INTRODUCCION
Desde 1978, y a lo largo de la década de los años 1980, se describieron unos rasgos clinicopatológicos de un síndrome hereditario familiar, caracterizado por la presencia de nevos melanocíticos múltiples asociados a la aparición de melanomas malignos, de los que en ocasiones dichos nevos eran precursores. Inicialmente recibió los nombres de síndrome de B-K y de síndrome del nevo displásico1-4. Posteriormente se documentaron lesiones esporádicas similares5-6. Se admitió entonces que estos nevos displásicos podían ser esporádicos y que afectaban al 5-20 % de la población general7. Aunque el criterio diagnóstico de nevo displásico fuera en principio fundamentalmente clínico, pronto se sumaron caracterizaciones histológicas, tanto de tipo arquitectural como basadas en la atipia celular8-18. A pesar de ello, los criterios histológicos siguen siendo controvertidos19-23 y no son suficientemente reproducibles. El concepto de atipia nuclear/celular, que es la base de este diagnóstico, está en buena parte sujeto a criterios personales y por sí mismo no es suficiente para el diagnóstico. Estudios de Pozo et al24 han tratado de objetivar estos criterios histológicos, cuantificándolos en grados.
El presente estudio es un intento de profundizar en el mejor conocimiento del nevo displásico, midiendo mediante técnicas de morfometría y citometría estática el área nuclear, el factor de forma nuclear y la ploidía, comparativamente en un grupo de lesiones melanocíticas no atípicas frente a un grupo de nevos displásicos, diagnosticados histológicamente. El objetivo es la búsqueda de posibles diferencias morfométricas o citométricas entre los nevos displásicos y los nevos melanocíticos comunes. Tratamos, mediante una técnica de análisis de imagen, de medir de una manera objetiva (cuantitativa) las atipias citológicas que observamos de una manera subjetiva (cualitativa) en el estudio histológico del nevo displásico. La existencia de células aneuploides favorecería posiblemente el criterio de lesión precancerosa, dado que la inestabilidad génica es uno de los factores fundamentales asociados a la transformación maligna25.
MATERIAL Y MÉTODOS
Nuestro estudio incluyó 52 casos de lesiones melanocíticas: 28 nevos convencionales (8 nevos de unión, 10 nevos compuestos y 10 nevos intradérmicos), 21 nevos displásicos y 3 melanomas como control. Estas lesiones se diagnosticaron íntegramente en el Departamento de Anatomía Patológica del Hospital Clínico Universitario de Valencia (HCUV) en el año 1999, procedentes del Servicio de Dermatología del mismo hospital. Los casos se seleccionaron retrospectivamente desde el diagnóstico histológico de manera consecutiva y aleatoria, exceptuando los casos de nevo displásico que se seleccionaron en función de la historia clínica y la histología.
Los nevos displásicos se clasificaron en dos grupos. Se denominaron familiares y/o múltiples cuando presentaban clínicamente más de 50 lesiones melanocíticas con diagnóstico histológico de al menos dos nevos. De los 11 casos incluidos en este grupo, siete presentaban además historia familiar de nevos displásicos o melanomas. Por otro lado, los 10 casos restantes fueron denominados esporádicos.
En la selección histológica de nevo displásico se utilizaron todos los siguientes criterios:
1.Presencia de nidos de unión, de forma y tamaño variables, con ejes mayores paralelos a la superficie y tendencia a la formación de «puentes» entre crestas epidérmicas adyacentes.
2.Nevos compuestos en los que el componente melanocítico epidérmico se extiende lateralmente en mayor medida que el intradérmico, hallándose este último confinado a la dermis papilar.
3.Presencia de atipia nuclear (núcleos grandes, irregulares e hipercromáticos) en algunos melanocitos dispersos, en los nidos del componente de unión.
4.En caso de encontrarse melanocitos solitarios atípicos, éstos deben estar localizados en los estratos basales epidérmicos.
5.Existencia de fibroplasia laminar concéntrica en la dermis papilar.
6.Presencia de infiltrado linfocitario superficial independientemente de su intensidad y aumento de la vascularización de la dermis papilar.
Los estudios se llevaron a cabo sobre material fijado en formol tamponado al 10 % e incluidos posteriormente en parafina. Cada bloque se acompañó de dos cortes histológicos de 3 mm de espesor, teñidos con la técnica convencional de hematoxilina-eosina (HE) (fig. 1).
Fig. 1.--Presencia de nidos de unión, con ejes paralelos a la superficie y formación de puentes entre crestas epidérmicas. Existencia de melanocitos aislados con núcleos más grandes, irregulares y con nucleolo prominente. (Hematoxilina-eosina, x400.)
