que aparece en el contexto de un daño actínico crónico denominado campo de cancerización. La tendencia de los nuevos tratamientos radica en abarcar no solamente las lesiones clínicamente visibles, sino también aquellas portadoras de cambios displásicos subclínicos. Por ello, fármacos clásicos como imiquimod vuelven a ganar relevancia tanto por su formulación a diferentes concentraciones1, como por la búsqueda de una pauta óptima que nos permita adecuar lo más posible la reacción inflamatoria obtenida con la respuesta clínica.
En este artículo, Serra-Guillén et al.2 sondean una nueva pauta terapéutica de imiquimod 5% crema para el tratamiento de las QA. Los autores proponen una pauta concentrada en la que aplican de forma diaria el fármaco durante 12 días seguidos, buscando una mejor respuesta terapéutica y una menor duración de las respuestas cutáneas locales. Los datos obtenidos muestran una eficacia ligeramente superior a la pauta recogida en la ficha técnica, aunque a expensas de una peor tolerancia. Además, la correlación lineal observada entre la gravedad de las reacciones locales desarrolladas y el grado de respuesta clínica nos ayuda a predecir la respuesta a imiquimod, que en ocasiones puede llegar a ser bastante errática en función del paciente. Con este interesante artículo, los compañeros del Instituto Valenciano de Oncología refuerzan con datos de calidad la tendencia observada en la práctica clínica habitual y la filosofía de «no pain, no gain» que intentamos transmitir a nuestros pacientes para una correcta comprensión del mecanismo de acción del fármaco que implemente la adherencia terapéutica y, por tanto, el éxito del mismo.