Sr. Director:
Hemos leído con interés el artículo de Vergara et al1 publicado recientemente en su revista. En su carta presentan el caso de un varón de 74 años con angiomas capilares lobulillares diseminados de aparición a lo largo de 4 a 5 años. Los autores atribuyen como «posible desencadenante de las lesiones angiomatosas la múltiple patología sistémica crónica que presentaba el paciente». Quisiéramos resaltar un hecho que ha llamado nuestra atención. Al referir los antecedentes personales del caso se menciona que el paciente estaba siendo tratado, entre otros fármacos, con eritropoyetina (Epo), sin precisarse la duración de dicho tratamiento ni la dosis del mismo.
Epo es la principal hormona en la regulación, proliferación, diferenciación y supervivencia de las células de estirpe eritroide. Estudios recientes han demostrado que varias citocinas e interleucinas consideradas previamente como específicas del sistema hematopoyético, como el factor estimulante de colonias de granulocitos (FSCG), son también capaces de afectar a ciertas funciones de las células endoteliales. Existen datos que apoyan que los factores estimuladores de la hematopoyesis también tienen la capacidad de inducir una respuesta angiogénica en las células endoteliales, sugiriendo que el crecimiento y la supervivencia endoteliales pueden contribuir al mantenimiento del microambiente de la médula ósea y la hematopoyesis. Con respecto a la Epo, se ha demostrado su capacidad para interaccionar directamente con las células endoteliales e inducir una respuesta angiogénica tanto in vitro como in vivo y actuar, por tanto, directamente como un factor angiogénico2. En el adulto la capacidad de proliferación de las células endoteliales es muy baja comparativamente con otras líneas celulares2, esto podría explicar el porqué a pesar de la amplia utilización de Epo en adultos no ha sido descrita la inducción de hemangiomas en relación con este fármaco3. Recientemente se ha publicado la posible relación entre el uso de Epo recombinante humana en niños pretérmino y la aparición de angiomas en fresa, tanto únicos 4 como múltiples3. En ambos trabajos se plantea una probable relación causal basándose tanto en la correlación temporal existente entre el inicio del tratamiento y la aparición de las lesiones cutáneas, como en el conocido efecto proliferativo de Epo sobre las células endoteliales y su capacidad para inducir la angiogénesis. Los autores consideran que Epo podría ser un potente factor angiogénico in vivo, capaz de causar el desarrollo de hemangiomas en neonatos pretérmino3,4. Por otra parte, en el año 2003 Lenczowski et al5 describieron la aparición progresiva a lo largo de 5 años de angiomas capilares lobulillares múltiples localizados en el tronco y la raíz de los miembros superiores de un varón de 25 años inmunodeprimido en tratamiento con FSCG. Los autores atribuyeron la aparición de las lesiones cutáneas al fármaco, basándose en la aparición progresiva de nuevas lesiones tras la utilización del FSCG y en su efecto conocido como estimulador de la proliferación endotelial en un modelo angiogénico in vivo2,5.
En el caso presentado por Vergara et al1, nos parecería interesante conocer si el inicio del tratamiento con Epo es previo a la aparición de los hemangiomas y, en el caso de que así fuese, consideramos razonable plantear una hipotética relación causal entre Epo y las lesiones cutáneas, basándonos en la multiplicidad y la aparición progresiva de las mismas, los casos similares inducidos por fármacos capaces de estimular la proliferación endotelial publicados recientemente5 y los efectos pro-angiogénicos conocidos de Epo2-4.