Análisis de imagen: morfometría y contenido de ADN
Los estudios cuantitativos (morfométricos y citométricos) se llevaron a cabo mediante el sistema de análisis de imagen CUE-2 (Olympus, Tokyo, Japan). El sistema se compone de un ordenador, un procesador digital de imágenes, una cámara CCD y un monitor de vídeo que se adapta a un microscopio Olympus modelo BH-2 con un filtro de interferencia de 436 nm para mejorar el contraste. Se realizó el estudio con la tinción de Feulgen. En cada caso se determinó la media del área nuclear, el factor de forma y el contenido de ADN con la medición de al menos 150 núcleos. Como control interno de referencia se midieron 25 linfocitos de cada lesión. El área nuclear hace referencia al área comprendida por el trazo que delimita la estructura nuclear. El factor de forma determina la aproximación de la forma del núcleo a las estructuras circulares o elipsoidales, siendo el valor máximo igual a 1 para círculos o elipses y menor de 1 para otro tipo de estructuras. La evaluación del contenido de ADN en los histogramas se valoró según los criterios definidos por Böcking et al26, recogidos en la reunión de métodos en patología cuantitativa. El pico máximo se valoró como diploide cuando presentaba un índice de ADN menor de 1,1 y tetraploide si estaba entre 1,9 y 2,1. Otros picos máximos representativos se clasificaron como aneuploides.
Métodos estadísticos
El análisis estadístico se realizó utilizando el programa SPSS/PC (VP10). Para comparar varios grupos de datos cuantitativos se empleó el test no paramétrico de Kurskall-Wallis (KWχ2) ANOVA. Se consideraron estadísticamente significativas las diferencias con un valor de p < 0,05.
RESULTADOS
Estudio descriptivo de casos
Se examinaron un total de 9.300 núcleos correspondientes a un total de 52 casos. Los 8 casos de nevos de unión evaluados pertenecían a 8 pacientes diferentes. La media de su área nuclear fue de 26,08 μm2 (tabla 1), si bien se obtuvieron valores extremos entre 17,8 y 24 μm2. La media del factor de forma nuclear fue de 0,62 (tabla 1) y también presentó variaciones entre 0,54 y 0,74, coincidiendo con las variaciones del área antes señaladas. Todos presentaron un carácter homogéneo con un contenido de ADN diploide.
Los 10 casos de nevos compuestos pertenecían a 10 pacientes. La media del área nuclear fue de 28,79 μm2 y la media del factor de forma de 0,64. En el 100 % de los casos se presentó un índice de ADN diploide (tabla 1).
Los 10 nevos intradérmicos correspondían a 8 pacientes. La media del área nuclear fue de 30,63 μm2 y la media del factor de forma de 0,7. Ocho casos presentaron un índice de ADN diploide y 2 casos un índice aneuploide (tabla 1). Ambos casos pertenecían a diferentes pacientes. En los 2 casos aneuploides se revisó la histología confirmándose el carácter típico del nevo intradérmico.
La media del área nuclear de todos los nevos displásicos fue de 29,36 μm2 y la media del factor de forma de 0,57 (tabla 1). La media del área nuclear de los nevos displásicos múltiples y/o familiares fue de 29,18 μm2 y la media del factor de forma de 0,57 (tabla 2). Los 10 nevos esporádicos presentaron una media del área nuclear de 29,56 μm2 y una media del factor de forma de 0,57 (tabla 2). Por otro lado, de los 21 casos de nevos displásicos, 19 fueron diploides y 2 casos presentaron un índice de ADN aneuploide. Sin embargo, paradójicamente, ambos casos pertenecían al grupo de los nevos displásicos esporádicos (tabla 2).
Como control interno del estudio se midieron 3 melanomas, 2 casos con un Breslow inferior a 0,75 mm y uno superior a 0,75 mm (1,4 mm). Los tres melanomas presentaron un índice de ADN aneuploide (un tetraploide y dos aneuploides). La media del área nuclear fue de 48,56 μm2 y la media del factor de forma de 0,48 μm2 (tabla 1).
Estudio comparativo de los casos
Área nuclear
Encontramos un ligero aumento en la media del área nuclear de los nevos displásicos (29,36 μm2) con respecto a los nevos de unión (26,08 μm2) y a los nevos compuestos (28,79 μm2) (tabla 1), pero esta diferencia no fue estadísticamente significativa (fig. 2). No encontramos diferencias en el área nuclear entre los nevos displásicos esporádicos y los familiares o múltiples (tabla 2). Sin embargo, sí que existen diferencias notables al comparar la media del área nuclear de los nevos de unión con la de los nevos displásicos de unión (tabla 3), pero el número reducido de casos hace que el estudio no sea significativo.
Fig. 2.--Media del área nuclear de las lesiones melanocíticas estudiadas.
Factor de forma
Al valorar la media del factor de forma nuclear se aprecia una tendencia constante en las lesiones melanocíticas benignas: el nevo de unión presenta un factor de forma nuclear más irregular (0,62) que el nevo compuesto (0,64) y el nevo intradérmico es el más regular (0,7) (tabla 1). Los nevos displásicos presentan un núcleo más irregular (0,57) que el resto de las lesiones melanocíticas benignas. Por tanto, la forma del núcleo es discriminante para diferenciar el nevo displásico del resto de lesiones melanocíticas benignas, con significación estadística (p < 0,007) (fig. 3). Estas diferencias son mayores al comparar el nevos de unión con los nevos displásicos de unión (tabla 3), pero es necesario para un mayor número de casos confirmar este hecho. No hemos encontrado diferencias en la forma nuclear entre los nevos displásicos esporádicos y los familiares y/o múltiples (tabla 2).
Fig. 3.--Media del factor de forma nuclear de las lesiones melanocíticas estudiadas. Los nevos displásicos presentan un núcleo más irregular, con significación estadística (p < 0,05).
Ploidía
Todas las lesiones melanocíticas fueron diploides, exceptuando dos nevos intradérmicos, dos displásicos y los tres melanomas (tabla 1). La revisión histológica de los 2 casos de nevos intradérmicos aneuploides mostró multinucleación en la zona superior de la dermis papilar, que estructuralmente podría justificar la aneuploidía.
Los dos nevos displásicos aneuploides presentaban histológicamente gran atipia citológica, siendo uno de ellos de unión y otro un compuesto (tablas 3 y 4). Sin embargo, ambos casos pertenecían al grupo de los nevos displásicos esporádicos (tabla 2). La figura 4 representa un ejemplo de las tres determinaciones efectuadas en cada caso del estudio.
Fig. 4.--Histograma representativo del área nuclear (A), factor de forma (B), densidad óptica integrada (C).
DISCUSION
El concepto de nevo displásico ha sido un tema controvertido desde el primer artículo escrito por Clark et al1 en 1978. El debate continúa dada la necesidad de reconocer esta lesión por su supuesta relación, como precursor y marcador de riesgo, con el melanoma27,28. Existe, por una parte, discrepancia entre el diagnóstico clínico e histológico, encontrándose nevos clínicamente atípicos con histología de nevos comunes y, por el contrario, nevos clínicamente no atípicos con histología de nevos displásicos. Por otra parte, existe una serie de criterios histológicos diagnósticos de esta entidad, caracterizados por cambios arquitecturales y citológicos8-18. Sin embargo, no parece existir un consenso en la utilización de estos criterios19-23. La mayor dificultad radica en obtener reproducibilidad intraobservador e interobservador en el diagnóstico de la atipia citológica. En este sentido, el estudio morfométrico representa una manera objetiva (cuantitativa) de valorar la atipia citológica que se observa en el estudio histológico.
En nuestro trabajo seleccionamos un grupo variado de nevos displásicos, incluidas lesiones con grados variables de atipia nuclear. La morfometría se realizó seleccionando las zonas más atípicas de la unión dermoepidérmica y parte superior de la dermis papilar. Todos los nevos displásicos presentaron un ADN diploide, excepto 2 casos aneuploides que correspondían histológicamente con los de mayor atipia citológica. Estos resultados coinciden con lo publicado previamente en la literatura médica29-38, pues la inmensa mayoría de nevos displásicos son diploides. Por tanto, el índice de ADN no permite diferenciar el nevo displásico de las diferentes lesiones melanocíticas benignas estudiadas. El hallazgo ocasional de aneuploidía en la citometría de los nevos displásicos es similar al que se aprecia en otras lesiones melanocíticas benignas del estudio. Revisando la histología de los 2 casos aneuploides de nevos intradérmicos encontramos multinucleación de las células en la zona superior de la dermis papilar, que estructuralmente podría justificar esta aneuploidía.
Los 3 casos de melanoma utilizados como control en este estudio fueron aneuploides: 2 casos presentaban un Breslow inferior a 0,75 mm y un caso superior a 0,75 mm. Sin embargo, en la literatura no todos los melanomas son aneuploides. Bojörnhagen et al35 encontraron aneuploidías en el 50 % de los melanomas de Breslow inferior a 0,8 mm frente a un 91 % de melanomas metastásicos, aunque no existe una correlación entre la aneuploidía y el grosor del melanoma.
En nuestro estudio, el factor de forma nuclear de los nevos displásicos fue más irregular que el de las lesiones melanocíticas benignas estudiadas, y este parámetro fue estadísticamente significativo (fig. 3). Por tanto, el factor de forma nuclear fue el único discriminante para diferenciar el nevo displásico del resto de lesiones melanocíticas benignas. En 1999, Williams et al37 realizaron un estudio de 120 lesiones melanocíticas (30 nevos displásicos, 30 melanomas y 60 nevos comunes) y encontraron que el factor de forma y el área nuclear eran los mejores parámetros para diferenciar los nevos displásicos de los comunes, y con estos valores se pueden clasificar correctamente hasta un 74,4 % de casos. Sin embargo, al igual que nosotros, otros autores36 encuentran un área nuclear parecida en los nevos displásicos y los comunes (fig. 2). Otro dato llamativo del estudio ha sido la ausencia de diferencias morfométricas entre los nevos displásicos esporádicos y los familiares y/o múltiples. Estos datos coinciden con los obtenidos en otros estudios llevados a cabo por autores como Fleming y Friedman33 y Sangueza et al34.
Podemos concluir que tanto el área nuclear como el contenido de ADN, medidos por morfometría y citometría estática, son similares en los nevos displásicos y los comunes. Sin embargo, nuestros resultados apoyan el valor del factor de forma nuclear como discriminante entre el nevo displásico y el resto de lesiones melanocíticas benignas.